ACS ya tiene las manos completamente libres en la concesionaria de la autopista de peaje SH-288, situada en el Estado norteamericano de Texas. Tras anunciar a última hora del viernes un acuerdo para adquirir el 21,6% del capital que aun no tenía en cartera, el grupo español de infraestructuras culmina un fulgurante proceso iniciado hace apenas siete meses para hacerse con el 100%, en el que ha invertido en torno a 1.450 millones de euros.

La intención de la compañía que preside Florentino Pérez es poner en valor un activo que considera estratégico en el ámbito tanto de las concesiones como del mercado estadounidense, que acapara en torno a dos tercios de la cartera de la empresa, y más de la mitad de la facturación.

Grandes planes en concesiones

En el horizonte de esta operación aparece el nombre de Abertis, participada por ACS y la recientemente rebautizada Mundys (la antigua Atlantia). Hace aproximadamente un mes, el consejero delegado de ACS, Juan Santamaría, confirmaba que la compañía negocia con la concesionaria un posible traspaso del activo en suelo estadounidense, como una de las alternativas de rentabilizar la inversión. 

Tras la venta de su vasto negocio de servicios industriales a la francesa Vinci por unos 5.500 millones de euros, ACS se marcó como objetivo la creación de un gran conglomerado internacionales en el sector de las concesiones, con la aspiración de convertirse en el líder de este sector. 

La frustrada opa sobre Atlantia

La piedra angular de este proyecto era el negocio de concesiones de la por entonces aun denominada Atlantia, con el que pretendía hacerse en el contexto de una opa que pretendía lanzar sobre el gigante italiano, con el apoyo de los fondos Brookfieldd y GIP, este último uno de los socios de referencia de Naturgy

Sin embargo, la oposición de la familia Benetton, primer accionista de la ahora denominada Mundys, terminó no sólo por frustrar la operación sino cualquier intento de volver a la carga, dado que finalmente fueron los empresarios italianos los que, con el apoyo financiero de Blackstone, formalizaron una oferta al resto de socios para hacerse con una inmensa mayoría del capital y proceder a su exclusión de bolsa

Oportunidades

A falta de esta sólida base para cimentar los planes en el sector de las concesiones, ACS se ha visto obligada a modificar su estrategia, lo que no significa que renuncie a este segmento. 

“Tenemos claros los planes en concesiones, es un sector en el que van a surgir muchas oportunidades y estamos preparados para aprovecharlas”, explicó Santamaría a los analistas en la reciente presentación de resultados anuales de ACS.

Opción alternativa 

En ese encuentro, el ejecutivo recalcó que la de la concesionaria texana no es una inversión oportunista. “Una eventual venta a Abertis se contempla como posibilidad pero no es la única; otra es crecer en este negocio por nuestra cuenta”.

Cabe recordar que ACS también está inmerso en un proceso de simplificación de sus negocios con vistas a la mejora de la eficiencia, en el que se enmarca la opa de exclusión lanzada sobre su filial australiana Cimic, a cargo de su también subordinada Hochtief. Una de las operaciones que está encima de la mesa dentro de este plan es que ACS pase a controlar directamente la participación que el grupo ostenta en Abertis. 

Juan Santamaría, consejero delegado de ACS y nuevo presidente de Abertis

De acuerdo con el pacto alcanzado con la antigua Atlantia para comprar conjuntamente la concesionaria, el grupo español se quedó con la mitad del capital menos una acción. De este porcentaje, ACS controla directamente un 30% menos una acción mientras que el 20% restante lo hace a través de Hochtief.

Además, en la junta de accionistas que Abertis celebró recientemente se formalizó el nombramiento precisamente de Juan Santamaría como presidente de Abertis, aunque las funciones de primer ejecutivo siguen en manos del director general, José Aljaro.

Concesión por 52 años

Desde septiembre, cuando ACS anunció un acuerdo para adquirir a varios fondos cerca del 45% de la concesión, la compañía ha acordado paulatinamente con los socios del consorcio que se adjudicó el activo la adquisición de sus respectivas participaciones, hasta alcanzar el 100%.

Una vez que se cierre formalmente la última de estas compras, con las correspondientes autorizaciones, ACS ya no tendrá que acordar con ningún socio el futuro de la concesión texana, adjudica en 2015 por un periodo de 52 años.