Los inversores alejan fantasmas de guerra larga con venta masiva de bonos
Los mercados descartan que el gobierno ruso reaccione de forma drástica contra las sanciones de la comunidad internacional, aunque también descuentan daños en la recuperación económica
10 marzo, 2022 00:00La guerra en Ucrania ha alterado la situación de los mercados durante los primeros días de la invasión del ejército ruso, pero los inversores comienzan a descontar un escenario de conflicto bélico corto, a tenor los movimientos realizados, especialmente en lo que se refiere al tradicional refugio de la renta fija, en la que han deshecho posiciones de manera masiva en las últimas horas.
Las bolsas se hallan inmersas en un escenario de extrema volatilidad, que incluso se ha llegado a manifestar en una misma sesión. Sin embargo, prácticamente desde que se inició esta semana, cuando se cumplían diez días desde el inicio de la invasión y los primeros ataques, el movimiento en los mercados de bonos ha encontrado un único escenario de ventas, especialmente en los casos de los activos de referencia, como el bund alemán o el treasury estadounidense.
Vuelta al negativo
La primera reacción al inicio de la batalla tuvo como reflejo la vuelta del bund a rendimientos negativos en el mercado secundario. Apenas unas semanas atrás, el bono de referencia alemán a 10 años ponía fin a una etapa de algo más de tres años consecutivos con rentabilidad por debajo de cero como consecuencia de la prolongada etapa de tipos de interés en mínimos históricos en la zona euro.
El programa de estímulos articulado por el Banco Central Europeo (BCE) para evitar que el coronavirus provocara una crisis de deuda, que incluyó una histórica dotación de 1,85 billones de euros para la adquisición de deuda soberana, hizo que en un momento determinado la práctica totalidad de los miembros de la Unión Europea Monteria (UEM), con las excepciones de Grecia e Italia, tuvieran sus activos de referencia con rendimiento negativo en el secundario. Este fenómeno fue compartido incluso por España y Portugal durante unos días por vez primera en su historia.
A la espera del BCE
Los avances en la recuperación de la crisis provocada por la pandemia y la cercanía del fin de los estímulos, previsto para el cierre del presente trimestre, devolvió la situación a una cierta normalidad, hasta el punto de que incluso el bono alemán rompió la citada racha.
Una tendencia que se consolidó cuando las curvas de tipos comenzaron a apuntar a una posible subida del precio oficial en la zona euro antes de lo esperado, una maniobra aderezada por la notable escalada de la inflación que hacía más urgente la actuación del BCE.
Irrumpe la guerra
Tras la última reunión de su consejo de gobierno, el organismo emisor modificó un tanto el discurso que había lanzado hasta ese momento, en el que descartaba subidas de tipos a lo largo de 2022, y dejó entrever una posibilidad, especialmente si el alza de los precios proseguía fuera de control.
Una guerra como la iniciada en Ucrania modifica todos los escenarios posibles. Fue lo sucedido hace unos días, cuando los inversores huyeron despavoridos de la renta variable para refugiarse en activos como el dólar y los bonos. Pero pasados apenas unos días, los escudos se han hecho innecesarios.
Terreno recuperado
Como prueba, la rentabilidad del bono alemán no sólo ha regresado a terreno positivo de nuevo sino que ya es muy similar a la que exhibía poco antes de que se rompieran las hostilidades definitivamente en la frontera ruso-ucraniana, en torno al 0,25%.
El movimiento ha sido similar en otros activos similares, aunque la masiva salida del bono germano por parte de los inversores se ha traducido también en un estrechamiento de las primas de riesgo, que se habían elevado de forma sustancial durante los primeros días de conflicto.
Respecto al comportamiento del bono español, su rentabilidad se ha duplicado desde que comenzó 2022 y, tras un breve paso por debajo del 1%, ha vuelto a superar con creces esta cota y ya camina en busca del 1,15%, 15 décimas por debajo de los máximos de tres años que alcanzó a mediados de febrero, pocos días antes del comienzo de los ataques del ejército ruso a objetivos ucranianos.
“El primer reflejo es buscar activos refugio pero los inversores los están abandonando muy pronto, prueba de que no esperan que la situación de guerra en Ucrania vaya a prolongarse durante demasiado tiempo, al menos con una elevada intensidad”, aseguran desde un banco de negocios internacional que opera en España.
La referencia de las vacunas
Los movimientos en el mercado de deuda han sido mucho más firmes que los registrados en las bolsas, más tendentes a las maniobras especulativas. Sin embargo, la tendencia de las dos últimas sesiones, especialmente la del miércoles, también resultan esclarecedoras.
De hecho, en plazas como Francfort o París se registraron avances en la última jornada que no se observaban desde el pasado 9 de noviembre de 2020, precisamente la fecha en la que se hicieron públicos los resultados positivos de los ensayos con las primeras vacunas contra el Covid-19 que habrían de salir próximamente al mercado.
Medidas traumáticas descartadas
“Era la noticia que los inversores llevaban esperando desde que comenzó la pandemia y marcó el punto de inflexión porque, a partir de ahí, el horizonte comenzaba a despejarse, que es uno de los elementos fundamentales de que necesitan para tomar decisiones”.
En el caso del escenario actual, el hecho de que los planes de Vladímir Putin de un ataque corto y efectivo no hayan resultado pone en cuestión la duración del conflicto. Y el comportamiento de los mercados de materias primas, aun siendo muy volátil, también parece descartar que el gobierno ruso vaya a responder de forma radical a las sanciones que la comunidad internacional ha comenzado a aplicar al país por la invasión de Ucrania.
Daños descontados
“Si hubiera indicios serios de un corte de suministro tanto de gas como de crudo, los mercados hubieran respondido de otra forma; las amenazas verbales forman parte de la estrategia en este tipo de situaciones pero a la hora de actuar hay una serie de condicionantes que hacen más difícil llevarlo a cabo”, apuntan las fuentes.
No obstante, también estiman que el conflicto dejará tocados a los mercados, que ya descuentan un freno en el ritmo de recuperación económica previsto para los próximos trimestres. “Uno de los problemas a los que se enfrentaban las economías era la crisis de suministros y la situación en Ucrania no contribuye precisamente a agilizar su resolución; otra incertidumbre es la de la inflación y sucede tres cuartos de lo mismo”.