La gasolina da una tregua en plenas vacaciones con descensos del 12% en cinco semanas

Desde que en julio se alcanzaran los máximos históricos (por encima de 2,13 euros por litro, en el caso de la gasolina de 95 octanos; y de 2,31 para la de 98), el coste del carburante ha experimentado un descenso casi en picado, en línea con el mostrado por el petróleo, cuyos futuros a tres meses cotizan estos días por debajo de 95 dólares el barril. En el caso del crudo tipo Brent, su cota más baja desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania.

El crudo se desploma 

Como es habitual, el descenso de la materia prima ha sido más rápido que el de la gasolina. Todo vez que el barril cotiza estos días casi un 20% por debajo de los precios que exhibía a comienzos de julio. 

No obstante, la comparativa respecto a hace justo 12 meses muestra a la perfección la tensión que padece el mercado de materias primas por efecto de la abrupta recuperación económica de la crisis del coronavirus y los efectos de la guerra.

El descuento del Gobierno 

El respiro que encontrarán los usuarios en estos días en las estaciones de servicio no oculta que llenar el depósito hoy es un tercio más caro que a comienzos de agosto de 2021, cuando la escalada de precios comenzaba a dar sus primeros síntomas. 

Tanque de gasolina

La bonificación aprobada por el Gobierno la pasada primavera y que se prolongará hasta final de año hace que esta diferencia no sea tan amplia. De hecho, si se incluye el descuento de 20 céntimos de euro por litro para todos los consumidores, el incremento del coste de los carburantes desde agosto de 2021 se sitúa en el entorno del 18%.

Por encima de 130 dólares

La situación contrasta con la que se dio en las anteriores fases de la operación salida de vacaciones, cuando la subida de los precios de la gasolina hasta máximos históricos hizo que la ayuda pública a los consumidores fuera insuficiente para compensar el avance del coste de repostar. 

Desde que a finales de febrero de este año se iniciara la invasión rusa de Ucrania, la ya notable volatilidad que se registraba en los mercados de materias primas fue en aumento, lo que llevó al barril de crudo por encima de los 130 dólares en las primeras semanas de las maniobras militares. 

Temores con Rusia

Por entonces, los mercados temían una crisis energética provocada por el hecho de que el Gobierno de Vladímir Putin respondiera a las sanciones que le impuso la comunidad internacional por la invasión con un recorte del suministro de petróleo, toda vez que es el principal suministrador europeo.

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, en una imagen de archivo - EFE/EPA/MIKHAIL METZEL / KREMLIN POOL / SPUTNIK

La tensión se trasladó de forma paulatina al mercado del gas natural, en la actualidad más estresado que el del oro negro. Rusia ha hecho efectivas algunas de sus amenazas con recortes de suministro, interrupciones temporales y restricciones en el gasoducto Nord Stream, que comunica el país con sus principales clientes europeos, especialmente Alemania.

Las medidas de la UE

La situación ha llevado a la Unión Europea a prepararse para posibles restricciones con vistas al próximo invierno con la aprobación de un recorte del 15% en el consumo mientras se encuentran soluciones alternativas.

Este escenario volvió a llevar tensión a los mercados, lo que coincidió con los últimos días de junio y los primeros de julio, cuando se registraron los citados máximos históricos en el precio de los combustibles, con el factor añadido del incremento de la demanda a causa del inicio de las vacaciones.