Plantón empresarial a las restricciones del Govern
Patronales, sindicatos y economistas reprochan el ‘cerrojazo’ en el sector de la restauración y creen que la Generalitat da “palos de ciego”
15 octubre, 2020 00:00Una decisión “excesiva y poco proporcionada”. Esa es la expresión que empresarios, sindicatos y economistas utilizan para calificar la actuación del Govern, que pretende cerrar el sector de la restauración para paliar el número de contagios de Covid. Las patronales Foment y Pimec y los sindicatos UGT y CCOO consideraron que la medida, aunque se asemeje a las decisiones adoptadas en otros países europeos, ha sido demasiado “drástica”. Es un camino “hacia la ruina”, señala una fuente empresarial.
Los matices llegan después, pero la reacción fue clara. El Ejecutivo que ahora dirige Pere Aragonès, aunque vigilado de cerca por Mertixell Budó, ha querido mostrar una imagen de firmeza frente a otros gobiernos autonómicos, en especial el de Madrid. Y ha buscado una salida “fácil”, al optar por el cierre de bares y restaurantes, que son empresas pequeñas y medianas que difícilmente podrán resistir el golpe, pese a las ayudas anunciadas por la Generalitat.
Apuesta por una "gradualidad" en las medidas
Los agentes sociales y económicos mantuvieron una reunión con el Govern en la tarde del martes. No se dio a conocer en ella ninguna de las medidas anunciadas este miércoles. Sin embargo, se trató, como apuntan fuentes sindicales, de un encuentro sobre el teletrabajo. Y de carácter técnico, con miembros expertos en relaciones laborales. En ese campo, los representantes empresariales y sindicales hicieron valer su posición: nada de aumentar de forma significativa el teletrabajo, porque ello significaría señalar a las empresas, que consideran que ha tomado todas las medidas necesarias para impedir el aumento de contagios. Y, aunque se conocía, por conversaciones informales, que el Govern pensaba en medidas enfocadas a la restauración y el ocio, el cerrojazo anunciado el miércoles causó sorpresa e indignación.
Fuentes sindicales consideran que las medidas del Govern se enmarcan en las actuaciones tomadas en otros países europeos y que la prioridad debe ser el control de una posible escalada de la pandemia. Pero también se considera que se podría haber actuado con “gradualidad”, con fases intermedias, sin llegar al cerrojazo de todo el sector de la noche a la mañana. En cualquier caso, tanto UGT como CCOO consideran que se deberá compensar de forma clara a los más perjudicados por las medidas de cierre.
Diferenciarse de Ayuso
La patronal Pimec fue contundente, al entender que muchas pequeñas empresas no podrán aguantar. Su presidente, Josep González, apostó por una “gradualidad” en las medidas del Govern, y, en función de su resultado, se podría haber avanzado o volver a una situación anterior. Pese a todo, y pensando en el mejor escenario a corto plazo, las patronales valoran que se pueda preparar una buena campaña de Navidad en mejores condiciones que las actuales tras ese control de los contagios.
El economista Gonzalo Bernardos entiende que, esta vez, la decisión del Govern de la Generalitat no es extraña, que entra dentro de los parámetros adoptados en Francia, en Holanda o en Alemania, pero que existe, además, “un componente político” del Ejecutivo de Aragonès de mostrar que está actuando y que se puede diferenciar del gobierno autonómico de Madrid, de Isabel Díaz Ayuso.
Pobreza para "miles de trabajadores"
La crítica más clara y contundente llegó por parte de la patronal Foment. Su presidente, Josep Sánchez Llibre, muy activo, presentó sus credenciales al rechazar una responsabilidad de los centros de trabajo en el aumento de contagiados. La patronal defiende que se han tomado medidas y que los focos que se deberían atacar son las “aglomeraciones sociales”, además de pedir una mayor “responsabilidad” a los propios ciudadanos para que cambien sus hábitos sociales tomando más medidas de protección.
Lo que está haciendo el Govern es para Foment una “condena a la pobreza a miles de trabajadores y empresarios, autónomos en su mayoría”. El clima, tras el anuncio oficial de hasta cuatro consejeros de la Generalitat, generó un profundo desconsuelo en el empresariado catalán. La sensación es que se dan “palos de ciego” y que el Ejecutivo catalán, al final, en la línea de lo que apuntó Bernardos, “lo que desea es hacer ver que se mueve, que toma decisiones, sin saber muy bien en qué dirección”.