La oleada de despidos masivos en las multinacionales tecnológicas pasó inicalmente de largo en España, pero finalmente su impacto se ha notado en Madrid y Barcelona. Firmas como Glovo, Twitter, Typeform, Pack o Colvin han llevado a cabo recortes de plantilla, mientras que la subcontrata de Facebook en la capital catalana, CCC, ha ejecutado un despido temporal (ERTE) de 680 trabajadores en sus instalaciones de la Torre Glòries.
Estos ajustes laborales han tenido un efecto en el mercado inmobiliario, ya que durante lo peor de la pandemia múltiples empresas del sector se dejaron llevar por previsiones de crecimiento demasiado optimistas y ampliaron su equipo y el espacio físico contratado, ahora excesivo. En algunos casos, los contratos de arrendamiento aún no han expirado, de modo que las compañías afectadas se han visto obligadas a realquilar parte de sus oficinas vaciadas.
Les sobra el 20% del espacio
Javier Bernades, director de Business Space de Cushman & Wakefield en España, considera que el repliegue de las tecnológicas "tiene un impacto en forma de subarriendos y no solamente de plantillas". "El impacto es pequeño en comparación con Estados Unidos, pero más que despidos, lo que está ocurriendo es que por el tema del teletrabajo aún no han encontrado el equilibrio", señala.
"A pesar de que quieren que la gente vuelva a la oficina, han frenado la contratación de metros cuadrados de alquiler", señala el consultor inmobiliario. Es por ello que a las empresas del sector ahora "les sobran entre un 15% y un 20%" de sus espacios, un excedente que "sacan al mercado", según Bernades.
El caso de Just Eat
"Entre las tecnológicas, hay compañías que no han podido o no han sabido redimensionar el espacio a sus necesidades", confirma Martín Galbete, director nacional de Oficinas de Colliers. "Unas tenían contratos de arrendamiento prepandemia que tenían que respetar y no han tenido capacidad de redimensionarlos, y otros no han redimensionado bien porque no han sabido ajustarse realmente a sus necesidades", detalla.
Sin embargo, el consultor destaca que "predominan los casos en que las compañías que han tenido posibilidad de alquilar nuevos espacios lo han hecho bien". "Otros no lo han hecho del todo bien. Por ejemplo, Just Eat alquiló completamente un edificio en la calle Áncora y se ha visto que tiene un exceso de espacio que tendrá que buscar subarrendatario", indica Galbete.
Se intuye una remontada
Sin embargo, el especialista inmobiliario de Colliers considera que se trata de "casos puntuales" en los que las empresas "se han pasado de frenada". También ve probable que, a pesar del ajuste actual, en el futuro muchas de estas tecnológicas vuelvan a necesitar más espacio y trabajadores.
De confirmarse esta tendencia, prevé un "efecto acordeón". "Las compañías están aprovechando para ajustar espacios, pero no sé hasta qué punto está siendo demasiado agresivo. Lo veremos en los próximos dos, tres años", concluye Galbete.
A pesar de este decrecimiento protagonizado por el sector tecnológico, las fuentes inmobiliarias consultadas añaden como tendencia positiva que siguen llegando a España inversiones de multinacionales que suponen la apertura de nuevas instalaciones o la ampliación de las existentes. Es el caso del nuevo centro de innovación de Barcelona anunciado por Astrazeneca o las aperturas de la alemana Kärcher en Granollers y en la capital catalana.