El vino resiste la escasez de botellas de cristal
Las bodegas reunidas en Barcelona Wine Week plantan cara a la crisis por la guerra de Ucrania con el foco puesto en las exportaciones
6 abril, 2022 00:00Las bodegas no se han parado por la guerra de Ucrania, aunque el conflicto ya les ha pasado factura. Los productores de vino y cava, reunidos esta semana en el Barcelona Wine Week, han encajado la triple crisis logística, energética y de suministro al igual que otras industrias. Sin embargo, la internacionalización emprendida por buena parte de las empresas, tanto grandes como pequeñas, ha ayudado a capear una coyuntura que cobra ribetes propios en el sector vitícola.
"Las bodegas en general están nerviosas porque está costando encontrar cristal para las botellas. Los costes están subiendo en etiquetas, cajas, cartón... todo se ha vuelto más caro", ha reconocido Anton Castellà, secretario del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Cataluña. Los problemas para hallar envases están lejos de desatar un desabastecimiento, pero han obligado a los bodegueros a diversificar sus redes de proveedores. Además, las firmas han afrontado la pérdida irremisible del mercado ruso.
Los consumidores, a salvo
"Estamos capeando la situación como podemos. Para nosotros Rusia suponía un 5% de nuestra facturación, pero vendemos en 140 países. Respecto a la crisis energética y de materias primas, las facturas son elevadísimas", ha valorado Lourdes Martínez Zabala, cuarta generación de la histórica saga bodeguera. Pese a ello, la empresaria descarta que los compradores carguen a corto plazo con esta crisis en forma de un incremento de los precios de venta.
"Con la inflación actual no es momento de repercutir esta situación al consumidor, pero deberemos buscar soluciones en el abaratamiento de determinados costes. Al ser grandes no hemos tenido problemas de abastecimiento", ha explicado Zabala. "Salimos de una pandemia donde la demanda ya está retenida. Si ahora además incrementamos precios, el miedo que tenemos es que no se reactive la demanda", ha añadido Castellà.
Optimismo pese a la crisis
Pese a todo, cunde el optimismo entre los expositores. De hecho, Martínez Zabala se ha lucido en el evento con una amplia selección de lanzamientos que incluye Faustino 2004, Campillo 57 Gran Reserva --que se ha coronado como el vino número uno en la cata a ciegas Gran Bacchus de Oro 2021--, Campillo Raro, Triennia y Summa.
"El 2021, hables con quien hables, fue un año muy bueno. Creo que volver a la situación previa al 2020 pensamos que sería en breve. Estamos a la espera de la afectación de la inflación, pero tomando como base 2021 podríamos estar muy cerca de 2019", confía Alex Bautista, director de exportación de Recaredo.
Sensaciones positivas
Así, las sensaciones del salón son muy positivas: "Tanto los consumidores como el sector están animados. Vienen personas profesionales, alumnos, importadores, la restauración se acerca... Está muy animado el tema", ha resaltado Joan Parera, brand ambassador de la cavista Agustí Torelló Mata.
Si bien hay espacio para propuestas constructivas: "Se respiran muchas ganas de volver a movernos, de volver a vernos. Pero creo que sería mejor que estuviéramos agrupados con Alimentaria, ya que al final somos alimentación y ayudaríamos a premiurizar la feria", ha apuntado Zabala.
Pérdida del mercado ruso
Aunque el nubarrón de la guerra en el este ha sobrevolado el evento vinícola de la capital catalana. "Rusia era un mercado emergente. En los últimos años estábamos experimentando unos crecimientos que ahora entrarán en paralización o incluso en receso", ha asumido Castellà. El atractivo del país eslavo se halla en que "el precio alto no es un impedimento" para la comercialización de los catálogos. Esto es, sus consumidores tiene mayor poder de compra y, por tanto, generan más ingresos para los productores.
Aún así, algunas enseñas relativizan la importancia del mercado ruso. Bautista explica que llevan unos 12 años presentes en el país del Volga, pero "no es uno de los mercados más importante para nosotros". "Sobre el 100% de nuestras ventas, Cataluña representa un 60%, España un 15% y exportaciones un 25%. Empezamos con el afán de presentar los vinos fuera de Cataluña hace ya 15 años", rememora.
Apuesta por la internacionalización
La diversificación de la labor exportadora de Recaredo, conocida por su espumoso pero que ha exhibido en la feria sus vinos tranquilos, les ha ayudado a mitigar la pérdida del consumidor ruso. Otras bodegas catalanas han aprovechado la misma baza. "Nosotros exportamos el 90% de nuestra producción. A pequeños elaboradores les puede costar más. Es una labor de años", expone Sigrid Guillem, responsable de relaciones públicas de Buil&Giné.
Esta bodega, una de las principales del Priorat con una apuesta decidida por el cultivo ecológico, se muestra satisfecha con el networking realizado durante el encuentro. "Tanto ayer como hoy vamos teniendo clientes y personas interesadas en conocer nuestros vinos. Nos hemos interesado en zonas donde todavía no tenemos abierto mercado para buscar relaciones comerciales", detalla Guillem. En plena crisis, siempre hay oportunidades para hacer negocio. La búsqueda de botellas queda para otra ocasión.