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Barcelona maniobra ahora para retener el Hermitage

El ayuntamiento se abre a tolerar la inversión con algunos cambios para salvar la cara a Janet Sanz y Joan Subirats, que lo rechazaron

29 abril, 2021 00:00

Hermitage sí, pero con condiciones y cambios. El Ayuntamiento de Barcelona se inclina hora por permitir la subsede de la pinacoteca rusa en la Ciudad Condal, aunque con el proyecto inicial modificado para salvar la cara a los concejales que lo rechazaron en 2020: Janet Sanz, responsable de Urbanismo, y Joan Subirats, teniente de alcalde de Cultura. 

Lo explican fuentes conocedoras de la gresca que tuvo lugar ayer entre el Puerto de Barcelona y la Administración local. La Autoridad Portuaria incluyó la autorización a la inversión en su consejo de administración de abril, pero el ayuntamiento pidió quitarlo en el último momento. No sin tensión entre ambas partes. El lance, no obstante, no enmascara lo mollar: el Ejecutivo local ya no está abiertamente opuesto al proyecto. Pero exige cambios. 

El papel de Collboni

Es lo que indican las fuentes consultadas, que apuntan a una posible intermediación de Jaume Collboni, primer teniente de alcalde y responsable del área económica del ayuntamiento. Collboni (PSC) estaría tratando de mediar para que la inversión, que es 100% privada y solo requiere de un municipal --el Puerto ya la avala-- vea la luz. Lo tendría que hacer con mucho tacto, pues el mismo gobierno local lo rechazó en 2020. Hace solo un año. 

Si ello ocurre, que no es seguro, permitiría al primer teniente de alcalde hacer valer su condición de intermediario entre el Ejecutivo local y los sectores económicos, dos mundos que no siempre coinciden y que, sobre todo en el pasado mandato, vivieron una guerra soterrada, cuando no abierta.

Recreación digital del museo Hermitage Barcelona en la zona de la Nova Bocana / CG

Recreación digital del museo Hermitage Barcelona en la zona de la Nova Bocana / CG

El rol de Sanz y Subirats

Si el gobierno de Barcelona autoriza la construcción del museo, será porque el proyecto presenta cambios tan evidentes que BComú le puede vender a su electorado que no ha dado marcha atrás. Máxime cuando verbalizó un no rotundo en 2020, negativa que sostuvo con tres informes de parte que fueron muy criticados por falta de rigor. Como muestra un botón: el de encaje cultural estaba lleno de faltas de ortografía

Los comunes tienen un mes, que es lo que se han dado Ayuntamiento y Puerto para negociar, para construir un relato que no sea de derrota sin paliativos. O para reiterar su negativa y asumir los costes de que la inversión de 50 millones se fugue a otra ciudad, posiblemente a Madrid

Posibles demandas

Ello, una marcha de los millones y los puestos de trabajo asociados al proyecto cultural, es lo que temen el Gremi d'Hotels de Barcelona, los vecinos de Barceloneta y la oposición por boca de Junts, que atornillaron ayer al gobierno municipal para que salve la obra. La organización hotelera alertó de que "otro destino" se lleve el producto cultural, aunque también pidió "flexibilidad" a "todas las partes". 

Si su demanda no se impone, si no hay flexibilidad, el diálogo se rompe y el próximo consejo del Puerto --el de mayo-- termina en conflicto abierto, se podría abrir otro carril: el judicial. Sobre plano, los inversores tienen todo a su favor para hilvanar una demanda patrimonial al consistorio, pues se modificó el planeamiento de la zona de la Nueva Bocana del Puerto para encajar el equipamiento. Hay informes favorables a la intervención, incluyendo uno del ahora concejal de Presidencia, Jordi Martí (BComú). La negativa municipal al Hermitage costaría 150 millones de euros, avanzó Metrópoli Abierta. La batalla judicial se desplazaría al próximo mandato, al que aspiraría a repetir como alcaldesa Ada Colau según los globos sonda que ha lanzado en las últimas semanas.