El fenómeno Level, la aerolínea del grupo IAG —el de Iberia y Vueling—, al descubierto. La compañía aérea de vuelos transatlánticos de bajo coste arrancó el jueves, 1 de junio, con una conexión entre Barcelona y Los Ángeles (EEUU). Lo hizo con sombras sobre su viabilidad y algunas dudas. Incógnitas que desde el sector de la aviación ya se están desvelando.

La primera es su precio. ¿Se puede volar a la costa oeste de Estados Unidos por 149 euros? "Esa es la tarifa base. Habrá un número de billetes bloqueados con ese precio. El resto se vende más caro", explica un consultor aeronáutico.

Pese a ello, Level sigue siendo más barata que otras aerolíneas rivales. Al menos hasta que arranque Norwegian, que iniciará la misma ruta aérea el lunes desde Barcelona. ¿Cómo será rentable? "De varias maneras. Una, con los llamados ancillaries. Son los productos extra a bordo: las mantas, la comida, la maleta adicional... Nadie querrá volar a Punta Cana sin facturar al menos un bulto. Pues apunta otros 40 euros a la factura", ha agregado la misma fuente.

"Level fijará un coste por pasajero para alcanzar la rentabilidad. Parte del mismo se cubrirá con el billete. El resto, con los extras. Hay que recordar que aerolíneas low cost de corto y medio radio como EasyJet o Ryanair se convirtieron en reyes del marketing a bordo: sorteos, perfumes, comida y demás", señala un directivo de la industria.

Abajo los costes

Además de arañar ingresos de cada pasajero, Level, con sus cuatro conexiones a Los Ángeles, San Francisco, Punta Cana y Buenos Aires, deberá contener los costes. "La clave son los aviones nuevos. En vuelos de largo alcance, lo que mata a una aerolínea es el coste de combustible. Que estrene aeronaves es crucial".

El coste de personal y sus derivados —estancias en hotel o transporte de tripulaciones— es otro agujero que Level deberá cerrar. "En el corto radio es fácil: los empleados casi no pernoctan fuera de casa. En el largo radio veremos cómo solucionan las rotaciones", se pregunta otro experto.

Además de constreñir la columna de gastos de su cuenta de resultados —que aún no existe, pues depende de Iberia a nivel societario—, la operadora ha optado por una aeronave en configuración densa. "Son 314 plazas en un avión —el A330-200— que normalmente se utiliza en vuelos chárter", recuerda otro profesional consultado.

Con este aprovechamiento, IAG tendrá otro cometido: llenar los aviones. "Level se estrena en Barcelona porque Vueling la nutrirá de pasajeros de conexión. Y después, tampoco es casualidad, desde Roma y París, otras dos bases de la aerolínea de Javier Sánchez-Prieto. Ello tiene un objetivo: subir la ocupación".

Futuro: empresa española

Dos elementos más son cruciales para entender el fenómeno Level. Uno, que pueda sortear el enmarañado laberinto de los derechos de vuelo. Lo hará creando una mercantil de matriz española, como anunció el consejero delegado de IAG, Willie Walsh, el jueves.

"Será española para poder volar a Buenos Aires. Argentina restringe mucho el acceso de aerolíneas al país. Con España, sin embargo, tiene un acuerdo bilateral", subraya otro profesional de la aviación. Este aspecto tiene una derivada: Italia no tiene un acuerdo igual. "Ello borra del mapa una ruta Roma-Buenos Aires de Level". Cabe recordar que Walsh evitó desvelar el jueves qué rutas operará desde la capital italiana.

En el resto de destinos, a Estados Unidos no tendrá problemas por la política de cielos abiertos. "Cualquier aerolínea europea puede volar a EEUU sin problemas", se encargó de recordar el directivo de IAG.

La derivada española tiene otro componente. De los 135.000 billetes que Level asegura que ha vendido, una parte son tiques en bloque para turoperadores nacionales. "Preferimos ésta a Norwegian", asegura un intermediario que también prefiere no revelar su nombre.

Pasajeros 'business'

Si Level devendrá en empresa nacional, también es probable que renuncie a parte de su tráfico turístico a cambio del business. "Los pasajeros de negocio son los más rentables. En vuelos intraeuropeos, aerolíneas como EasyJet, Vueling o Ryanair ya hace tiempo que se dieron cuenta", explica una profesional del viaje corporativo.

"Este segmento no puede planificar con tanta antelación: a un directivo le surge una reunión en Nueva York o San Francisco y tiene que viajar casi de inmediato. Ello conduce a pagar billetes más costosos que las aerolíneas agradecen", agrega la misma directiva.

En este sentido, las fuentes consultadas apuntan a que la clase económica premium de los Airbus A330 de Level será el corazón de la franca pugna con la misma sección de los Boeing 787 Dreamliner de Norwegian. "Hace tiempo que la clase business dejó de serlo: la mayoría de ejecutivos, al menos en vuelos cortos, ya no las utiliza. La económica premium podría servir", asevera.

Competencia

Con esta carpeta de negocio, Level deberá lidiar con otras dos fuerzas tectónicas: la competencia exterior y la interior. "Se trata de una aerolínea anti-Norwegian. Una operación de negocio que rinde, sí, pero parte de lo que recoge son los intangibles de frenar a un rival", lee un analista de aviación comercial.

"Está también la reacción de las demás. Si Level —o Norwegian— entra en rutas que las aerolíneas del Golfo consideran suyas, caerán los precios. Y quizá alguien prefiere pagar 150 euros más para volar con los lujos de Emirates que en una clase turista a rebosar", predice Joan Miquel Gomis, director del programa de Turismo de la Universidad Abierta de Cataluña (UOC, por sus siglas en catalán).

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Javier Sánchez-Prieto, Willie Walsh y Luis Gallego, el jueves / EFE

También estará la rivalidad intramuros. "Esta aerolínea nace para llenar los huecos que dejan Iberia y British Airways. Pero terminará compitiendo con ellas. ¿Encontrará el equilibrio necesario? Veremos cómo evoluciona el tráfico Madrid-Punta Cana de Iberia este verano", avanza un directivo.

"Level es muy agresiva a nivel comercial. Sin quererlo, podría dañar a sus compañeras en IAG. Al fin y al cabo, en la aviación de largo radio no se vuela desde una zona de influencia. Se opera desde una área y con la ayuda de enlaces de conexión", recuerda Gomis.

¿Traerá turismo barato a Barcelona?

Por último está el debate local. Con el aeropuerto de El Prat de Barcelona como principal puerta de entrada de turistas internacionales, ¿atraerá Level más turismo de baja calidad a Barcelona?

"No tiene porqué. Los llamados viajes de borrachera tienen un componente de proximidad muy destacado. En el largo alcance aumenta la estancia media, lógico, y el gasto. No está siempre al alcance de los grupos que practican el turismo intensivo", razona Gomis.

La directiva del sector corporativo añade otro matiz. "Un mix de clientes normal es el de un pasaje que mezcla turistas, viajeros familiares y los que vuelan por negocios o el trabajo. Level debería ir encajándose en esa lógica. No serán aviones llenos de estadounidenses ebrios", argumenta.

Un último elemento, tampoco menor, son las sinergias con el sector crucerista. "Level operará desde Barcelona, el primer puerto de buques de recreo del Mediterráneo, el cuarto del mundo. Un porcentaje nada despreciable de viajeros usará la aerolínea para llegar al puerto de salida y llegada", remacha el intermediario vacacional.