El Ibex 35 ha sido penalizado en los últimos cinco años, en los que ha sido penalizado por la inestabilidad / EP

El Ibex 35 ha sido penalizado en los últimos cinco años, en los que ha sido penalizado por la inestabilidad / EP

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La inestabilidad política destruye 125.000 millones en la bolsa durante el último lustro

El Ibex 35 es el único de los principales indicadores bursátiles del mundo que se deprecia en los últimos cinco años, impactado por el marco político y los efectos de la pandemia

2 enero, 2022 00:00

La bolsa española ha puesto fin a un lustro maldito, un periodo de cinco años en el que el resto de los principales mercados mundiales han recogido los frutos de la recuperación de la anterior crisis mientras el Ibex 35 ha llegado al final de este camino en terreno negativo, destrozando el axioma de que con la bolsa siempre se gana a largo plazo. Por medio se han esfumado en torno a 125.000 millones de euros en un proceso en el que los inversores han salido por la misma puerta por la que entraba la inestabilidad política.

Por difícil que parezca imaginarlo, el Ibex concluye 2021 por debajo de su última cotización en 2016, más concretamente, un 6,5%. En este caso no destaca tanto la cifra como el color rojo que la adorna, como corresponde a una depreciación.

Bien para París y Milán...

El comportamiento en este mismo periodo de sus comparables europeos hace que pierda sentido tal palabra porque el paralelismo resulta por completo insostenible. Desde finales de 2016, el CAC-40, referente de la bolsa de París, sube más un 51%. A poca distancia se sitúa Milán, con avances del 47%, diez puntos por encima de la subida experimentada por Francfort.

Por encima de todos ellos, Ámsterdam, que se dispara un 67% en los últimos cinco años, aunque no puede sino palidecer ante el histórico rendimiento de Wall Street, con avances en torno al 110% para el S&P 500 y próximos al 185% en el caso del tecnológico Nasdaq.

... y mal para Londres

La única que se aproxima ligeramente al drama de la plaza española es Londres. El otrora mercado bursátil de referencia en Europa apenas ha mostrado avances en el último lustro (en torno al 4,5%) aunque, al menos, esquiva las pérdidas. Para el parqué británico, el Brexit ha sido una losa demasiado pesada.

Bolsa

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Precisamente por esto, no es una casualidad que el rendimiento de estas bolsas se haya desmarcado negativamente del resto. Desde que tocara sus mínimos en la pasada crisis, en mayo de 2012, el Ibex 35 experimentó una notable recuperación que le llevó a revalorizarse nada menos que un 90% en tres años, para situarse en la zona de 11.500 puntos, sus máximos desde los inicios de 2009.

Inestabilidad política

A partir de entonces, la trayectoria del indicador ha sido un casi continuo penar entre descensos e intentos frustrados de recuperación. En aquella primavera, las elecciones municipales y autonómicas, que coincidieron, además, con las europeas, dibujaron un complicado panorama político para el futuro.

La irrupción de nuevas fuerzas se confirmaría en las generales celebradas a finales de aquel 2015; de una victoria por mayoría absoluta cuatro años antes, a cargo del PP, se pasó a un resultado tan incierto que los comicios hubieron de repetirse seis meses después, ante la imposibilidad de sumar apoyos para formar un Gobierno. Éste se constituyó finalmente in extremis, tras casi un ejercicio completo con un Ejecutivo en funciones y a las puertas de una tercera llamada a las urnas que, finalmente no se produjo.

¿Y las reformas estructurales?

Sin embargo, la situación de debilidad del Gobierno que sí pudo constituirse no tardó en pasarle factura, apenas en el ecuador de la legislatura, cuando se produjo el primer triunfo de una moción de censura en la historia de la democracia española. Pocos meses después de la llegada a Moncloa por esta vía del actual presidente, Pedro Sánchez, 2019 dibujó de nuevo un escenario con casi un año de Ejecutivo en funciones y dos llamadas a las urnas en apenas siete meses.

“Mientras todo esto ocurría, de las reformas estructurales que España necesitaba, y aun necesita, ni se hablaba. Y esto no sale gratis. Los inversores huyen de la incertidumbre y la indefinición política y el país ha dado demasiados bandazos en los últimos años que han terminado por pasar factura”, apunta un analista de una firma internacional.

Impacto del 'procés'

En este punto, no conviene olvidar un factor como el del procés y la convulsa segunda mitad de 2017, en la que tuvieron lugar acontecimientos como la aprobación de las llamadas leyes de desconexión en el Parlament, el referéndum ilegal del 1-O, la fantasmagórica declaración unilateral de independencia y la inmediata fuga masiva de empresas, que decidieron trasladar su sede social fuera de Cataluña.

“En aquellos últimos meses de 2017, los mercados europeos tuvieron unos meses complicados debido a los acontecimientos en torno al Brexit”, recuerda el experto. La consulta que dio paso a la salida de la Unión Europea por parte del Reino Unido se había celebrado un año antes pero, tras la crisis de Gobierno que generó el resultado (con el relevo del promotor del referéndum, David Cameron, por Theresa May), aún restaba por ver si los británicos llevaban realmente adelante su intención.

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La bolsa española, rezagada

Aquel otoño, Londres invocó el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que ponía en marcha el proceso de salida, e incluso fijó una fecha, en 2019, que después se postergaría aunque la decisión se volvió irrevocable.

“Aquí es donde estuvo la diferencia. El resto de bolsas europeas se recuperó con cierta rapidez cuando se aclaró el panorama en torno al Brexit; la española fue la excepción. Y ahí tuvo una incidencia notable todo lo acontecido en torno al procés, la aplicación del artículo 155 de la Constitución, las elecciones catalanas de finales de aquel año y, casi sin solución de continuidad, la moción de censura”.

Pérdidas de las grandes

Fue célebre aquella frase atribuida a Winston Churchill sobre la incapacidad de los países balcánicos de asumir toda la historia que generaban. Algo parecido, traducido al plano de los mercados, ha ocurrido en España en este tiempo. Y el reflejo se muestra con dramatismo en la capitalización bursátil de muchas de las grandes empresas en este último lustro.

A la cabeza se sitúa Santander, que cierra 2021 con una depreciación cercana a los 38.000 millones de euros respecto al cierre de 2016. En este mismo periodo, Telefonica se ha dejado por el camino en torno a 19.500 millones. Más de 12.000 millones ha perdido BBVA; cerca de 7.000 millones Repsol; Caixabank, más de 4.000 millones (pese a incorporar a Bankia)...

Crisis por el Covid-19

El último episodio de esta historia es de sobra conocido, la crisis en los mercados por la pandemia. Tan conocido que ni siquiera ha terminado. La bolsa española está pagando un alto precio por la realidad que ofrecen los datos macro, esto es, que se trata de la economía desarrollada más penalizada por la crisis y también la que tardará más en recuperar el rumbo previo a la irrupción del Covid-19.

No en vano, el Ibex 35 es el único índice entre los principales del mundo que aflora un balance negativo en estos dos ejercicios afectados por la pandemia. Llueve sobre mojado. Con pandemia y sin ella, el mercado español deja al descubierto demasiadas costuras.