Barcelona tiene las habitaciones de alquiler más caras del país
El precio medio mensual de un dormitorio es de 429 euros en la Ciudad Condal, tres euros más de lo que costaba hace un año
7 agosto, 2018 00:00Barcelona cuenta con las habitaciones más caras para alquilar de toda España. El precio medio se sitúa en 429 euros mensuales, por delante de Madrid --segunda ciudad más cara en el mercado de alquiler--, donde se pagan 403 euros al mes. La media española de alquileres de habitación en piso compartido se sitúa en los 331 euros, lo que refleja un encarecimiento del 7% con respecto a los precios ofertados hace un año.
La capital catalana vuelve a repetir en el lugar más alto del podio, aunque el precio de las habitaciones ha subido únicamente tres euros con respecto a agosto de 2017. Por su parte, Madrid ha desbancado de la segunda posición a la ciudad de Palma, que este año se sitúa la tercera capital con las habitaciones más caras de España (402 euros).
Alquilar habitaciones o pisos completos
Los datos ofrecidos por el estudio anual sobre pisos compartidos del portal Idealista destacan que, en comparativa interanual, Barcelona ha vivido un incremento del 0,8% en los precios de arrendamiento de habitaciones. Sin embargo, el coste de alquilar un piso completo se ha reducido el 3,4% en la comparativa julio 2017-julio 2018. En Madrid, sin embargo, tanto el alquiler de habitaciones como de viviendas completas se ha encarecido considerablemente: el 6,8% y el 10,3% respectivamente.
Fernando Encinar, jefe de estudios de Idealista, admite que el alquiler está experimentando un "proceso de subidas generalizadas" pero no se puede hablar de burbuja. "Éstas solo se dan cuando se compra un activo y no cuando se arrienda", declara. Para el experto, el salario es el techo del precio de los alquileres, por lo cual, en el caso de que la renta sobrepase este nivel, la demanda "se retira irremediablemente hasta que los precios bajan".
Solo dos capitales reducen sus precios
Logroño y Lleida son las dos únicas capitales --de las 50 analizadas por Idealista— en las que el pecio del alquiler de habitaciones ha descendido. En la primera ha caído el 1,3% mientras que en la segunda la bajada se ha situado en el 0,6%. Las que mayores subidas han registrado han sido Toledo (14,4%) Málaga (11,2%) y Murcia (10,7%), aunque en todas ellas el coste medio por dormitorio se sitúa por debajo de la media española: 220 euros; 316 euros y 223 euros respectivamente.
Una de las medidas que propone Encinar para que el precio de la vivienda en alquiler descienda es recuperar la desgravación fiscal de los arrendatarios que derogó el Gobierno de Mariano Rajoy, a la que sumaría "un tratamiento fiscal igualmente beneficioso para los propietarios”. Estas medidas fiscales no solo ayudaron a reducir de forma indirecta --a través de los impuestos-- el precio del alquiler sino que también aportaron transparencia al mercado del arrendamiento. "Los inquilinos, al desgravarse su alquiler, sacaron a la luz miles de contratos", asegura Encinar.
El 55% de las habitaciones, en Madrid y Barcelona
Más de la mitad de toda la oferta de pisos compartidos se reparte entre las ciudades de Madrid y Barcelona. Entre ambas se acumulan el 31,1% y el 24,4% de todas las habitaciones que se anuncian en España.
Tras éstas, le sigue Valencia, con el 7,6% de los anuncios y un precio medio de 276 euros mensuales por dormitorio; Sevilla (5,8% y 275 euros mensuales) y Granada (3,7% y 220 euros al mes).
Perfil del arrendatario
Las personas que comparten piso en España tienen unos 31 años de media, viven en el centro de las grandes ciudades, no fuman (aunque son tolerantes con los que sí lo hacen) y ni tienen ni admiten mascotas. La mayor diferencia anual es la edad media del compañero o compañera de piso, que ha subido un año. Alicante es la ciudad donde la edad media es más alta, 34 años, y la más bajas se encuentra en Ciudad Real, Jaén, Granada y Córdoba, donde la media se sitúa en los 26 años.
En una comparativa por género, lo más común es que hombres y mujeres convivan en la vivienda alquilada. En el 71% de los pisos compartidos residen personas de ambos géneros, mientras que en el 25% sólo viven mujeres y en el 4% sólo hombres.