La solución de Pimec para la FP dual se estrella por falta de ayudas

Para ello, exigen un apoyo decidido del Govern que compense la menor capacidad organizativa de este ecosistema privado. Sus demandas, por el momento, han caído en saco roto. "Teniendo en cuenta que las pymes y microempresas representan más del 95% de empresas catalanas, el impulso de la FP dual pasa necesariamente por incorporar a este tejido empresarial", reclama Sílvia Miró, directora de políticas de ocupación y formación en Pimec.

Tutores mancomunados

El plan de la patronal para lograr este objetivo pasa por dotar con recursos públicos a los tutores mancomunados. Esta figura, introducida a petición de Pimec en agosto de 2020 por la Consejería de Educación, debería facilitar la inclusión de las pymes en los programas de FP dual. ¿Cómo? Asumiendo las tareas de gestión y supervisión de los alumnos y ejerciendo de puente entre la escuela y el centro de trabajo.

El apoyo de estos profesionales aligeraría no solo el papeleo de las privadas, sino que también ayudaría a las propias instituciones educativas, que a menudo tampoco tienen recursos ni tiempo para impulsar esta modalidad. Una solución que se adecuaría a la dimensión de las pymes y solventaría de forma eficaz estos obstáculos. "Las dificultades burocráticas, junto al desconocimiento por parte de las propias empresas, son la principal causa por la cual no se ha extendido la FP dual en las pymes", incide Miró.

Alumnos de un curso de especialización de FP / EP

Sin fondos públicos

Pese a la aprobación de la figura, un portavoz del Departamento reconoce que todavía se halla en proceso de implementación, aunque señala que "algunas empresas ya trabajan en esta línea". Sin embargo, la financiación de estos delegados queda fuera de discusión. Cuando se trata, según la patronal, del elemento que frena la extensión del modelo entre las pymes.

Hay que resaltar que los tutores mancomunados, como cuenta Miró, representarían a asociaciones o gremios. Es decir, no habría un tutor por cada empresa, sino que se elegirían para cada sector económico interesado en sumarse a la dual. "Se trataría de paquetizar la dual. Se contrataría a una figura facilitadora por parte de las asociaciones, o bien del propio Departamento. Se podrían sufragar por parte de los recursos de la Generalitat o bien estudiar otras fórmulas de financiación como fondos europeos", sugiere la dirigente de Pimec.

Miquel Costa junto a un alumno del ciclo de FP dual de la empresa Esteban Costa / CEDIDA

Reclutar jóvenes

Esto no significa que no haya pymes que hayan dado un paso firme para implementar esta alternativa. Un ejemplo de ello es Esteban Costa, un taller de soldadura de Martorell (Barcelona). Su propietario, Miquel Costa, hace cinco años que activó el primer curso de un grado medio de soldadura y calderería junto al IES El Palau de Sant Andreu de la Barca (Barcelona). Su experiencia es muy positiva: "Es la única vía para integrar gente joven al equipo. Lo único que necesitamos es más flexibilidad que se le ponga fácil a la empresa".

Pese a las trabas burocráticas, Costa respalda una vía formativa que permite reclutar personal joven, al modo como en el pasado los practicantes empezaban a aprender un oficio in situ. En el caso de Esteban Costa, los alumnos empiezan por trabajos seriados de menos complejidad, siempre acompañados de un trabajador senior, y van escalando en la empresa. "La mayoría de jóvenes llegan con la intención de desarrollarse, normalmente con éxito", apunta el empresario, que reconoce cómo muchos aspirantes se inscriben seducidos por la posibilidad de acceder rápidamente a un puesto bien remunerado y estable.

Alumno de FP dual en el taller Esteban Costa / CEDIDA

Oportunidad perdida

Más allá de estos casos aislados, mientras no exista una estructura de soporte, las escuelas seguirán firmando convenios con grandes empresas de forma mayoritaria. Su envergadura facilita mucho más la adscripción de pupilos, al poder concentrarlos en un único entorno de trabajo y colocarlos de una tacada. "Hasta que no se inviertan recursos por parte de la Generalitat, la FP dual será una utopía en las pymes y micropymes", explica Raúl Rodríguez, director general de la Federación catalana de empresas instaladoras (Fegicat).

El caso de esta organización es paradójico. Por un lado, el 95% de sus 5.600 asociados tienen necesidad urgente de incorporar profesionales a sus empresas. Pero, por otro lado, no se ven capaces de asumir la iniciativa de acordar un ciclo de dual por su propia falta de tamaño. "Preparar el expediente de cada alumno, acordar su horario laboral, llevar el control de su día a día... los centros no alcanzan para hacerlo y las empresas tampoco", detalla Rodríguez. La misma problemática que frena el desarrollo de esta formación en el grueso de las pymes del territorio.