Jaume Guardiola es el precandidato apoyado por la junta directiva saliente del Círculo de Economía, la presidida por Javier Faus. Licenciado en Ciencias Empresariales y en Derecho, y MBA por Esade, tuvo responsabilidades en el BBVA en España, Puerto Rico, Argentina y México antes de convertirse en la mano derecha de Josep Oliu durante los 14 años que ejerció como consejero delegado de Banco Sabadell.
Preside el patronato de la Fundación Esade y la comisión económica del Barça de Joan Laporta.
Pregunta: ¿Por qué quiere ser presidente del Círculo de Economía?
Respuesta: Lo primero de todo, porque me hace mucha ilusión y tengo tiempo para dedicárselo. Soy socio desde 1986 y siempre me he sentido muy bien representado en una institución que tiene características que la hacen única. La heterogeneidad de sus miembros, el interés para intervenir del debate público, cierta profundidad de análisis, huye de los debates estériles y de las polémicas de corto vuelo, como decía Vicens Vives. Carlos Güell aseguraba que era útil y no se atrevía a decir que es necesario por pudor, yo sí lo hago. Especialmente en el momento que vivimos en Cataluña.
P: ¿Qué tiene por aportar a la institución?
R: Siendo prudente al hablar de mí mismo, cuento con una larga trayectoria profesional. He vivido en países distintos, me he movido en contextos complejos y en situaciones muy complicadas. Viví el corralito en Argentina y la crisis de 2007 a la vuelta. Soy una persona con experiencia y que sabe moverse bien en entornos complejos con estructuras de gobernanza con stakeholders diversos. Creo que puedo ayudar a conseguir consensos.
P: ¿Con qué es más critico con el funcionamiento del Círculo?
R: Los gaps más abiertos son la sensación de parte de los socios, seguramente los más jóvenes, de que no están institucionalizados los mecanismos de participación en la construcción del pensamiento. Hay que dar este paso con prudencia, porque necesitas recursos. El otro reto es que se debe mover el Círculo de Economía hacia donde se ha movido la sociedad. La tradicional fórmula de empresa-empresario que fue el origen del Círculo, la pequeña burguesía que ha construido lo que tenemos, se ha movido.
Muchas empresas son ahora propiedad de un fondo de inversión, de un grupo multinacional o están en los mercados, y las familias tienen un family office que tiene escrito la palabra emprendedor. Son el fondeo para muchas ideas de la nueva economía. En Barcelona y su área metropolitana ha emergido una ciudad nueva con múltiples iniciativas del sector de la tecnología, de la salud, de la economía social y de impacto, como es el caso del supercomputador que ya ha constituido 21 spin-off. Hay una nueva generación con nuevos liderazgos que está infrarepresentada en el Círculo, que también debe entender bien cuáles son sus códigos.
Otro driver muy importante a medio plazo es que vamos a vivir un proceso de reindustrialización estratégico. Barcelona, su área metropolitana, su interland, Cataluña, tiene un tejido enorme de pymes. Muchas con componentes industriales en los que creo que se va apostar. Llegarán fondos, recursos para digitalizar y mejorar. Allí hay una gran oportunidad de crear una infraestructura. Para mí, conectar con este movimiento es también básico.
P: ¿Y qué es lo más valioso?
R: El legado. A veces piensas por qué una institución modesta en tamaño, con 1.200 socios y un equipo pequeño puede tener un nivel de proyección como el que tiene. Los medios de comunicación nos ayudan, ya que cuando opina hay seguimiento y se hacen comentarios. Y esto es fruto de un legado histórico que hay que cuidar.
P: ¿Con qué expresidente se quedaría?
R: Con Carlos Ferrer Salat. Fue el que tomó el liderazgo en la construcción del Círculo de Economía de esa generación. Fue el único que tuvo dos mandatos y no deja de ser el hombre que construyó la CEOE desde Foment del Treball. Fue un personaje muy clave.
P: Conocemos las principales líneas de su programa, ¿cuál priorizará?
R: La mejora del engagement con los socios y la apertura del Círculo a los nuevos liderazgos de la sociedad civil.
P: ¿Qué necesita Cataluña para pasar página del procés?
