El conflicto en el sector de la estiba ha incidido en la actividad de importaciones y exportaciones de los puertos españoles.
Aunque los trabajadores no han llegado a ir a la huelga desde que empezó la guerra abierta con el Ministerio de Fomento a finales de enero, el tráfico de mercancías se ha visto afectado en los tres mayores puertos del territorio. Pero no todos han perdido. Mientras que Algeciras y Valencia han registrado menor movimiento, Barcelona no solo ha salido airosa, sino que su productividad, en este aspecto, ha crecido.
El mes clave es febrero, cuando los puertos denuncian que se produjeron huelgas encubiertas en forma de marchas lentas.
A la espera de las cifras de los meses en los que se ha estabilizado el sector en la incertidumbre sin acuerdo, fuentes de Puertos del Estado, que depende del Ministerio de Fomento, auguran cambios en la distribución de la llegada y emisión de mercancías por el territorio.
Barcelona, beneficiada
Aunque fuentes del puerto de Barcelona se muestran prudentes con las cifras de febrero, reconocen unos “muy buenos resultados”. Los datos de tan solo un mes son pocos para afirmar que se trata de una tendencia. Sin embargo, el crecimiento del tráfico de mercancías ha sido del 50,1% entre los dos primeros meses del año.
Mientras que el año pasado se produjo un leve descenso en el segundo mes, en este ejercicio se ha pasado de los 3,55 millones de toneladas transportadas en enero a los 5 millones de toneladas de febrero. Pero desde el puerto de Barcelona buscan otras explicaciones alejadas del conflicto entre estibadores y Gobierno.
“Hay varios factores que explican estas cifras, como el Año Nuevo chino, que ha hecho que se adelanten las importaciones porque durante las celebraciones se paraliza el país asiático”, aseguran. Parte de este tráfico recibido durante febrero proviene del puerto de Valencia.
Desvíos y cancelaciones
En la Autoridad Portuaria de Barcelona indican constancia de entre nueve y diez barcos desviados desde la capital levantina, hecho que califican de “circunstancial”. En el caso valenciano, la disminución de toneladas ha sido del 13,7% (de 5,96 millones de toneladas ante 5,14 millones de toneladas). Allí prefieren dar la cifra en número de contenedores.
En este caso, la caída es más acusada, del 24,05% entre los dos primeros meses de 2017. Son especialmente los contenedores vacíos los que han prescindido de Valencia como destino: un 47% fueron en febrero a otros puertos, tanto españoles como internacionales.
Es el primer destino en volumen de tráfico de mercancías de España, Algeciras, el que peor parado ha salido. El descenso del tonelaje ha sido del 18,5% (de los 8,76 millones en enero a los 7,13 millones de febrero). “Tánger ha recibido parte de la mercancía que suele desembarcar en el municipio andaluz”, explican desde Puertos del Estado.
Los desvíos entre Valencia y Barcelona no tienen efecto en el recuento general de los 28 puertos mercantes de España.
El efecto de las marchas lentas
¿Por qué tanta diferencia en el efecto del conflicto de la estiba entre un puerto y otro? “Esta es la pregunta del millón”, ironizan fuentes del puerto de Valencia. Allí, la baja productividad de los estibadores ha durado, al menos, todo el febrero, indican. Aunque el ritmo llegó a ser un 30% más bajo de lo normal, ahora ha vuelto a la normalidad.
En Tarragona, el cuarto puerto de España en tráfico de mercancías, todavía no tienen ningún dato de 2017. Sin embargo, prevén que febrero registre una bajada con respecto a enero. Allí, aseguran, algunos días todavía se nota una productividad inferior a la habitual.
En Barcelona, en cambio, la marcha lenta solo duró los primeros días tras el anuncio del ministro Íñigo de la Serna de solucionar el problema con un real decreto.