La vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera / EP

La vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera / EP

Business

El Gobierno descuadra las cuentas de las eléctricas en su guerra comercial

Las compañías pusieron en marcha ambiciosos planes para captar clientes en plena subida de la luz poco antes de conocerse el ‘decretazo’ del Ejecutivo, que hace que ahora no cuadren los números

25 septiembre, 2021 00:00

Las medidas aprobadas hace diez días por el Consejo de Ministros para tratar de aminorar los efectos de la subida de la electricidad en el recibo han sido todo un torpedo en la línea de flotación de las grandes eléctricas, con un efecto agravado por el hecho de que apenas unos días antes habían iniciado una batalla comercial para ganar clientes, precisamente con el reclamo de los elevados precios de la luz. Una estrategia agresiva que, con el impacto de la improvisada mini-reforma del Ejecutivo resulta imposible de cuadrar desde el punto de vista financiero.

La encargada de dar el pistoletazo de salida a la inusitada carrera por sumar nuevos contratos fue Naturgy. Su presidente, Francisco Reynés, aprovechó su presencia en el Foro Energético que organiza cada comienzo de curso desde hace algunos años el diario El Economista para anunciar que la compañía ponía en el mercado una oferta universal, para clientes y no clientes, consistente en dos años de luz a un precio fijo de 60 euros por megawatio/hora cuando, por entonces (primeros días de septiembre), el mercado registraba cotas en el entorno de 140 euros.

Respuesta inmediata

El anuncio fue escuchado por la flor y nata del sector, presente en el acto, y precipitó los acontecimientos. Los analistas no tardaron en vaticinar que el movimiento estratégico de Naturgy no se iba a quedar sin respuesta por parte de la competencia y acertaron de pleno.

Los papeles repletos de números y cuentas comenzaron a recorrer los pasillos de los departamentos financieros del resto de las grandes del sector; apenas una semana después, Endesa contraatacaba con una propuesta similar en cuanto a plazos pero con un precio aún más ajustado: 58 euros por MW/h.

Recuperar clientes

Por su parte, Iberdrola no quiso entrar en el cuerpo a cuerpo con la competencia, especialmente en lo referido a los precios, aunque sí puso en marcha una campaña para poner en valor sus planes a largo plazo para clientes, algunos de los cuales ya estaban operando en el mercado.

Sin duda, estrategias agresivas, destinadas a aprovechar un entorno hostil en el mercado para compensar en parte la pérdida de clientes que han sufrido todas ellas en los últimos años, precisamente por la pujante estrategia comercial de comercializadoras de menor tamaño, que han sacrificado márgenes para hacerse con cuota de mercado a base de ofertas muy competitivas.

Mazazo en 24 horas

Pero ninguna de ellas contaba con el varapalo que iban a sufrir apenas unos días después; en el caso de Endesa, incluso podría hablarse de horas, toda vez que la reunión del Consejo de Ministros en la que se aprobaron las medidas, ya conocidas familiarmente con el nombre de “decretazo” se celebró poco más de 24 horas después de que la empresa que dirige su consejero delegado, José Bogas, anunciara oficialmente su revolucionaria oferta.

“Ninguna compañía, por muy osada que fuera su estrategia comercial, hubiera puesto en marcha un programa para fidelizar y conseguir clientes de haber sabido que el sector iba a sufrir un recorte de retribuciones de 2.600 millones de euros”, apuntan desde una de las grandes consultoras. “Quizá no lo descartaran pero, desde luego, le hubieran dado una vuelta a los números porque, con el escenario actual, es prácticamente imposible que cuadren”.

La base de los futuros recursos

Entre las medidas del Gobierno se encuentra la eliminación de las retribuciones por los sobrecostes derivados de los altos precios del gas natural, el factor que pone en jaque al sector y, por ende, a los consumidores desde hace varios meses. Ingresos recurrentes con los que las compañías contaban sin dudarlo y de los que ahora no van a disponer durante un tiempo.

Otras fuentes del sector de la consultoría apuntan que las compañías intensifican los trabajos en torno a un más que posible recurso a estas medidas y que uno de los factores que cuentan para ello con más fuerza es el de la estrategia comercial.

Inseguridad jurídica

El más que seguro impacto en la cuenta de resultados se verá corregido y aumentado por unos programas que ya no podían pararse ni modificarse y que ahora deberán ajustar en el balance con un más que notable agujero en los ingresos.

“Resumido en pocas palabras, inseguridad jurídica. Por este lado irán muchos de los argumentos que las empresas presentarán a la hora de tratar de voltear la situación y anular las medidas del Gobierno; pero no será nada sencillo y en cualquier caso mientras se resuelve, deberán recomponer muchas cuentas”, asegura la citada fuente.

Planes a largo plazo en el aire

Más allá de la batalla comercial, la propia Naturgy ha admitido que las medidas del Gobierno podrían hacer insostenible su recién aprobado y estrenado plan estratégico a cinco años. El consejo de administración de la compañía señaló en el informe de la opa parcial lanzada por el fondo IFM que por el momento resultaba harto complicado cuantificar del impacto; en cualquier caso, un hecho que obliga a hacer de nuevo muchas sumas y restas, con pocas esperanzas de que el resultado sea el mismo.

Meses atrás, Iberdrola se atrevió a dar una perspectiva con el horizonte de diez años, algo inédito incluso en sectores notablemente regulados como el energético. Planes hasta 2030 que corren peligro de tener que ser revisados demasiado pronto.