Sede de la compañía Flax & Kale en Bell-Lloc (Lleida) / GOOGLE MAPS

Sede de la compañía Flax & Kale en Bell-Lloc (Lleida) / GOOGLE MAPS

Business

Flax & Kale acelera su crecimiento como consecuencia de la crisis de Ucrania

El grupo de alimentación especializado en proteínas alternativas planea la ampliación de su fábrica en Bell-lloc para mediados de 2023

8 abril, 2022 00:00

La crisis de Ucrania está acelerando los planes de expansión de algunas compañías para sortear las roturas de stock de determinados bienes de equipo. Es el caso del grupo de restauración y alimentación Flax & Kale, que ya trabaja en una importante ampliación de su única fábrica ubicada en Bell-lloc d’Urgell (Lleida).

En una entrevista con Crónica Global, el jefe de operaciones de la empresa, Jaume Betrian, ha reconocido que las dificultades para hallar maquinaria y microprocesadores en el mercado han llevado al grupo a iniciar los trabajos previos para ensanchar su volumen de producción. Esta operación podría efectuarse o bien a través de una ampliación de la factoría o mediante la adquisición de otras unidades productivas.

Fábrica inaugurada en 2018

"Todo lo hacemos en Lleida. Empezamos con un obrador muy pequeño y, en 2018, abrimos una fábrica de 6.500 metros cuadrados", recuerda el directivo. "Estamos empezando a planificar una ampliación, aunque ahora mismo tenemos capacidad suficiente hasta mediados de 2023. En alguna línea ya tenemos proyectada cuál debería ser la capacidad para llegar a 2024", detalla.

En 2017, la compañía dirigida por Jordi Barri invirtió siete millones de euros en la construcción de sus cocinas industriales ubicadas en unos terrenos adquiridos al Incasòl. En esta planta, se produce íntegramente el catálogo de la marca basado en una gama de cinco sabores de kombucha y distintos sustitutivos de la carne y el queso. Las instalaciones acogen también las oficinas centrales y el departamento de investigación y desarrollo de la enseña.

Éxito de la kombucha

Actualmente, Flax & Kale tiene capacidad para embotellar 150.000 litros al mes de la bebida fermentada. Este producto supone aproximadamente la mitad de los ingresos de la casa, mientras que el otro 50% se reparte a partes iguales entre las referencias lácticas --en la reciente feria Alimentaria la empresa ha presentado una mozzarella líquida y un semicurado en lonchas-- y las cárnicas.

El grupo, originado a partir del restaurante Teresa Carles, han desembolsado dos millones de euros en el último año para confeccionar un amplio catálogo de más de 40 artículos plant-based. El hecho de contar con ocho negocios de restauración facilita el trabajo de I+D de los directivos: "Lo probamos en el restaurante y vemos la reacción del cliente. Si la recepción del consumidor es buena lo pasamos a gran consumo", explica.

Proyectos de futuro

En la actualidad, la marca está presente sobre todo en Cataluña a través de distribuidores como Bonpreu Esclat, La Sirena, Ametller Origen, Obbio, Llobet-Arpellot y Naturitas, pero también han entrado en País Vasco (Uvesco), Galicia (Gadisa) y Madrid (Ahorramás). La compañía ultima, además, el salto de la sección gourmet de El Corte Inglés a los lineales generalistas de la cadena de distribución.

Pese a su rápido crecimiento, la compañía ya tiene planes de futuro. Uno de ellos es la posible entrada en el sector de la restauración colectiva, aunque para ello deberían modificar los componentes de algunos de sus productos para adaptarse a las necesidades de este segmento. Por otro lado, la industrialización de los postres que ahora mismo forman parte de la carta de los restaurantes. "Snacks y postres podrían ser categorías de un futuro en el portfolio, pero debemos tener foco e ir categoría por categoría", asevera Betrian.