Rafael Salama, accionista de referencia y acreedor de Urbar Ingenieros

Rafael Salama, accionista de referencia y acreedor de Urbar Ingenieros

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La pugna entre los Salama vuelve a poner a Urbar al borde de la quiebra

Rafael Salama, accionista de referencia y uno de los principales acreedores, fuerza el concurso ante el intento de la empresa de buscar un nuevo retraso en los plazos para el repago de la deuda

1 abril, 2019 00:00

La paz social en Urbar Ingenieros, el grupo guipuzcoano dedicado al desarrollo de máquinas industriales vibrantes, vuelve a saltar por los aires.

Como ya ocurriera hace cuatro años, cuando la junta de accionistas se celebraba en un clima de alta tensión entre los dos miembros de la familia Salama, también la de este año se presenta calentita.

Preconcurso forzado por Rafael Salama

Llega tras forzar Rafael Salama Falabella, accionista de referencia con el 16,61% del capital y uno de los principales acreedores a través de la sociedad Yakan XXI, la presentación del preconcurso por parte de la empresa ante el incumplimiento del acuerdo de refinanciación.

De esta manera, como muchos analistas aventuraban, se abre de par en par una crisis aparentemente cerrada hace dos años, y que ahora amenaza de nuevo con llevar a la quiebra al grupo vasco si, de aquí a julio, no se alcanza un acuerdo que evite la entrada en concurso, tanto de la matriz como de sus filiales Metrocompost, Virlab y Urbar Soluciones de Ingeniería.

Cierre en falso del acuerdo de refinanciación

Afloran así las mismas diferencias que se cerraron en falso en 2015, cuando Salama Falabella, expresidente de la empresa y sobrino segundo de Daniel Salama Millet --ahora consejero y entonces presidente--, se enfrentaba a este y al resto de accionistas de referencia, con intercambio de querellas, que finalmente acabaron con la aceptación, por parte de Salama Falabella, de una quita de 300.000 euros sobre la deuda de Yakan.

Además de la quita, el acuerdo, firmado entre la empresa y la sociedad controlada por Rafael Salama en diciembre de 2016, incluía el archivo de todos los procedimientos judiciales abiertos y al renuncia a interponer cualquier acción frente a la otra, así como la adhesión de Yakan al acuerdo marco de refinanciación que Urbar y sus filiales habían suscrito en mayo de 2015, y que fue homologado por el juzgado 1 de San Sebastián en junio de 2015.

Salama entró por el aro por poco tiempo

Salama entraba por el aro y aceptaba el plan de pagos propuesto, pero no tardarían en surgir nuevos problemas al cambiar Urbar las reglas del juego.

En septiembre de 2017, la empresa firmaba una novación del acuerdo de refinanciación, suscrito con acreedores que sumaban el 76,6% de la deuda, que modificaba el calendario de amortizaciones y fijaba un periodo de carencia de 12 meses. Este nuevo acuerdo fue homologado por el juzgado Mercantil 1 de San Sebastián el 5 de enero de 2018.

Incidente concursal

A partir de ahí, y a la vista de los incumplimientos, Rafael Salama, al que Urbar adeuda un millón de euros de manera directa e indirecta a través de Yakan, volvió a reaccionar ante el volantazo de la empresa vasca, presentando un incidente concursal, sobre el que el juzgado se pronunciaba el pasado 25 de marzo dándole la razón, al declarar ese incumplimiento de la empresa del acuerdo de refinanciación.

Una de las razones por las que Salama Falabella presentó este incidente se relaciona con el nuevo intento de novación del acuerdo de refinanciación planteado por la empresa y los dos nuevos préstamos suscritos por la filial Metrorcompost, por 200.000 euros, para financiar la ejecución de obra y puesta en servicio de los proyectos en Portugal.

Presentación del preconcurso

Un día después, el pasado martes, el mismo juzgado constataba la presentación, realizada por la empresa el 14 de marzo, de la comunicación relativa a la presentación del preconcurso, en base al artículo 5 bis de la Ley Concursal, con vistas a alcanzar un nuevo acuerdo que permita adaptar la estructura de la deuda a la capacidad de repago.

En esa comunicación, la empresa, que ahora preside Francisco Deirós, en representación de la sociedad Ribera del Tajo, intentaba echar balones fuera dando por hecho que no habría problema alguno en superar esta situación.

Cartera de pedidos de 100.000 euros

“A la vista de los resultados de 2018, con una mejora considerable en las cifras de negocio, en la tesorería y en los fondos propios, el Consejo considera necesario alcanzar un acuerdo estable y duradero del calendario de pagos de la deuda basado en las proyecciones de flujos operativos futuros”, señalaba Urbar en el hecho remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

El pasado ejercicio, la compañía lograba ganar 192.000 euros, frente a los 1,2 millones de pérdidas registradas en 2017, con unos ingresos de 7,6 millones de euros, el doble que un año antes.

Su ebitda volvió a situarse en terreno positivo, con un millón de euros, frente a los 400.000 euros negativos del ejercicio anterior. Para el futuro, cuenta con una cartera de pedidos de 100.000 euros.