La Torre Glòries, en Barcelona, uno de los edificios de oficinas propiedad de la socimi Merlin / CG

La Torre Glòries, en Barcelona, uno de los edificios de oficinas propiedad de la socimi Merlin / CG

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Merlin desmiente la venta de Torre Glòries y menos por 'solo' 150 millones

Las socimi se gastó 142 millones en adquirir el inmueble y otros 15 en su reforma, y ha logrado alquilarlo en su totalidad

6 febrero, 2019 11:41

"La torre no está en venta y muchos menos por esa cantidad". Con esta rotundidad ha salido al paso la socimi Merlin par desmentir la información relativa a la inminente compra de Torre Glòries, el activo de Barcelona convertido en uno de sus inmuebles más característicos. La supuesta operación de compra, por 150 millones, la iban a realizar conjuntamente Proto Group y Berkshire Hathaway, sociedad controlada por el magnate estadounidense Warren Buffett.

Desde la socimi, dirigida como consejero delegado por Ismael Clemente y presidida por Javier García-Carranza, hombre del Banco Santander --entidad que controla el 22,6% del capital-- hn asegurado que no han tenido conocimiento alguno de que estos inversores fueran a lanzar la oferta por la ecónica torres.

Casi 160 millones invertidos

Merlin compró la antigua torre Agbar hace dos años por 142 millones y ha invertido otros 15 en acometer su remodelación, y ahora está alquilada al completo con firmas tecnológicas, como CCC, que presta servicio a Facebook. En los últimos meses se ha revalorizado considerablemente debido al alza de precio de las oficinas registrada en Barcelona, por encima del 15% en dos últimos años.

La supuesta oferta también arroja dudas por las polémicas que acompañan al empresario italiano que capitanea el grupo Proto, Alessandro Proto. Con anterioridad y en operaciones similares ha afirmado ser socio de Cristiano Ronaldo y Lionel Messi, entre otros, algo que resultó falso en todos los casos.

La torre, firmada por Jean Nouvel, se inauguró en septiembre de 2005. Antes de pasar a manos de Merlin se buscó convertirla en un hotel, proyecto que fue desaprobado desde el Ayuntamiento de Barcelona, y luego fue ofrecida como sede para la Agencia Europea del Medicamento, que buscaba sede por el Brexit y que finalmente recaló en Amsterdam.