Manifestación de los sindicatos contra el ERE de Caixabank, uno de los ajustes de empleo de la banca / EP

Manifestación de los sindicatos contra el ERE de Caixabank, uno de los ajustes de empleo de la banca / EP

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Los ERE se llevan el 87% del resultado de la banca en dos años

Los grandes bancos han dado salida a más de 18.200 empleados desde 2019, en procesos de ajuste que han supuesto un coste total próximo a los 7.000 millones

3 julio, 2021 00:00

El acuerdo alcanzado por la dirección de Caixabank y los sindicatos en las últimas horas acerca del ERE en la entidad bancaria pone fin al ajuste laboral más severo del sector financiero español en los últimos tiempos. Y la factura no será precisamente barata. Los costes asociados a los diferentes procesos que han supuesto salidas de trabajadores desde 2019 se elevan nada menos que hasta el entorno de los 7.000 millones de euros para la gran banca.

A última hora del jueves, Caixabank comunicó oficialmente el cierre de las negociaciones con los representantes de los trabajadores. En un comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri detalló que los costes del ajuste se cifran en 1.900 millones de euros.

Factores determinantes

Una cantidad acorde con el que pasa por ser el mayor proceso de este tipo de la historia del sector bancario en España, que supondrá la marcha de algo más de 6.400 trabajadores de la entidad resultante de la fusión con Bankia y el cierre de algo más de 1.500 oficinas.

No obstante, aun con ser la más voluminosa, esta operación no ha sido sino el colofón de un proceso de ajuste desarrollado por la gran banca en los dos últimos años y que ha tenido como telón de fondo diversas circunstancias como maniobras de concentración, la crisis generada por el coronavirus y el complicado escenario en el que se mueve el sector actualmente.

Más de 18.200 salidas

En este último factor se incluyen circunstancias como los problemas para generar rentabilidad debido a la pervivencia de los tipos de interés negativos, que se prolongarán hasta pasada la mitad de la presente década, según los pronósticos más optimistas; el creciente proceso de digitalización, acelerado por la pandemia del Covid-19; y la competencia que llega precisamente del sector tecnológico, con nuevas entidades que operan en un marco sin apenas barreras normativas y con una estructura de costes mucho más optimizada, lo que les permite llegar a los clientes con propuestas enormemente competitivas.

Producto de todo ello, la gran banca habrá adelgazado sus plantillas al final del presente ejercicio en más de 18.200 trabajadores desde 2019. Un ajuste récord que, obviamente, también lleva asociado un coste récord.

La sede corporativa de Caixabank en Barcelona / EP

La sede corporativa de Caixabank en Barcelona / EP

Provisiones

La factura que pasará a la gran banca la oleada de despidos y cierre de sucursales equivale a un 87% del resultado conjunto de las entidades en los dos últimos ejercicios, que supera ligeramente los 8.000 millones de euros.

En este sentido, cabe tener en cuenta que en 2020 el balance fue notablemente negativo, con números rojos que se fueron por encima de los 5.500 millones de euros, debido a la enorme dotación de provisiones que se vio obligado a hacer el sector como consecuencia de la crisis del coronavirus. Además, tanto Santander como BBVA aprovecharon esta circunstancias para revisar sus balances en relación con los fondos de comercio de sus activos en EEUU.

Dos ajustes en dos años

Precisamente, la entidad que preside Ana Botín ha sido una de las más activas en cuanto a ajustes laborales se refiere. En 2019 acordó con los representantes de los trabajadores la salida de algo más de 3.500 empleados como consecuencia de asumir el control del ya extinto Banco Popular, tras su polémica resolución.

En enero del presente ejercicio culminó un nuevo ajuste para hacer posible sus planes de ahorro de costes en toda Europa, cifrado en 1.000 millones de euros anuales. En este caso, tras una leve revisión a la baja del planteamiento inicial, el número de bajas superó levemente los 3.200 empleados. En total, ambos procesos han supuesto en coste cercano a los 1.200 millones de euros para el banco.

La presidenta de Santander, Ana Botín, una de las pocas mujeres con poderes ejecutivos en empresas del Ibex 35 / EP

La presidenta de Santander, Ana Botín, una de las pocas mujeres con poderes ejecutivos en empresas del Ibex 35 / EP

Recorte y fusión

Caixabank también ha protagonizado dos movimientos de reducción de plantilla en apenas dos años. Los resultados correspondientes al ejercicio 2019 presentaban el impacto negativo de los costes de un ERE para algo más de 2.000 trabajadores, que se cifró en unos 980 millones de euros.

A éste cabe sumar el que acaba de firmarse, cuyo coste ya se verá reflejado en las cuentas del primer semestre que la entidad dará a conocer a finales de este mes de julio, según detallo a la CNMV. Eso sí, la entidad adelantó que mantiene los cálculos para obtener en torno a 770 millones de euros en sinergias producto de la fusión con Bankia, tal y como anunció cuando esta operación estaba en vías de tramitación.

Operaciones venideras

Mientras, Banco Sabadell ya comenzó 2021 con su particular ajuste en marcha, una vez que fue capaz de acordarlo con los sindicatos antes del cierre de 2020. En total, 1.800 salidas, que prácticamente ya se han articulado en su totalidad, y unos costes de algo más de 300 millones.

No obstante, todo apunta a que la entidad con sede en Alicante imitará a los dos anteriores y llevará a cabo una segundo ajuste. Su consejero delegado, César González-Bueno, lo ha insinuado públicamente al afirmar que el negocio minorista en España aún tiene un considerable margen de mejora en cuanto a su eficiencia.

Josep Oliu, presidente de Banco Sabadell / EUROPA PRESS

Josep Oliu, presidente de Banco Sabadell / EUROPA PRESS

También en solitario

Y, por si quedaba alguna duda, el nuevo plan estratégico a tres años diseñado precisamente por el equipo de González-Bueno y aprobado por el consejo en mayo contempla ajustes de costes de 100 millones de euros al año en España. Se da por hecho que saldrá de un nuevo recorte tanto de plantilla como de red de sucursales.

La entidad que preside Josep Oliu ha afrontado este proceso pese a que, contra todo pronóstico, no ha protagonizado un proceso de consolidación; pese a que el intento de fusión con BBVA quedó por el camino, ambos bancos han hecho ajustes. Éste último lo anunció a comienzos de año y no tardó en concretarlo en uno 3.000 trabajadores.