Cuando se hace balance del comportamiento bursátil al final de cada ejercicio, el cómputo global de las empresas, tanto si es positivo como negativo, distorsiona un tanto el comportamiento de cada sociedad por separado.
Es lo que sucedía con el Ibex 35 al cierre de 2018. Que, en conjunto, sufría un retroceso de casi el 15%, pero que, en el análisis detallado, se aprecia cómo algunas empresas --pocas, las energéticas, Colonial, Acciona y Cellnex-- cerraban en positivo, mientras que otras --con los bancos a la cabeza-- registraban caídas de envergadura, como las de BBVA, Bankia y Sabadell, de entre el 35% y el 40%. En medio, una docena de valores quedaban planos, con ligeras subidas o bajadas, entre ellos ACS y Repsol.
Demasiadas incertidumbres
Las dudas sobre el futuro de la economía global, los efectos del Brexit, el miedo a la guerra comercial entre Estados Unidos y China y, en clave interna, la incertidumbre permanente por la situación en Cataluña y una economía que ofrece síntomas de ralentización, abocaron al selectivo a cerrar su peor ejercicio en ocho años.
Con todo, como reza el refrán, las penas con pan, son menos. Los 90.000 millones menos que valen las acciones de las empresas del selectivo (de 620.000 a 529.000 millones) quedan compensadas por los casi 23.000 millones de euros de dividendos cobrados por los accionistas. Dinero contante y sonante, a diferencia de las minusvalías latentes de los títulos, que no se convierten en pérdidas reales mientras no se venden.
Los bancos reducen su valor en 53.000 millones
A la hora de buscar responsables de este desaguisado bursátil, el foco se centra en la banca como principal causante de que las acciones del Ibex capitalicen por esos 90.000 millones menos. Más de la mitad de este retroceso (casi 53.000 millones) lo suman Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell, Bankia y Bankinter.
La palma del desplome se la llevaba el Sabadell, con casi un 40%, perdiendo cerca de 3.700 millones de euros de valor. Muy deteriorado salía también del envite Bankia, con una caída cercana al 36% que menguaba su capitalización en 3.600 millones, con los inversores presionando a la baja sabedores de que, tarde o temprano, el Estado debe desinvertir su 61% en la entidad rescatada.
Bajadas de valor reseñables de Santander y BBVA
Los dos grandes bancos, Santander y BBVA, menguaban su valor en 23.340 y 16.518 millones de euros, respectivamente, en parte lastrados por las incertidumbres de sus negocios en México, Turquía, Reino Unido y Brasil.
En el caso de CaixaBank y Bankinter, los deterioros fueron menores. La entidad catalana rebajaba su valor en casi 4.400 millones, tras caer un 18,66%, mientras que el banco dirigido por Dolores Dancausa solo caía un 11,21%, lo que reducía su capitalización en 811 millones.
Los bancos reparten 8.600 millones en dividendos
Los bancos son los que más pierden, pero también los que reparten dividendos de manera generosa entre sus accionistas. De los 23.000 millones abonados por las empresas del Ibex durante 2018, casi 8.600 procedieron de las seis entidades financieras cotizadas.
Con el Santander pagando más de 4.000 millones y el BBVA cerca de 2.700. Los accionistas de CaixaBank se embolsaban casi 900 millones, mientras que los de Sabadell, Bankia y Bankinter recibían entre 258 y 400 millones de euros.
Evolución del Ibex 35 en 2018 / BOLSA DE MADRID
Las energéticas, viento en popa
Si los bancos sufrieron en 2018 su annus horribilis en el parqué, el positivo comportamiento de las empresas energéticas posibilitaron que la caída del Ibex quedara amortiguada. Para regocijo de sus accionistas, Naturgy, Endesa e Iberdrola cerraban el ejercicio con subidas del 23%, 21% y 14%, respectivamente.
Y, también como los bancos, con el reparto de unos dividendos generosos en el año natural, desde los 1.400 millones abonados por Naturgy y Endesa a los casi 2.100 millones pagados por la energética presidida por Ignacio Sánchez Galán.
Inditex cae un 21%, pero Ortega recibe 1.400 millones
Inditex, la multinacional textil gallega fundada por Amancio Ortega, no ganaba para sustos en 2018, registrando una caída de 21% que llevaba su capitalización por debajo de los 70.000 millones. No obstante, sus accionistas volvían a saldar el ejercicio con una retribución de 2.337 millones de euros. Más de la mitad para aumentar el patrimonio de su fundador.
La pérdida adicional del 5% registrada por Telefónica el pasado año también se deja sentir sobre el selectivo, que sigue transitando en niveles de hace 16 años, acuciada por su alto endeudamiento y la hiperinflación creciente en Argentina, uno de sus principales enclaves de negocio. El grupo de telecomunicaciones presidido por José María Álvarez-Pallete es, tras Inditex, Santander e Iberdrola, la cuarta empresa de más valor, con 38.105 millones. Y en 2018 repartió 1.082 millones entre sus accionistas.