Vladimir Putin, presidente ruso, y el rey saudí Salmán bin Abdulaziz al Saud / CG

Vladimir Putin, presidente ruso, y el rey saudí Salmán bin Abdulaziz al Saud / CG

Business

Chantaje saudí a las bolsas para proteger el crudo del coronavirus

Saudíes y rusos vuelven a enzarzarse por el petróleo, una situación que se repite en los últimos años

10 marzo, 2020 00:00

Ha sido la gota que ha colmado el vaso en el mundo inversor y financiero. El desacuerdo entre Arabia Saudí y Rusia provocó una hecatombe bursátil y un desplome histórico en el precio del barril de crudo.

El país pérsico ha tirado la casa por la ventana y abrió el grifo con la intención de provocar un desplome en el precio de la materia prima. Rusia comunicó la semana pasada la propuesta que hizo la OPEP para recortar 1,5 millones de barriles diarios para contrarrestar los efectos negativos que está provocando el coronavirus.

Saudíes y rusos vuelven a enzarzarse por el petróleo / CG

Aumento en la producción de barriles

La reacción de Riad se hizo esperar unos días, pero la calma se rompió cuando decidió rebajar el valor del crudo. Arabia Saudí pretende elevar la producción por encima de los 12 millones de barriles por día a partir de abril, mientras que ahora extrae alrededor de 9,7 millones.

Consciente del efecto que generan en las bolsas las fluctuaciones de los precios del petróleo, el Gobierno saudí pretende salirse con la suya tomando como rehenes a los mercados de renta variable, sabedor también de que el mayor y el más importante de todos se encuentra en EEUU, que podría ser la tercera pata de esta guerra de precios. 

La alianza de los principales extractores de petróleo en el mundo esperan que Rusia termine por aceptar el pacto puesto que el resto de países con menor peso petrolero como Venezuela, Reino Unido, Brasil, México o Noruega tienen unos costes de producción más altos que ambas potencias.

Experta en estas situaciones

No obstante, el régimen saudí espera que la presión a Rusia para que dé su brazo a torcer provenga también de la industria de Wall Street, ya muy sacudida por los posibles efectos del coronavirus y que no estará dispuesta a que la estrategia geopolítica del gigante de Oriente Medio complique aún más la situación en el parqué. 

Por lo demás, esta situación no es ni mucho menos nueva para Arabia Saudí, que suele realizar estos movimientos en momentos de tensión. “Con el auge en el mercado durante los años 2013 y 2014 de los productores de esquisto estadounidenses, Riad también optó por utilizar esta táctica de la guerra de precios para echar del mercado a sus competidores a través de la baja rentabilidad”, señala el analista de IG Markets, Aitor Méndez.

Las posturas de ambos países provocan cierta incertidumbre a corto plazo entre los analistas. Barani Krishnan, analista de Investing.com, remarca que “las previsiones de oferta y la demanda de petróleo mensuales de la Agencia Internacional de la Energía que se se publicaron este lunes, y las de la OPEP, o la Organización de Países Exportadores de Petróleo, que se conocerán el miércoles, podrían ayudar al mercado a decidirse”.

Precisamente, la última vez que el precio del crudo estuvo tan bajo, a comienzos de 2016, también se debió a una maniobra del Gobierno saudí. Eso sí, por entonces logró acabar con dos años en los que la industria del petróleo funcionó prácticamente sin el sistema de cártel que impone la OPEP y que llevó a los precios por debajo de 30 dólares desde cotas superiores a los 125 dólares por barril.

Mucho ruido

Por otra parte, la consultora Eurasia Group sostiene que “ambas partes tengan intención de mantener una guerra de precios para reemplazar en gran parte a la producción no convencional estadounidense”. Precisamente, la unión contra Estados Unidos, principal enemigo por sus técnicas de extracción por fracking es una de las principales razones por las que el mercado descuenta que se llegará a un acuerdo. 

De hecho, Trump se resignó en Twitter y lamentó que “las noticias falsas y las discusiones entre Rusia y Arabia Saudí han provocado las bajadas en los mercados”. Además, ironizó con que “los consumidores pueden estar contentos por la bajada de la gasolina”.

A pesar del cruce de palabras, los analistas ven mucho fuego de artificio en esta crisis. "Rusia tiene recursos para hacer frente a los efectos económicos de una guerra de precios, pero Putin no está por la labor de entrar en una batalla con Arabia Saudí, ni como un juego sostenido contra los productores no convencional”, se lee en el informe de Eurasia.

Mantienen las relaciones

En este sentido, los expertos sostienen que la situación se corresponde más con una voladura contralada que con una verdadera crisis, toda vez que ambos países mantienen sin cambios sus relaciones diplomáticas y comerciales, más allá de la furibunda y estratégica reacción de los saudíes. 

La prensa local saudí apunta, al hilo de esta situación, que hay constancia de las buenas relaciones existentes entre el ministro de Energía local, el príncipe Abdul Aziz bin Salman, y su colega ruso, Alexander Novak. Hasta el punto de que en el país saudí se da por hecho que ambos prosiguen manteniendo reuniones de carácter informal para tratar de alcanzar un acuerdo.