Grup Balfegó ha dejado en la estacada al sector pesquero. La atunera española ha impagado las compensaciones que prometió a las flotas por la catástrofe del atún rojo de enero, cuando el temporal Gloria zarandeó sus jaulas de engorde, liberando a miles de ejemplares que murieron y contaminaron la costa de Tarragona, arruinando así varios días de faena. 

Lo han explicado fuentes del sector pesquero y lo han confirmado miembros del grupo de trabajo de la Federación Territorial de Cofradías de Pescadores de Tarragona, que coordina las negociaciones con la atunera para compensar a los barcos de arrastre. "No, aún no han pagado. Entregaron una primera compensación de 700 euros por barco de arrastre, que tiene que devolverse, pero nada más. La liquidación sigue pendiente", han explicado voces del grupo de trabajo, que da cobertura a las cofradías de, sobre todo, L'Ametlla y Sant Carles de La Ràpita, dos de las poblaciones más afectadas por el desastre de los atunes podridos.

"Ha habido retraso"

Isabel Betoret, secretaria de la cofradía de L'Ametlla, es una de las personas que está negociando con el gigante del atún rojo. "Hay un acuerdo alcanzado por las compensaciones a las flotas. Pero es cierto que no se ha implementado, a causa de la crisis sanitaria del coronavirus o por otros motivos", ha señalado la directiva. Betoret ha "agradecido" la buena predisposición de Balfegó para negociar tras la liberación de miles de ejemplares y su putrefacción. "Desde el primer momento tuvimos claro que era un suceso catastrófico, producto de una borrasca con una violencia inusitada. Jamás vimos algo igual en la zona", ha lamentado la misma fuente.

 

 

Rapiñan los atunes de Grupo Balfegó tras la tormenta Gloria / YOUTUBE

Otras voces cercanas a la negociación son más críticas con el gigante que dirigen los primos hermanos Pere Vicent y Manel Balfegó. "La empresa prometió un traje a medida a cada barco de arrastre, pero no ha cumplido. Con el temporal, miles de atunes salieron de sus jaulas de engorde, quedaron esparcidos por toda la costa de Tarragona y se descompusieron. Los pescadores los capturaron durante semanas. Y cada vez que lo hacían se arruinaba su jornada, pues no se puede vender una captura cuando viene con un atún en descomposición: es tóxico", recuerdan. Las mismas voces critican "el desastre económico y ecológico que supuso la crisis".

"La cuota sí la capturaron"

Otras fuentes hacen hincapié en la gestión posterior al desastre, que Grup Balfegó tapó desplegando toda su influencia mediática. "Aparecieron trozos de atún durante meses. Durante el confinamiento, algunos barcos continuaron hallando piezas de pez podrido", alertan. En paralelo, se montaba una mesa de negociación para compensar las pérdidas del sector. Balfegó confió las conversaciones a Mapfre, su aseguradora. Las flotas montaron una suerte de comité de crisis dirigido por secretarios de varias cofradías afectadas. Es en este marco donde los pagos se han bloqueado, por el motivo que fuere. El impacto sobre algunos barcos alcanza los 15.000 euros.

Preguntado por las razones de la demora en las indemnizaciones, Grup Balfegó ha respondido a este medio que no contestarán peticiones informativas hasta septiembre, cuando concluyan las vacaciones de sus empleados. Lo que sí ha hecho el grupo productor y transformador de thunnus thynnus, una especie que está en peligro de extinción y sometida a fuertes restricciones de captura, es pescar su cuota de 2.440 toneladas. "En junio volvieron a salir y rellenaron su granja de L'Ametlla en 72 horas", recuerdan fuentes del sector. Antes de ello, la compañía se enfrentó a la Secretaría General de Pesca por el reparto, que consideró "injusto". Amenazó incluso con acciones legales. Guardó silencio la atunera, no obstante, sobre el agravio pendiente con el sector pesquero, al que debe dinero.