De forma gradual, pero sostenida en el tiempo, Tarragona se está convirtiendo en el gran imán industrial de Cataluña. El compromiso de la surcoreana Iljin de instalar una fábrica de componentes de baterías en el Baix Camp pone de manifiesto los puntos fuertes de una región que acumula proyectos inversores frente al cierto deshinchamiento de la Gran Barcelona. Ello pese a algunos déficits subrayados por los agentes sociales en torno a la conectividad y la burocracia administrativa.
Frente a la pérdida para Cataluña de la planta de baterías por Seat y la lentitud de la agenda reindustrializadora de Nissan en la Zona Franca, la demarcación tarraconense suma activos como la nueva factoría de la multinacional austríaca Kronospan en Tortosa y el macroproyecto vinculado al hidrógeno verde liderado por Repsol, Enagás y la Universidad Rovira i Virgili. Un panorama que se complementa con la vitalidad del Puerto de Tarragona y la importancia estratégica del polo químico, uno de los más destacados del sur de Europa.
Inversión histórica
A esta coyuntura se le añade ahora, según ha detallado la Consejería de Empresa y Trabajo, la inversión industrial más elevada de los últimos 20 años en Cataluña. En total, 600 millones de euros para levantar unas instalaciones de 30.000 metros cuadrados en Mont-roig del Camp que darán empleo a 500 personas. En la decisión han pesado, según las fuentes consultadas, tanto el menor precio del mercado logístico tarraconense como las particularidades climáticas autóctonas, que facilitan la producción de tecnología de alta precisión.
La operación de Iljin equivale en términos económicos al capital privado para revitalizar los activos de Nissan en la Zona Franca. "Como proyecto que esperamos que sea una realidad es muy importante porque aporta progreso, industria y trabajo. Además, tendrá repercusiones sobre la industria auxiliar de la automoción de forma directa e indirecta", asegura Jaume Roura, presidente de Fecavem y de la Unión Patronal Metalúrgica.
"Efecto multiplicador"
Por su parte, un portavoz de Pimec ha señalado que esta operación puede tener un "efecto multiplicador que podría terminar generando unos 1.500 puestos de trabajo entre indirectos y auxiliares". "Pese a esto necesitamos normativas que faciliten la llegada de más proyectos", incide la patronal de pymes, que por otro lado ha ponderado la discreción con que se han llevado las negociaciones entre Generalitat e Iljin.
Una posición más prudente adopta Moisés Fortuny, responsable de UGT FICA en Tarragona. Pese a compartir el entusiasmo por el desembarco de la multinacional asiática, pone en duda que el fabricante genere tantas sinergias con las pequeñas empresas locales dado que está especializada en elecfoil, unas láminas de cobre patentadas por la propia firma para la confección de baterías de litio.
Deberes pendientes
"Con quien sí habrá mayor interacción será con el polo industrial del Valle del Hidrógeno Verde y con el proyecto de electrificación España Future: Fast Forward, ya que Iljin participa a través de su filial en España en el conglomerado de Seat y Volkswagen", asegura.
Además, Fortuny no pierde ocasión en poner sobre la mesa el déficit de infraestructuras vinculadas con la movilidad que arrastra el sur de Cataluña. Por el momento, el Ayuntamiento de Mont-roig ya ha asegurado que se pondrán todas las facilidades para que la surcoreana se instale en el futuro polígono industrial de los Comellarets, que dispondrá de un total de 44 hectáreas con acceso directo a la A-7 y AP-7. El objetivo es echar a andar en 2024.