El Círculo de Economía consiguió recuperar la agenda económica en la segunda jornada de su reunión anual pese a las visitas del Rey y Pere Aragonès. La convocatoria anticipada de elecciones generales hizo saltar por los aires los planes del grupo de presión y obligó a cancelar la intervención del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que estaba prevista para este miércoles.
Este factor sorpresa, sumado a la resaca postelectoral de las municipales, absorbió el arranque de las jornadas. Ello pese a que se habían convocado con voluntad de dar más protagonismo a los aspectos técnicos que más preocupan a los socios del lobi empresarial. La nota de opinión emitida por la nueva junta de Jaume Guardiola fue una declaración de intenciones que ya apuntaba en esta línea.
Futuro macroeconómico
De hecho, el temor del empresariado presente en el foro era que el debate político impidiera abordar preocupaciones como el despliegue de los fondos Next Generation o la respuesta a la inflación. En la segunda sesión, la tendencia se revirtió y se prestó mayor atención a estos aspectos que a la agenda electoral.
Si el lunes la geopolítica copó el contenido de los debates --la intervención de Josep Borrell fue el plato fuerte para muchos de los asistentes, más pendientes de lo que ocurría en los pasillos que en la sala de actos del W--, este martes los directivos esperaban con expectación las conferencias sobre el futuro macroeconómico. Durante la mañana se habló ampliamente sobre tecnología y el desafío de la inteligencia artificial, pero fueron las ponencias de la tarde las que suscitaron mayor interés.
Amenazas globales
Se abordaron cuestiones como la insuficiente unión bancaria de Europa, la marcha de la recuperación económica, la tregua de la inflación, las subidas de los tipos de interés, la amenaza de la recesión en Alemania y Estados Unidos o la potencial retirada masiva de inversiones chinas.
En los entreactos hubo menos presencia de personalidades que en la jornada inaugural, aunque la presencia del rey Felipe VI actuó como reclamo y en el hotel W se dejaron ver Antoni Cañete, Javier Faus, Artur Mas, Roger Torrent, Natàlia Mas y Carles Campuzano, entre otros.
Aragonès cierra la jornada
También se dejó caer el president Pere Aragonès, cuya intervención fue uno de los pocos momentos en los que sí se puso el foco en la convocatoria electoral y los resultados de las municipales. En parte, debido a que el presidente de la Generalitat hizo oídos sordos a las críticas (formuladas con sordina) del lobi empresarial.
Tampoco se refirió el republicano a la desmovilización independentista, sino que se limitó a expresar preocupación ante el auge de Vox y la posibilidad de un cambio de inquilino en la Moncloa. Un discurso del miedo que contrastó con el del alcalde de Varsovia, galardonado con el premio a la Construcción Europea, que llamó a la cooperación entre los diferentes en un continente azotado por la guerra de Ucrania.