La Cámara de Comercio de Barcelona ha emitido un comunicado oficial en el que ha dado el pésame de forma pública a la familia de Miquel Valls, presidente de la organización de dinamización empresarial durante 17 años que ha fallecido este fin de semana. El nuevo líder independentista de la institución, Joan Canadell, ha aplaudido de esta forma la trayectoria de su predecesor en el cargo, el ejecutivo que medió para que el empresariado catalán brindara 100 días de gracia al equipo de Eines de País.
Así lo reconoció él mismo en el marco de su despedida de la institución. Defendió que Canadell y sus allegados necesitaba un tiempo para tomar el pulso de la organización y le mandó un mensaje, que el éxito de la Cámara era que se había convertido en una organización capaz de interlocutar con todo el mundo, con independencia de su signo político, que no se metía en postulados partidistas y que el equipo de gobierno no se metía en la gestión diaria.
Medalla de oro a Mas y a Montilla
La mejor muestra de este talante que él mismo definía fue la entrega de las medallas de oro del Consejo General de Cámaras de Cataluña que tuvo lugar el 14 de junio pasado. Fue el último acto oficial de Valls y entregó un reconocimiento tanto a Artur Mas como a José Montilla.
El equipo que salió de la ANC tomó nota de ello, aunque los primeros pasos que ha dado no se ciñen demasiado a estas recomendaciones. Canadell ya ha anunciado que elimina el castellano de sus comparecencias, estudia eliminar la bandera de España de los edificios oficiales y cómo puede revocar reconocimientos como los recibidos por los expresidentes de la Generalitat y ha reclamado una huelga general como respuesta a la sentencia del 1-O. Clama por celebrar otro paro de país sin conocer el contenido exacto de la resolución, en línea con las peticiones que se hacen desde la entidad independentista.
Cuentas saneadas
Pero en su despedida de Valls la nueva cúpula de la institución ha dejado todo esto al margen. Ha destacado la “gran contribución” que deja su legado y reconoce el “esfuerzo por dejar la institución saneada y sólida desde el punto de vista patrimonial”. Algo que no ha sido sencillo, ya que el empresario fallecido fue el que tuvo que lidiar con la desaparición de la cuota cameral obligatoria en 2010.
Canadell aplaude la “reconversión” que hizo de la institución en sus momentos más difíciles, donde incluso tuvo que aplicar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) para aliviar la carga salarial fija de la institución. Pero la renovación del catálogo de servicios y los acuerdos mantenidos con terceros, con Caixabank en la cabeza, consolidó los ingresos de la organización.
Miquel Valls será despedido en el tanatorio de Sant Gervasi de Barcelona en una ceremonia que tendrá lugar el próximo martes a las 11:45 horas de la mañana.