Joan Canadell y el resto del equipo de Eines de País se han topado esta semana con un baño de realidad en la Cámara de Comercio de Barcelona. Los independentistas reconocen que les ha molestado de forma profunda la propuesta del presidente de Numintec, José María Torres, de que la oposición se una para frenar las aspiraciones políticas de un equipo directivo cada vez más centrado en promover reivindicaciones procesistas pero sin margen real para aplicar el cambio profundo en la institución empresarial al que aspiraban.
Cámara de Comercio de Barcelona / CG
Según los allegados al grupo que se conformó en la ANC, Canadell se siente engañado por el posicionamiento público del también empresario de Pimec. Ha confesado que se siente atacado por una persona al que considera que facilitó una silla en la institución. Y es que el empresario crítico ha entrado en el pleno como representante patronal porque, a pesar de ser, junto a Enric Crous, una de las caras visibles de una de las candidaturas que se presentaron en las últimas elecciones, en su epígrafe le superó en votos un independentista.
¿Pacto de Canadell y Pimec?
El presidente ha asegurado en privado que pactó con el líder de Pimec, Josep González, sumar a más personas en el pleno de esta patronal que no de Foment del Treball a cambio del apoyo a los independentistas en la elección de la cúpula. Un gesto con el que buscaría entrar con más fuerza en la Cámara y que, de ser real, justificaría el resultado de la votación que tuvo lugar en junio. Fue un éxito, pero más estético que con efectos prácticos en la gobernanza. Eines de País tenía igualmente la mayoría asegurada.
Torres es ahora la cara más visible de los empresarios que rechazan la estrategia política de la ANC en la organización empresarial. O, lo que es lo mismo, su objetivo único al tomar su control. El crítico defiende que la forma de acceso a su silla tiene el mismo valor que el de cualquier otro miembro del plenario (60 personas) y matiza que sus posicionamientos públicos y reprobaciones a la propaganda procesista que se emite desde la Cámara de Comercio las hace a título individual. “Pimec tiene sus propias vías de comunicación para hacerlo”, indica. Con todo, estas palabras no han sido suficientes para los independentistas.
Procesos judiciales
Al malestar por lo que se lee casi como una traición de los empresarios de pymes, tal y como manifiestan los mismos interlocutores, se le suma la causa judicial que está en marcha y que se instruye en una quincena de juzgados de Barcelona. El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) rechazó la pretensión de los electores afines a Carlos Tusquets y Ramon Masià de presentar una causa conjunta y promovieron a título individual 20 demandas de presunta vulneración de sus derechos que se empiezan a admitir a trámite.
Eines de País no es el centro de esta acción, tal y como recuerdan los impulsores. La movilización que consiguió la ANC y su victoria electoral nadie la discute. Cuestión a parte es el desarrollo de las elecciones y si ha existido una motivación suficiente para anular más de 600 votos que habrían cambiado el equilibrio --también político-- del pleno. En este caso el foco está puesto en la Generalitat y en la consejería de Empresa y Conocimiento, encabezada por Àngels Chacón (JxCAt).
Promesas que no puede cumplir
La impugnación del proceso se puede dirimir durante meses y, si se llegan a anular los comicios, nadie duda de que la movilización de la ANC será igual o mayor que la de mayo. Volverían a ganar pero, ¿para qué? Canadell tampoco puede cumplir con su promesa de que echará a las empresas que se llevaron la sede social de Barcelona a Madrid durante el momento más duro del procés de la Cámara de Comercio de Barcelona. El censo se puede modificar de forma limitada, ya que si cualquiera de esas compañías cuentan con una filial en la demarcación deben incluirse.
Tampoco ha podido dar un portazo a los grandes grupos, que observan con recelo su activismo, ni siquiera sacar adelante una declaración a favor de la liberación de los “presos políticos” a nivel del Consejo General de Cámaras de Cataluña. Eines de País se hizo con la presidencia, pero no con el apoyo territorial necesario para controlarlo a su parecer.
Red de influencias
Sí que ha podido frenar la celebración de los Dinars Cambra y ha cerrado el grifo a la Fundación Olof Palme, promovida por la socialista Anna Balletbó, para coorganizar las Jornadas de S’Agaró que se han celebrado este fin de semana. Pero tampoco ha hecho un desplante al encuentro económico con la participación activa de la número dos del equipo independentista, Mónica Roca.
No ha roto del todo con esta parte de la red de influencias que durante años cultivó el desaparecido Miquel Valls. Este es precisamente el poder real de la Cámara de Comercio de Barcelona que no pueden copar los independentistas de la ANC. Sí pueden ejercer de correa de transmisión de las tesis que defiende Elisenda Paluzie y que son próximas a las de Carles Puigdemont, con quien Canadell tiene confianza y no duda en mostrarlo, pero sin replicar la influencia que tenía la institución en el mapa empresarial catalán (y estatal). Y no lo pueden hacer, precisamente, por su politización.
Pau Relat y Pere Navarro
Disponen, entre otros, de una silla en fira Fira de Barcelona, pero el relevo en la presidencia del consejo de administración se cerró antes de su llegada por lo que sólo podrán ejercer de consultores de las cuestiones que Pau Relat lleve al plenario. Han nombrado al consejero delegado de MAT Holding como vocal consultor de la Cámara, el mismo cargo que dispondrá el socialista Pere Navarro como delegado especial del Gobierno en el Consorcio de la Zona Franca. Alguien con quién la distancia política es enorme, y así se reconoce, pero con el que mantienen las formas.
Eines de País tenía un plan procesista diseñado que les permitía convertirse en lo que consideran como la “voz real” del empresariado catalán desde la institución. No han renunciado a él, pero aplicarlo con el poder gaseoso tanto de la Cámara como con lo que implica la declaración de principios es complejo.
Modelo de financiación
Más, desde que la Generalitat no les ha comprado a la primera sus reivindicaciones. La consejera Chacón ya ha dejado claro que no está dispuesta a incluir una figura parecida a lo que había sido la cuota cameral obligatoria en la futura ley del sector cuyo borrador estará listo a finales de año. Además, ha avanzado que apuesta por una redistribución de poder territorial en que Barcelona pierde peso.
Ahora se apunta al Estado para que se aplique una fórmula de financiación pública en las instituciones. Y, aunque el discurso puede sonar bien a las cámaras territoriales con apuros en las cuentas, la animadversión que se han cultivado los independentistas en tan sólo cinco meses (especialmente por el rechazo a usar el castellano de forma pública) dinamita la búsqueda de otros apoyos.
Gobierno y Cámara de España
El Gobierno se niega a ello y el Ministerio de Industria ya ha llamado al orden a Canadell por sus derivadas políticas, algo poco habitual. Mientras, desde la Cámara de España sus discursos caen en saco roto y se ha ganado la reprobación de varias organizaciones territoriales.
Al actual presidente de la institución de Barcelona le queda un año y medio de mandato, ya que ha anunciado que entonces pasará el testigo a Mónica Roca. Tras aterrizar con fuerza y con un marcado perfil propio, en las últimas semanas ha apostado por la tranquilidad. Hay consenso de que sus formas públicas son intachables aunque se niegue a sentarse a hablar con empresarios como José María Torres.
Al final, su fortaleza se centra en la comunicación. La Cámara de Comercio de Barcelona puede ser otra vía de propaganda del procés, pero se empieza a tener claro que el camino para ir más allá es intransitable.