R: Es una pregunta difícil de responder. Estos días hemos visto el informe de la Cámara de Comercio de Barcelona que muestra un déficit de inversión en infraestructuras muy llamativo. Excepto en 1992, estamos por debajo tanto por población como por porcentaje de PIB. Hay una parte de los catalanes que toda la vida han sido independentistas, yo les digo que son como Obélix, que se cayeron en la marmita el primer día, pero si se mira la construcción del voto hacia partido independentistas, está muy relacionado con el desencanto. Con la sensación de que Cataluña tiene menos poder de lo que le corresponde por su nivel de participación en el conjunto de España. Ahora empezamos a salir de este periodo, pero es como el día de la marmota. Si no hay respuesta por parte del Estado, va a costar pasar página. Abogo mucho porque seamos capaces entre todos de construir un marco que lo permita.
P: ¿Por qué ha hablado de sus amistades personales en la precampaña?
R:. Porque ha surgido una especie de silogismo Jaume Guardiola, amigo de Artur Mas, ergo independentista. Afirmé que no soy independentista pero, sin embargo, soy muy buen amigo de Artur Mas, que además es de los que no te fallan nunca, para desmontarlo. Que uno puede tener amigos con diferencias ideológicas es supersano para conseguir un juicio más equilibrado.
P: Ha manifestado que más del 70% de la junta actual será continuista. ¿Quién le acompañará? ¿Ya puede avanzar algún nombre?
R: Solo he avanzado a las dos vicepresidentas, Teresa García-Milà y Núria Cabutí. El resto lo anunciaremos cuando presentemos candidatura la semana que viene.
P: Sólo plantea unas grandes jornadas en Barcelona. ¿El modelo dejará espacio para la reflexión interna?
R: El movimiento de Barcelona está bien ejecutado, tiene un punto de valentía. El éxito de las dos últimas reuniones explica parte del movimiento. El gran resultado de la primera es posible que haya llevado a una segunda un poco más repleta que ha dejado pocos espacios de debate. Tampoco ha traído a un gran economista, que ha sido una tradición del Círculo que tiene que seguir. Debemos buscar que los slots tengan un claro propósito, como el debate energético que tres CEO del Ibex mantuvieron en la última, algo intelectualmente supersano y que, incluso, tuvo un punto de humor. Solo vinieron los cinco políticos que creo que son imprescindibles: el presidente del Gobierno, de la Generalitat, el jefe de la oposición, el Ministro de Economía y su análogo en Cataluña. Soy partidario de mantener este estándar, ya que dan un flash fantástico para construir un poco el criterio. Y luego es necesario que en los espacios con políticos haya más posibilidad de diálogo, que a veces cuesta.
P: ¿Aceptaría que viniese un presidente del Gobierno sin aceptar preguntas de los socios?
R: El presidente del Gobierno tiene que estar y trataría de convencerle de que tuviera un poco de espacio para el diálogo. Pero su presencia en las jornadas del Círculo es imprescindible.
P: ¿Cuánto lleva trabajando en su candidatura?
R: Empecé a finales de marzo o principios de abril. Le manifesté al presidente Javier Faus mi intención en el primer trimestre del año, ya que probablemente también había otros miembros de la junta que podrían tener interés, y me puse a trabajar. Puedo ver cuándo ocurrió eso por mi intensidad de Whatsapp, hay un momento en que se produce un salto cósmico.
P: ¿Se intentó de verdad ir a una candidatura única?
R: Los expresidentes del Círculo pidieron a Javier Faus que hiciera un intento de acercamiento. Lo hicimos, pero Rosa [Cañadas] y yo nos conocemos de hace muchos años y tenemos un diálogo natural, sabíamos que no iba a ser posible.
P: ¿La señora Cañadas le ofreció ir a su junta?
R: Hubo la doble propuesta. Yo le propuse estar en la mía y ella en la suya. No nos pusimos de acuerdo, cosa que ya era bastante previsible.
P: ¿Cuáles son sus planes si no gana las elecciones?
R: Tengo responsabilidades en la vida civil. Soy presidente del patronato de la Fundación Esade y estoy involucrado en el sector privado ayudando a alguna gente. Seguiré haciendo eso y volveré a una vida un poco más tranquila. Es la que he tenido desde que dejé el banco [Sabadell] en marzo del año pasado hasta que me he metido en esta aventura. Ha sido un año en el que he podido vivir un poco mejor. Pero bueno, no tengo ningún plan especial.