El futuro presidente de Caixabank y actual de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri (i), junto al consejero delegado del banco, Gonzalo Gortázar (d), en Valencia / CAIXABANK

El futuro presidente de Caixabank y actual de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri (i), junto al consejero delegado del banco, Gonzalo Gortázar (d), en Valencia / CAIXABANK

Business

Los otros dueños de Caixabank: Blackrock y Norges Bank

Los dos fondos lideran un grupo de accionistas institucionales cuya participación sumada se asemeja a la que tendrá el Estado, un 16%

22 septiembre, 2020 00:00

El nuevo Caixabank contará con la Fundación Bancaria La Caixa y el Estado como accionistas de referencia pero en su capital también tendrá presencia destacada un grupo de inversores institucionales que pasarán a ser los otros dueños de la entidad. Los principales, Blackrock y el fondo soberano de Noruega, habituales en grandes cotizadas españolas, sumarán en conjunto cerca de un 6% del banco.

Las estimaciones de Caixabank y Bankia, los dos bancos que darán lugar al nuevo gigante financiero con su fusión, estiman que el 37% del capital de la entidad resultante estará en manos de institucionales, distribuido en numerosos socios, sobre todo fondos de inversión y de pensiones. Pero aquellos que contarán con mayor peso, aproximadamente una decena, aglutinan una participación conjunta similar a la que ostentará el Estado a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), algo más del 16%.

Gran cartera en España

Entre ellos figura Blackrock, que tendrá casi un 3% de la entidad resultante tras culminar el proceso de fusión. Se trata de uno de los mayores fondos de inversión del mundo y un perfecto conocedor de la bolsa española. No en vano, está presente con una participación significativa en la mayoría de las grandes compañías que componen el Ibex 35.

El fondo cuenta en la actualidad con poco más del 3% de la actual Caixabank y con una participación similar en Bankia, valor por el que apostó pocas semanas antes de que se iniciaran las conversaciones que han derivado en el proceso de integración que han aprobado recientemente sus respectivos consejos de administración.

Un gran fondo soberano

No obstante, parte del porcentaje que posee en la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri se corresponde con derivados liquidables en efectivo, es decir, que Blackrock en ningún caso se quedará con las acciones de Bankia. Teniendo en cuenta el canje de las acciones que sí posee físicamente, la entidad estadounidense estará muy cerca de mantener en el nuevo Caixabank la participación que mantiene en el actual.

Por su parte, Norges Bank, la entidad custodia de fondo soberano de Noruega, también es uno de los considerados como “dueños” de la bolsa española. Cuenta con una presencia destacada en el capital de los grandes valores y, en general, en más de cincuenta posiciones de compañías cotizadas españolas.

Distintos perfiles

Como sucede con Blackrock, Norges Bank tiene en cartera algo más de un 3% de Caixabank y una participación similar en Bankia, lo que hará que sea una de las referencias de los accionistas institucionales en la nueva entidad. 

Llama la atención que los otros dueños del nuevo Caixabank tienen perfiles completamente distintos. En el caso de Blackrock, se trata de una entidad cuyos productos están enfocados por completo a la búsqueda de la rentabilidad en plazos de tiempo más estrechos, dentro de que su apuesta por los valores tiene una mayor vocación de estabilidad que un fondo oportunista al uso.

Ingresos del petróleo

Mientras, el fondo soberano de Noruega es uno de los mayores del mundo de este tipo por el volumen de activos gestionados, que antes del estallido de la pandemia del coronavirus se aproximaba al billón de euros.

El vehículo gestiona los ingresos obtenidos por el Estado nórdico procedente del petróleo, una de las principales fuentes de riqueza del país, uno de los principales productores y exportadores de los que no forman parte de la OPEP. Su modelo de gestión es más asimilable a la de un fondo de pensiones, con inversiones más a largo plazo, más enfocadas a la estabilidad, a la rentabilidad por dividendo y a factores que minimicen los riesgos de la renta variable.