Los propietarios del Museo de Cera de Barcelona abren la puerta a su venta

Los propietarios del Museo de Cera de Barcelona buscan a un comprador para el equipamiento privado que opera desde mediados de los años 70 al final de las Ramblas. Aspiran a encontrar a alguien interesado en comprar o arrendar un negocio que presenta resultados positivos.

El grupo presidido por Enrique Alarcón, el fundador, cerró el ejercicio 2017 con unos beneficios de 14.279 euros y un importe neto de la cifra de negocios de más de 1,9 millones. Ambas magnitudes estaban por debajo de las obtenidas en el año precedente, cuando se alcanzaron los 103.060 euros de ganancias y los 2,18 millones de caja, pero muestran la salud de una propuesta cultural que se ha mantenido en números negros incluso en los momentos más duros de la crisis.

Fondos propios

También juega a su favor los casi 1,55 millones de fondos propios que estaban reconocidos en las cuentas despositadas en el Registro Mercantil de ese ejercicio. Los recursos básicos de la operadora del equipamiento se han incrementado en los últimos cuatro años.

Alarcón había acumulado 1,28 millones en 2013 y reforzó esta cantidad en los años siguientes con reservas de parte de los ingresos obtenidos con la actividad.

Junta extraordinaria de accionistas

La hoja de ruta exacta del equipamiento se definirá en una junta extraordinaria de accionistas que tendrá lugar el 27 de mayo en el palacete del pasaje de la Banca, el edificio del equipamiento. Los tenedores de acciones del grupo debatirán sobre el “proyecto de transmisión u arrendamiento, en todo o en parte”, tal y como consta en la convocatoria que se ha hecho pública.

Comparten la cúpula del Museo de Cera Alarcón y Luis Muelas Medrano, que ocupa el cargo de vicepresidente. Todos los propietarios deberán formalizar su apoyo o rechazo a que entre un tercero en la gestión del grupo.

Espacios recreados

El Museo de Cera de Barcelona está situado a escasos metros del monumento de Colón de la ciudad y nace del impulso de Alarcón, que era escenógrafo. En 1973 eligió el palacete del siglo XIX ideado por Elías Rogent y que había albergado el banco Crédito y Docks para diseñar un circuito que dura aproximadamente una hora en el que se recrean varios momentos históricos a partir de estatuas de cera y su atrezzo.

Actualmente hay recreado desde un salón infantil hasta referencias de la cultura catalana como el Liceo; el bar donde se reunían los intelectuales modernistas, Els 4 gats; un espacio dedicada a Salvador Dalí y otras referencias más de cultura popular internacional. Entre ellas, una sala ambientada en la trilogía original de La guerra de las galaxias u otra con los principales monstruos de la historia.

Actividades con las que facturan

No consiguen llenar la caja sólo con la venta de entradas de las visitas diurnas y nocturnas. El Museo de Cera, que opera bajo la dirección de Carmina Vall, consigue parte de su facturación en los dos bares temáticos que están situados en sus bajos, el Bosque de las Hadas, que se inauguró a mediados de 1993, y el llamado Paje del Tiempo, que abrió sus puertas en 2009.

Además, redondea su facturación con el alquiler de espacios para eventos privados y rodajes.