Ontiveros: “La calidad empresarial de Madrid explica su crecimiento”
El economista sostiene que Cataluña tiene un modelo "envidiable" en Europa y que crecerá si sabe dejar atrás "sus temores"
8 febrero, 2020 00:00Emilio Ontiveros (Ciudad Real, 1948) comunica con una pasmosa facilidad. Se toma sus tiempos, respira, y matiza. Catedrático Emérito de Economía de la Empresa de la Universidad Autónoma de Madrid, de la que fue vicerrector, fundador y presidente de AFI y AFI Escuela de Finanzas, acaba de publicar Excesos: Amenazas a la prosperidad global (Planeta). Esta semana ha participado en Barcelona en un debate organizado por el Círculo de Economía, junto a la economista Teresa Garcia-Milà. La conversación se centró en la posibilidad de ofrecer un nuevo modelo de financiación, como un primer paso para una salida política en Cataluña. Ontiveros se pronuncia, en esta entrevista con Crónica Global, sobre esa idea y acerca de la rivalidad entre Barcelona y Madrid, como posible origen del problema político de fondo. Y constata que “la calidad empresarial de Madrid explica su crecimiento”, y no está determinado por la cercanía de los ministerios del Estado.
--Pregunta: ¿Una nueva financiación para Cataluña sería una posible salida al llamado problema catalán, a pesar de que en el acto en el Círculo de Economía se generó una polémica sobre ello?
--Respuesta: Me da la impresión, por las primeras reacciones, durante el acto y después, que un modelo más autogestionado por parte de Cataluña podría inclinar a un mayor número de catalanes hacia una coexistencia, sobre la base de un Estado federal. Lo que no sé valorar es hasta qué punto ese podría llegar tarde, o hasta qué punto la financiación queda ya subordinada a prioridades de carácter identitario.
--En cualquier caso, es un primer paso, que, además, piden otras comunidades
--Sí, yo creo que con el nuevo Gobierno se debe asumir la revisión del modelo. Se ha convocado el Consejo de Política Fiscal y Financiera, pero hace más de un año que no se hacía. Hay algunos puntos mínimos en común, con una comisión de expertos que ya elaboró una propuesta. El denominador común es que debe haber una mayor responsabilidad, clarificar el arbitraje fiscal, y con un fondo de solidaridad suficiente. Hay espacio para combinar soluciones particulares con un modelo más general.
--Es decir, no es tan difícil si se busca ese consenso, ¿no?
--No lo es, pero para evitar que sea imposible, se debe asumir como punto de partida que no habrá ninguna comunidad con menos financiación que el año anterior a su puesta en marcha.
--¿Más dinero al sistema, que lo aporte el Estado?
--Sí, aunque se podría introducir de forma gradual, comprometiendo esa apuesta con la negociación, en paralelo, con Bruselas. Y se debe recordar que la Comisión Europea vigilará de cerca el déficit excesivo.
--En Cataluña se mantiene el debate, de fondo, sobre la rivalidad económica entre Barcelona y Madrid. ¿Eso explica el problema? ¿Se beneficia tanto Madrid de efectos como el de capitalidad?
--En los últimos años se ha comprobado que el efecto de capitalidad, de localización, es importante, claro. Pero no explica el crecimiento de Madrid. Más allá de esa cuestión, hay un atractivo evidente. Hay una mayor capacidad competitiva. Una mayor calidad empresarial, con empresas muy internacionalizadas. No digo que sea importante tener un ministerio cerca, pero a medio y largo plazo, lo importante es la capacidad de atracción, empresas intensivas en conocimiento. La calidad empresarial de Madrid explica su crecimiento, y eso se debe tener en cuenta.
--¿Entiende, sin embargo, que ese debate sobre las dos ciudades pueda estar detrás del origen del problema político?
--Puede que haya estado sobrevolando ese fantasma, pero no se percibe así en Madrid. No se percibe que se haya tenido una ventaja competitiva. El tejido empresarial, la calidad del capital humano y universitario es muy importante. Pero puestos a buscar las causas del avance de Madrid, creo que no se debe tanto a un retroceso de Cataluña, como que Madrid ha desplegado ventajas latentes. No a costa de Cataluña.
--¿Se podría interpretar de otra forma, y considerar que España es un caso de éxito, con dos grandes polos económicos, con Madrid con el 19% del PIB, y con Cataluña también con el 19%?
--Afortunadamente, sí. Cataluña tiene una densidad en factores competitivos enorme, que no tiene nadie más. Ese casi 20% del PIB lo tiene con unos atributos muy distantes de la media del resto del país: calidad de la función empresarial, del capital humano, del sistema de conocimiento. Es envidiable en términos europeos. Es una gran economía si abandona todos sus temores.
--¿Pero Madrid ha acertado al concentrar sus esfuerzos en la economía de servicios y en las finanzas, mientras que el sector industrial sufrirá más en los próximos años?
--No tanto por el sector de las finanzas. También las tiene Cataluña. Los servicios sí, pero hay que pensar en los servicios asociados al tejido industrial. Creo que Cataluña, además, se puede reorientar perfectamente a los cambios que se puedan producir en la industria.
--¿Qué implica que una comunidad autónoma como Extremadura pida que el salario mínimo sea más bajo en su territorio?
--La reacción del presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, no ha sido la más acertada. Hay un compromiso con la carta social europea para que el ritmo de convergencia del salario mínimo se vaya acercando al 60% del salario medio. España está por debajo de esa magnitud. Es cierto que hay ritmos diferentes, y estructuras económicas distintas, porque se puede pensar que se ponen en peligro trabajos temporales, domésticos, de hostelería de baja calidad. Pero ese no es el problema, sino la fijación de los precios de determinados productos en el campo.
--Ya tenemos el Brexit. ¿Es lo que quería una parte del Reino Unido para caminar hacia un modelo como el de Singapur? ¿Si sale bien, abrirá la puerta a otros países europeos?
--Creo que a cualquier otro país la experiencia del Reino Unido le va a intimidar. Auguro crecimientos bajos en los próximos años. Los británicos crecerán por debajo de la media europea. No creo, para nada, que sea un ejemplo para otros. Lo que han experimento tiene un fuerte componente populista, involucionista, y sufrirá el sector servicios, y también el industrial.
--¿El Gobierno de Pedro Sánchez con Unidas Podemos preocupa en el mundo económico?
--Se ha demostrado que la economía española tiene unas redes de seguridad muy importantes. España es hoy por hoy un país en el que no hay ningún partido que disienta del euro, de los compromisos de estabilidad. La ayuda del BCE es, además, providencial. La prima de riesgo no ofrece ningún signo de inquietud. Al revés. Y, después, hay otro elemento importante: la calidad empresarial mejora; hay talento en la dirección de las empresas; llega la inversión extranjera directa, que no ha dejado de crecer en los últimos años. Los mercados no se encuentran intimidados, porque creen que no habrá volantazos por parte del Gobierno.
--¿Eso se debe al cambio experimentado por Unidas Podemos?
--Podemos está anteponiendo la responsabilidad del Gobierno. Ofrecen la imagen de más moderados que el PSOE de 1982.
--Pero no hay presupuesto
--Cierto, y eso es el catalizador de lo que pueda ocurrir en los próximos meses, con la compleja situación en Cataluña, con unas elecciones que influirán en esa aprobación de las cuentas del Estado, que son cada vez más necesarias.