Sin sorpresas. Los vigilantes de seguridad del aeropuerto de El Prat de Barcelona irán a la huelga a partir de la medianoche del viernes. Un 35% de los 500 trabajadores han votado iniciar un paro indefinido a partir de las 0:00 horas del viernes, rechazando de paso la última propuesta de Trablisa, empresa concesionaria del servicio.
En total han depositado su voto 177 empleados de los arcos de seguridad del segundo mayor aeropuerto español tras Madrid-Barajas. Prácticamente la totalidad de votantes, hasta 175, han rechazado el documento de Trablisa para evitar el paro indefinido en los arcos detectores. Ello no era sorpresa, ya que tal y como ya avanzó este medio la convocatoria de votación había sido dirigida por el sindicato Prou, favorable a la protesta. No ha habido pues espacio para el disenso tras una consulta sin control alguno entre la plantilla.
Solo votó el 35%
De hecho, la falta de garantías ha sido tan flagrante que el comité de huelga ha decidido ampliar el horario de votación una hora para lograr una participación más elevada. Según la documentación a la que ha accedido este medio, los empleados estaban convocados a votar en urna secreta de las 10:00 a las 14:30 horas y de las 16:00 a las 18:00 horas. Finalmente, Prou y los sindicatos afines han alargado las votaciones hasta las 19:00 horas para intentar recabar más papeletas.
Ello ha servido de poco, pues finalmente solo el 35% de la plantilla ha depositado su sobre. Con este dato queda tocada la credibilidad de los huelguistas, ya que antes de empezar un paro indefinido el 65% del personal ha decidido o no apoyarlo o desvincularse del mismo. Lo que es más importante en el capítulo laboral: no ha habido mayoría cualificada del 50% más un voto, lo que abre una rendija para declarar ilegal la protesta. Cualquiera que haya sido el método de decisión, lo cierto es que los filtros de seguridad del aeropuerto de El Prat entrarán en huelga indefinida a las 0:00 horas del viernes.
Las aerolíneas: "Venga con tiempo"
La decisión de empezar un paro indefinido en los arcos de seguridad del aeropuerto de El Prat, y de hacerlo en un viernes de agosto, un día en el que el segundo mayor aeropuerto español gestionará cerca de 1.000 operaciones, ha provocado una reacción inmediata de las aerolíneas. Vueling ya se ha activado y ha comunicado a sus pasajeros que "con motivo de la huelga de los vigilantes de seguridad en el aeropuerto JT Barcelona-El Prat recomendamos hacer el check-in (facturación) online y acudir al aeropuerto con más antelación de la habitual".
Antes de ello, Aena ya había avisado de que "los tiempos de paso por el control de seguridad pueden verse incrementados" si finalmente el paro indefinido en el control de seguridad se materializaba. Por ello, el gestor aeroportuario ha "pedido disculpas" a los viajeros por las alteraciones que pueda sufrir su estancia en el hub aéreo.
Trablisa: "Se garantizan los servicios mínimos"
El grupo Trablisa, concesionario del servicio de seguridad de los arcos detectores de El Prat y del personal auxiliar, ha repetido durante toda la jornada de votación que, sea cual fuere el resultado de la polémica consulta, se garantizarán a partir del viernes los servicios mínimos. Ha querido enviar la compañía mallorquina un mensaje de tranquilidad a los pasajeros, recordando que velará para sus derechos se vean garantizados. Asimismo, la enseña mallorquina ha lamentado la actitud "irresponsable" del comité de huelga, a la par que ha enfatizado el carácter "ilegal" de la protesta que empezará a las 0:00 horas del viernes.
Cabe recordar que la concesionaria y los 500 vigilantes de los filtros de pasajeros del aeropuerto de El Prat están a la greña por varias demandas laborales y económicas del colectivo. El comité de huelga, que capitanea el pequeño sindicato Prou, entró un escrito para ir a la huelga indefinida a final de julio tras romperse las negociaciones con la compañía. Tras ello, la mediación dirigida por el Departamento catalán de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias también fracasó. El conflicto laboral es prácticamente idéntico al que tensionó el aeropuerto de Barcelona en 2017 cuando Eulen era la concesionaria del servicio. En aquella ocasión, se generaron largas colas, protestas y un rifirrafe político por la salvaje movilización, que fue primero parcial y luego indefinida. Está por ver si ello se repetirá ahora.