Las casas de lujo de la costa catalana se disparan de precio por el interés de los ricos

Este factor, en confluencia con una creciente inflación, es tradicionalmente una buena noticia para el mercado inmobiliario, que se convierte en una inversión atractiva en comparación con otros activos financieros, que actualmente ofrecen rentabilidades relativamente bajas. En este contexto, las viviendas más lujosas se han convertido en el foco de inversores y familias adineradas que han ampliado sus ahorros durante la pandemia de coronavirus.

Crecimiento en 2022

Este tipo de propiedades han incrementado su valor ligeramente en España, con un crecimiento de precios más acusado en los barrios más exclusivos de Barcelona o en zonas de la costa catalana como la Costa Brava o Sitges, según datos de Barnes. La inmobiliaria prevé que en 2022 el valor de estas viviendas siga subiendo levemente si no se refuerza la oferta al mismo ritmo que la demanda.

Un escenario que, por otro lado, parece el más plausible, ya que más allá de algunas promociones reducidas, las casas de segunda mano continúan siendo las que predominan en el segmento de lujo en áreas como la Costa Brava. No obstante, hay que tener en cuenta que en los últimos años los precios habían caído, de modo que la evolución actual se enmarca en la recuperación del sector.

Recuperación de precios

Joan Lluís Marigot, director de Engel & Völkers en la Costa Brava, asegura que el mercado de viviendas de más de 500.000 euros llevaba “cuatro años con bajadas de precio importantes”, que llegaron hasta un 25%. Sin embargo, el repunte de los últimos meses significa que este descuento se ha reducido y las casas de lujo se venden por entre el 0% y el 10% menos de su valor de hace unos años.

“Más que subidas, no se están vendiendo a precios superiores que hace dos o tres años, sobre todo en el mercado premium”, señala Marigot. El resto de viviendas de la zona continúa con rebajas, ya que “hay más oferta que demanda”, pero las mejores casas en las mejores ubicaciones, entre ellas S’Agaró, Sant Feliu de Guíxols, la playa de Sant Pol, Calella, Llafranc o Begur, han mantenido precios o incluso han experimentado alzas. 

Más clientes ricos

“Los clientes con poder adquisitivo han aumentado muchísimo”, añade el responsable de la inmobiliaria. “Durante la pandemia, han subido un 70% los clientes de un millón de euros”, detalla. Esto se debe a que “mucha gente tiene ahorros y no tienen rentabilidad en otros lugares”.

En cuanto al éxodo de las ciudades hacia la naturaleza y el mar, que se ha dado en el conjunto del mercado inmobiliario a causa de la pandemia y el teletrabajo, esta tendencia ha sido mucho menos notable entre los compradores más ricos. ¿El motivo? Muchos de ellos ya tienen una segunda residencia en estas zonas y, de hecho, han decidido comprar una tercera o cuarta residencia. En algunos casos, directivos locales en busca de una vivienda más amplia o cómoda, pero en la mayoría de transacciones, por parte de ciudadanos extranjeros.