El prostíbulo, a la derecha, que los Mossos d'Esquadra investigaban cuando se toparon con el 'canapé'

El prostíbulo, a la derecha, que los Mossos d'Esquadra investigaban cuando se toparon con el 'canapé' CRÓNICA GLOBAL

Vida

‘El canapé’ de los Casuals que hizo caer a la reina colombiana de Barcelona

El homicidio en un prostíbulo del barrio de Gràcia precipitó la detención de una red investigada por trata y narcotráfico

6 abril, 2024 00:00

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La madrugada del 9 de marzo de 2023, los Mossos d’Esquadra vigilaban desde un balcón el bajo de la calle Riera de Sant Miquel, 64, del barrio de Gràcia de Barcelona.

Aquel era el punto en el que una mujer les había indicado que había sido obligada a ejercer la prostitución en contra de su voluntad durante varios días, tras ser captada en su país de origen, Colombia, por un grupo criminal dedicado a la trata de seres humanos con fines de explotación sexual y al tráfico de cocaína. Mientras los agentes estaban apostados a pocos metros del local, en el interior se cometió un crimen.

'Paco El Gordo' irrumpe en escena

Días antes, según han explicado los agentes de los Mossos d’Esquadra que han declarado en el juicio contra los ocho presuntos miembros de este grupo criminal, habían visto merodeando a un prominente miembro de los Casuals, el grupo criminal vinculado a los Boixos Nois. “Aparece Paco el Gordo”, señaló uno, sin disimular la sorpresa que les suscitó su inesperada presencia. “Estuvo dentro del local e hizo una reunión con ellos”. 

El contenido de este encuentro lo conocen gracias a la sonorización de la que consideran la cabecilla de este grupo, Jazmeen K. O., alias Martina. Los investigadores creen que la presunta líder recurrió a Paco el Gordo para protegerse de robos tras sufrir uno de casi dos kilos de cocaína. A cambio, le prometía ella, el grupo criminal de los Boixos Nois se llevaría una mordida del 50% de los beneficios de este local de prostitución clandestino. “A ver si usted puede llamar a sus amigos y que vengan a meter lo que quieran meter, a beber lo que quieran beber y a follar a saco”, intentaba convencerle.  

'Paco el Gordo', al margen

Esa noche, la del 8 al 9 de marzo, mientras los Mossos d’Esquadra realizaban vigilancias y seguimientos sobre los supuestos miembros de este grupo, un ciudadano peruano de nombre Luis Z. fue asesinado a puñaladas a manos, presuntamente, de Víctor Navarro, alias Thor, del entorno de Casuals. Los investigadores creen que el crimen se produjo en el marco de un vuelco de droga, como se conoce a los robos entre narcos en la jerga del hampa. 

El cuerpo lo sacaron de espaldas a los agentes, envuelto en plásticos y escondido en el interior de un canapé del prostíbulo que, a su vez, ocultaron en el interior de una furgoneta que los Mossos d’Esquadra interceptaron cuando circulaban por la vía Augusta de Barcelona. Este hecho precipitó la detención no sólo del presunto autor de los hechos, sino también de Martina y de su pareja, Pedro C., que estaban siendo investigados por otros ilícitos por los que ahora han sido juzgados.

Para ella, en el juicio que se ha celebrado esta semana en la Audiencia Provincial de Barcelona por la gestión del local clandestino, la fiscal ha solicitado 22 años de prisión por los delitos de pertenencia a grupo criminal, trata de seres humanos, narcotráfico y coacciones. Para su madre, Soledad, 19 años de prisión por los mismos ilícitos, a excepción de las coacciones. Para Pedro, pareja de Martina, 10 años de cárcel. Cabe destacar que ni Paco el Gordo ni ningún otro miembro de Casuals están imputados en esta causa, pese a que los Mossos d'Esquadra le atribuyen a él el control de la seguridad de este local. 

El crimen lo precipitó todo

El crimen en el prostíbulo precipitó el fin de la investigación por trata de seres humanos con el objeto de explotación sexual. Los investigadores que se ocupaban de esta tarea detuvieron al resto del grupo tan sólo una semana después. Aun así, no pudieron encontrar a Yamie, el que hasta el momento del homicidio hacía las veces de controlador del burdel; era el único que tenía en su poder las llaves. 

De hecho, la entrada y registro del prostíbulo clandestino que llevaban semanas vigilando no la hizo ya esta unidad de delitos contra las personas, sino la Unidad de Homicidios de Mossos d’Esquadra. “¿Por qué en el acta de entradas y registros no aparece la dirección de la calle Riera de Sant Miquel, 64?”, preguntó durante la vista oral una de las defensas de los acusados. La respuesta es bien simple. Porque cuando terminó la investigación, el escenario principal ya no existía. “Porque el prostíbulo ya había sido registrado y clausurado una semana antes por el otro proceso judicial”, le respondió el mosso instructor de la investigación. “Quedó neutralizado y lo anulamos de nuestras entradas”.