El mayor parque de terror de Europa no ha logrado sobrevivir al Covid-19. El pasado jueves, los promotores de Horrorland anunciaron la clausura del recinto situado en el polígono industrial de Sant Jordi de Cercs (Barcelona). Pese a la voluntad de Horror Box e Insomnia Corporation, explotadoras del complejo, por ajustar las actividades del scream park a las restricciones de la Generalitat de Cataluña, la casa encantada ha echado el cierre aguijoneada por la crisis sanitaria.
Pero el virus no ha sido el único factor que explica la pérdida del parque temático. David Moreno (Horror Box) detalla a Crónica Global los incumplimientos de la Agència de Desenvolupament del Berguedà que, en última instancia, han provocado el colapso de la iniciativa tras tres años de andadura.
Incumplimientos
La falta de flexibilidad con los alquileres, sumada a la promesa de una ayuda pública que jamás llegó a materializarse, han dado la puntilla a unas instalaciones clave para la dinamización de la comarca del Berguedà. "Si en marzo de 2020 nos tiramos a la piscina para reabrir Horrorland, pese a la llegada del Covid-19, fue porque nos prometieron una condonación de los alquileres hasta marzo de 2021", explica Moreno.
Las privadas garantizaron una inversión importante para adaptarse al nuevo escenario vírico, pero argumentaron que necesitaban este colchón para "empatar a cero la cuenta de resultados". Pese a que el plan se aprobó, finalmente el ente de desarrollo local solo condonó las cuotas entre julio y diciembre. Ante esta situación, los organizadores comunicaron en octubre que renunciaban a celebrar su tercera edición.
Falta de apoyo
"La agencia no nos ha apoyado suficientemente", remacha el responsable que, con todo, pone en valor el respaldo político del alcalde de Cercs, Jesús Calderer. Pone como ejemplo la negativa a un servicio de transfer desde Berga hasta las instalaciones, o el estado semirruinoso de las seis naves industriales que las propias compañías remozaron a fondo. "Cuando llegamos había cuatro paredes de cemento y una puerta de hierro. No había acometidas eléctricas ni estaban los suministros de alta. El estado de las naves era el que era y nosotros las pusimos a punto", cuenta.
Por su parte, Lluís Vall, presidente del organismo público, reinvidica las medidas tomadas por la Administración para ayudar a los empresarios. Entre estas, la condonación de alquileres por valor de 22.000 euros entre julio y diciembre de 2020 --punto reconocido por las mercantiles--. Asimismo, Horrorland se benefició en 2018 de otro descuento sobre las rentas durante sus seis primeros meses de actividad.
Respuesta de la agencia
Sin embargo, la cantidad comunicada ayer por la agencia --100.000 euros en estímulos-- es desmentida rotundamente por Moreno, ya que computa como ayudas la propia negociación del precio de los alquileres, pero en ningún caso ninguna transferencia de fondos a la propiedad. Asimismo, el propio Vall reconoce que no se pudo ofrece una ayuda a fondo perdido ya que "no tenemos capacidad económica" y hubiese resultado discriminatorio compensar a unas empresas y a otras no.
Vall también cuestiona el alcance socioeconómico del proyecto --"de los 170 trabajadores, no todos eran de la comarca"-- y considera que la iniciativa tenía un arraigo relativo, ya que era fácil de trasladar a otro lugar. "No hay culpables directos y todos lamentamos el fin de Horrorland provocado por la situación del Covid-19", añade.
Maná para la comarca
En su mayor apogeo, Horrorland llegó a congregar a 40.000 visitantes en un solo trimestre en una región con exiguo dinamismo económico. Las ganancias de la atracción, según cuenta este empresario, repercutieron en el pequeño tejido de restauradores, hosteleros y comerciantes de la comarca, y se sumaron a la creación de 170 puestos de trabajo. "Hemos llegado a reunir tanta o más gente que con la Patum, en unas fechas previas a la llegada de la nieve y en una zona de paso", afirma Moreno.
Hasta tal punto que en la edición de 2019, los propietarios aumentaron la cifra de espectáculos y se animaron a acoger más público. El año pasado, además, Horrorland vendió todas sus entradas, aunque se vio obligado a reembolsarlas ante la imposibilidad de retomar la actividad. ¿Han recibido ofertas para mudarse a un nuevo emplazamiento? Moreno revela que durante los últimos días han recibido varias propuestas, aunque reconoce que reproducir la idea precisaría una inversión intensiva de al menos tres millones de euros.
Apoyo de los trabajadores
Algunos trabajadores entrevistados por Crónica Global reprocha igualmente la miopía de la agencia local su miopía. "Durante el tiempo que estuvimos abiertos recibimos visitas de directivos de Disney. Si esto pasa en París o Londres, la política se hubiera movido para salvar el proyecto", afirma un intérprete. Por su parte, el Departamento de Cultura no ha entrado a valorar el cierre del parque de ocio.
Horror Box es una productora de espectáculos temáticos con una trayectoria consolidada en Cataluña. Además de gestionar tres scapes rooms en Barcelona, la compañía diseña eventos para distintos clientes y, entre sus próximos planes, está el estreno de una experiencia de terror en el Museo de Cera de la capital catalana.