Barcelona vuelve a ser un escenario de primera línea para la celebración de eventos internacionales más allá del Mobile. El turismo de congresos, cuya reactivación pospandemia estuvo mucho más cuestionada que la del vacacional, está de nuevo en un momento de máxima ebullición, como han podido comprobar esta semana sectores como el taxi o los restaurantes y comercios cercanos al recinto de Montjuïc de la Fira.
El foro logístico SIL, que se calcula que ha acogido a más de 15.000 congresistas -un 20% más que hace un año- de distintos continentes, prometía dejar un impacto económico de al menos 40 millones de euros en la ciudad y su celebración ha traído bullicio a la zona. Se ha organizado de manera conjunta con otros eventos del sector logístico como Alacat, Medalogistics, CSCMP o Eurolog.
Turismo de ocio y de negocios
Esta edición del SIL Barcelona ha coincidido además con otros eventos de Fira como ISFH (vivienda social) o UITP (transporte público), que también han dado la bienvenida a la ciudad a profesionales internacionales de distintos sectores. También se ha sincronizado con el concierto de Beyoncé, que llenó Montjuïc.
Esta semana han llegado a la Ciudad Condal profesionales y representantes institucionales franceses, escandinavos, latinoamericanos y africanos, entre otros, así como turistas procedentes de puntos tan lejanos como Nueva York, que aprovecharon el tour de la cantante para hacer una escapada a España. Todo ello para satisfacción de la hostelería y el comercio local, en un momento en que empiezan también a activarse los viajes vacacionales de verano.
Falta de personal
En el interior del recinto ferial, los expositores y ponentes del SIL, que se ha planteado como un Mobile sobre las novedades tecnológicas del mundo de la logística, han dejado en un segundo plano los temas que centraron las dos primeras jornadas: la innovación y la sostenibilidad. En la clausura del evento, se habló más de los retos y amenazas a los que se enfrenta el sector y cómo deben responder a ellos las empresas.
Uno de ellos es la falta de personal, que obliga a las compañías a ser más flexibles. También a ofrecer mejores planes de promoción interna para motivar y retener a los profesionales cualificados que se interesen por la logística.
Robots y hackers
Otro gran desafío es la irrupción de la inteligencia artificial, la automatización y la robotización, que soluciona algunos de los problemas de operativa. Sin embargo, su implantación también forzará cambios en los puestos de trabajo a los que las empresas deberán adaptarse.
Y, por último, preocupa la amenaza de la ciberseguridad, ya que un soborno o un despiste en un trabajador de un pequeño proveedor puede poner en riesgo toda una cadena de suministro. Un reto que fuerza a las corporaciones no sólo a protegerse, sino también a examinar con cautela a las organizaciones con las que colaboran.
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