¿Qué esconde el engaño del AVE a 25 euros? Renfe generó el martes, 25 de abril, un torrente de visitas a su web --que colapsó-- y fue noticia durante buena parte del día tras colocar 25.000 pasajes de alta velocidad en apenas 12 horas. La acción, criticada por Facua por engañosa, concluyó con una valoración positiva de la empresa. ¿Qué esconde?
Preguntada por la cuestión, la firma que preside Juan Alfaro se remite a la comunicación del mediodía. En la misma, loa la "promoción sin precedentes" con las cifras de tráfico. También destaca que "ha roto todos los esquemas previos de lanzamientos promocionales realizados en los últimos años" y pide disculpas por la "congestión" de su web.
En efecto, si algo ha conseguido el primer lanzamiento de billetes --habrá nueve más hasta acabar el año-- es alcance. Según Google Trends, las búsquedas de tarjetas para viajar en alta velocidad han aumentado de forma notable en los últimos días.
"Sin apenas repercusión"
Conseguir este impacto se logró sin apenas coste. Según UGT, "Renfe Operadora juega siempre con simple o doble composición según la demanda, si el tren va lleno o genera más plazas. La convencional va de los vagones 1 al 12. La doblada, del 21 al 23. Tiene cierto margen de tiempo para añadir un tren a remolque", explican desde la agrupación.
¿Cuesta ello mucho a las arcas de Renfe? "En principio, no. El mantenimiento está externalizado y es el mismo, en tres turnos a 365 días del año. Se paga por kilómetro recorrido. Y no hay impacto operativo: se desplazan las tareas hasta la noche", ha agregado un portavoz.
En el terreno del personal, inyectar pasajeros con ventas agresivas tampoco tiene un gran impacto. "Estamos hablando de otro tren con 400 pasajeros. Requiere sólo un interventor y el personal de bar", confirma CCOO.
Ambos sindicatos ven "positivas" las ventas agresivas, siempre que no se pierda dinero. "Lo importante es que los trenes vayan llenos. Un Madrid-Valencia lleno a 25 euros circula a pérdida. Pero el número de plazas en oferta está acotado en el tiempo y cantidad: no son muchos asientos", abunda Comisiones Obreras.
Parte mínima
En efecto y tomando las cifras oficiales en el portal de la compañía, las 25.000 plazas a 25 euros de marzo representan el 0,016% de los sitios que Renfe vendió en la alta velocidad el mes anterior.
"Es peor que un convoy circule vacío que añadir esta cantidad de plazas, que es mínima", confirman ambos sindicatos.
Fraude: difícil
En el capítulo del fraude, el riesgo también es mínimo para Renfe Operadora. "Esto no es como el fútbol, donde compras una entrada de Champions por 100 euros y la vendes por 1.000 euros. El viajero del AVE tiene un mínimo de tolerancia. Si el billete cuesta más de X, mira otras opciones: el bus, avión o BlaBlaCar", explica Pepe Cabestany, consejero delegado de RailPanda.
Así, aunque los billetes de la alta velocidad no son nominativos --se pueden cambiar--, los reventas quedan fuera. "El negocio que se hace es muy pequeño. Nadie se gana la vida revendiendo billetes de AVE en bloque; sólo se los cambian los particulares para necesidades ocasionales", aclara el portavoz de la web de compraventa segura.
Cabestany ve "positiva" la iniciativa y cree que el problema no es llenar los AVE, sino hacerlos. "Construir un kilómetro de AVE vale 18 millones de euros. Mantenerlo, 100.000 euros, cerca de 200.000 euros si es de túnel. El problema es la red, no que se logre ocupación con ventas tipo Ryanair", remacha.
Ofertas: perder derechos
En cualquier caso, la operación de marketing de Renfe para el 25 aniversario de la alta velocidad tiene sus riesgos. "De los 25.000 clientes que compraron el billete el martes, ¿cuántos saben que no lo pueden anular, cambiar o elegir asiento?", se pregunta un abogado de la Unión de Consumidores de Cataluña (UCC).
"Una oferta comercial significa siempre ceder derechos como consumidor. Lo que ocurre es que muy poca gente lee la letra pequeña. Si estaban a 25 euros y luego eran imposibles de encontrar, nadie se molestará en presentar una reclamación", ha señalado la misma fuente.
Ante la nueva política comercial de Renfe, la UCC pide "cautela". La misma prudencia que recomienda ante los ofertones que se encuentran en el transporte aéreo u otras industrias.