El Gobierno condiciona la compra de Glovo al cumplimiento de la ley 'rider'

Con esta medida, el Ejecutivo saldrá al paso de los intentos de Glovo para eludir la norma que obliga a dar de alta en la Seguridad Social a sus repartidores. Tras constatar la escasa voluntad de la empresa por cumplir el nuevo modelo laboral, el Gobierno ha decidido actuar por elevación y ha optado por presionar al nuevo dueño de la plataforma.

Falsos autónomos

Desde que la ley entró en vigor el pasado 12 de agosto, la startup ha sorteado el mandato del legislador en su literalidad para poner fin al modelo de falsos autónomos. Hasta la fecha, Glovo emplea con contrato de trabajo a una ínfima parte de su flota, que según cálculos de Business Insider podría ascender a los 12.000 mensajeros.

Ello pese a que la regulación recoge el pronunciamiento histórico del Tribunal Supremo, que en 2020 reconoció como trabajadores asalariados a los riders de las plataformas digitales, y a las reiteradas quejas de los sindicatos.

Un repartidor de Glovo / EP

Denuncia de Uber Eats

De hecho, Glovo se ha quedado sola en su posición. El resto de startups de delivery que operan en España se han adaptado progresivamente a la nueva situación y algunas como Just Eat han pactado incluso su propio convenio de empresa. 

El pasado marzo, la directora general de Uber Eats en España, Courtney Tims, envió una carta a la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en que denunciaba los incumplimientos de la normativa laboral por parte de su competidora --pese a que tanto Uber Eats como Glovo están siendo investigadas por Inspección de Trabajo por su modelo de contratación en algunos territorios--.

Malos datos de negocio

Delivery Hero se hizo el pasado 31 de diciembre con el 80% del capital de la empresa fundada por Oscar Pierre y Sacha Michaud. La tecnológica alemana, que ya poseía una participación del 43% en Glovo y ocupaba dos puestos en su consejo de administración, tomó el control de la startup española mediante una operación de intercambio de acciones.

Lo hizo en un momento delicado para la compañía. Glovo encadenó el año pasado su enésimo ejercicio en negativo al registrar unas pérdidas de 474 millones de euros. Cifra que quintuplica el roto anotado en 2020, cuando firmó un quebranto de 83,4 millones. Aunque la plataforma ha logrado aumentar sus ventas año tras año --en 2021 facturó 591 millones--, no ha logrado alcanzar el break even pese al apoyo continuado de sus inversores. El valor que le dan y su negocio potencial es el que mantienen la firma ha flote y ha propiciado que se convierta en un unicornio.