El Ibex no aguanta el rebote y cede otro 3,2% ante la falta de medidas
El selectivo llegó a avanzar más de un 3% pero se vino abajo tras una tibia apertura en Wall Street, ante la ausencia de mesuras de estímulo concretas
10 marzo, 2020 17:57La volatilidad se adueñó de la sesión bursátil de este martes, que apuntaba a ser de rebote después de que el Ibex protagonizara el día anterior la cuarta peor sesión de su historia pero que terminó como una más de notables pérdidas. El motivo del cambio de tendencia fue, principalmente, la falta de confianza de los inversores, que ven cómo no terminan de concretarse medidas de estímulo por parte de las autoridades monetarias ni tampoco acciones coordinadas para tratar de combatir los efectos negativos de la extensión del coronavirus para las economías. Tras llegar a subir más de un 3%, el Ibex cerró con retrocesos del 3,2%, arrastrado por las energéticas y las inmobiliarias.
En el cambio de tono tuvo mucho que ver la apertura de la sesión en Wall Street, que dejó un tanto fríos a los inversores europeos dado que el avance que marcaban los principales índices no se correspondía con el que habían reflejado los futuros americanos durante la mañana. Después de que los índices neoyorquinos registraran su sesión más negativa desde 2008, el mercado esperaba un fuerte rebote y mucho más después de que el presidente de EEUU, Donald Trump, anunciara un próximo recorte de impuestos para las empresas como medida para paliar los efectos del Covid-19.
Improbable bajada de tipos
El repunte del petróleo, tras su descalabro de ayer como consecuencia de la guerra de precios impulsada por Arabia Saudí, completaba un panorama propicio para la reacción, con la vista puesta también en la reunión que el jueves celebrará el Banco Central Europeo (BCE), con la difícil papeleta de decidir si vuelve a bajar unos tipos de interés que ya están muy cerca de cero.
Una posibilidad que se va disipando conforme pasan las horas, lo que también tuvo su reflejo en el ritmo de las compras en las bolsas del Viejo Continente, que fue menguando hasta sucumbir de nuevo a la incertidumbre.
Aunque Banco Sabadell extendió su espiral bajista y volvió a liderar los descensos del Ibex (-7,16%), la banca no fue en este caso el sector más castigado. Fue el energético, que ha perdido con el transcurrir de las jornadas la condición de refugio que adquirió en las primeras sesiones de la crisis. Así, Enagás e Iberdrola protagonizaron retrocesos superiores al 5%, secundados por Endesa, que recortó el 4,9%. Naturgy, muy penalizada el lunes, se dejó otro 4,1%.
Tímida reacción de Repsol
Los expertos señalan que se trata de acciones menos castigadas en esta racha netamente bajista, por lo que los inversores aún mantienen muchas posiciones sin deshacer y son ahora el principal foco cuando se trata de huir de la renta variable. En este caso también está el sector inmobiliario. Las dos socimis del Ibex figuraron entre los peores valores de la jornada, con descensos cercanos al 5,5% para Colonial y por encima del 4% en el caso de Merlin Properties.
En el caso de los valores energéticos, Repsol fue la excepción. Tras el fuerte varapalo sufrido el lunes, cuando se desplomó más de un 14% debido al hundimiento del petróleo, se benefició a primera hora de la acción de los cazadores de gangas, que auparon al valor más de un 9%, en línea con el comportamiento que estaba teniendo el petróleo en los mercados de materias primas.
Trump genera más dudas
Sin embargo, también fue uno de los más afectados por el cambio de tendencia a media sesión y el avance se quedó en algo más de un 1,5% al cierre mientras que el barril de crudo moderaba también su progresión y registraba subidas de algo más del 5%.
Masmóvil, Mapfre y Mediaset completaba el grupo de valores del Ibex 35 capaces de subir más de un 1% (el 2,14% en el caso del tercero) en una sesión de locura, hasta el punto de que hubo una diferencia de 567 puntos entre el máximo y el mínimo intradiarios. Cerca de este último concluyó la sesión el Ibex, con Wall Street perdiendo fuerza por momentos debido a las dudas generadas por el compromiso fiscal de Trump que incluso afloran en las propias filas del Partido Republicano.