El turismo masivo que vive Barcelona ya se mete hasta en los meublés. Los hoteles por horas de la capital catalana, antaño dedicados a las parejas que buscaban un rato de intimidad, optan por alojar a turistas porque les resulta más rentable.
El pionero de esta reconversión de picadero de nivel a hotel con encanto ha sido el decano de la ciudad: La França. El hostal ha dado un giro a su historia de 50 años y ha adecuado una planta entera para veraneantes extranjeros. Le ha seguido La Paloma, otro de los love hotels de la capital catalana: 11 de sus 33 suites ya son para turistas.
"Se trata de una estrategia que han iniciado algunos hoteles por horas. Con el bagaje de tener un hotel del amor, atraemos a turistas que pernoctan aquí sin ningún problema, como si lo hicieran en un alojamiento convencional", explica Carlos Flores, director de La França.
¿Quién duerme en una 'meublé?
Dos son las razones que han espoleado a La França y La Paloma a aparecer en Booking como un hotel al uso. "El negocio de las parejas ha caído un poco. Aplicaciones como ByHours o DayUse han aumentado la oferta: los amantes usan estas páginas para retozar unas horas en hoteles normales", ha agregado el directivo.
Imagen de la Gran Suite de La França / CG
"Y dos: los establecimientos discretos con muchas habitaciones —La França tiene 74— han descubierto a un nuevo cliente: parejas que buscan hoteles céntricos y sólo para adultos. Saben lo que pasa en el resto de plantas, y no les importa. Es más, les gusta", abunda Flores.
En este sentido, el empresario recalca que su clientela de turistas la componen, mayoritariamente, franceses, italianos y británicos, con una gran presencia de los galos.
Sea cual sea su nacionalidad, los que opten por escaparse a Barcelona y dormir aquí deberán seguir unas normas estrictas: recepciones separadas, accesos distintos a los del resto de clientes y nada de salón de desayunos.
Fuera de Barcelona, también
Otro de los grandes que se ha apuntado a la tendencia es Punt14, uno de los templos del fornicio sigiloso situado en la carretera de Castelldefels. Este motel lleva tres años en Booking, ofreciendo sus discretas habitaciones dobles con jacuzzi.
"Sí que aceptamos a turistas. Lo que encuentran disponible es lo que está en los buscadores de internet", explican fuentes del alojamiento.
Por el contrario, lo no disponible son algunas partes de este nido de amor escondido en un pinar de la conurbación de Barcelona, como la gran suite con jacuzzi, que se reserva por horas.
Los pequeños aguantan
Los pequeños hostales para echar una cana al aire aún no han sucumbido a la saturación turística de Barcelona. "Nosotros sólo tenemos nueve habitaciones y no operamos como hotel convencional. Lo hacemos sólo por horas", explican desde Luxor.
Imagen de la Suite Diva de Luxor Barcelona / CG
Este meublé pertrechado en la zona elegante de Barcelona atribuye su especialización a su reducido tamaño. "Quizá los más grandes sí se dedican al turismo. Nosotros no lo necesitamos: hay demanda", aclaran desde el establecimiento.
Lo mismo ocurre en Luxtal. Con 11 habitaciones, el motel de la calle de Tarragona resiste el envite de las aplicaciones tecnológicas y presenta una ocupación alta. "No detectamos ningún bajón en la demanda de habitaciones por horas. Y que siga así", indica un empleado.