Soraya Sáenz de Santamaría delante de la consejería de Junqueras / CG

Soraya Sáenz de Santamaría delante de la consejería de Junqueras / CG

Política

Madrid busca en la sociedad catalana una salida al enroque 'indepe'

El Gobierno español activa la interlocución con representantes del mundo empresarial y social para hacer pedagogía de su oferta en infraestructuras y financiación

21 febrero, 2017 00:00

“¿Qué hace la vicepresidenta con un despachito en Cataluña?”, se preguntaba en voz alta un alto cargo del Gobierno español en los pasillos del Congreso. La cuestión resume perfectamente las dos almas del PP en materia de negociación con Cataluña. Pero tiene respuesta. Y no es precisamente la más obvia: Soraya Saénz de Santamaría busca interlocutores alternativos a un Gobierno catalán enrocado en un referéndum “sí o sí” y que, al menos mediáticamente, rechaza la oferta de más inversión y mejor financiación del Estado como alternativa. Una oferta que un sector empresarial y social, ávido de desbloquear la situación catalana, no puede rechazar.

“Hay contactos, sí, contactos necesarios y circunscritos al día a día. No son reuniones secretas, sino discretas”, explican a Crónica Global fuentes de la Delegación del Gobierno en Cataluña, que estos días está en el ojo del huracán después de que Enric Millo, los “ojos y oídos” de la vicepresidenta en esta comunidad, hablara de negociación "secreta”.

El pulso Puigdemont-Rajoy

Contactos que niega el presidente Carles Puigdemont, empecinado en su vía unilateral y en que el presidente español Mariano Rajoy fije una fecha para solemnizar una reunión sin visos de éxito. Porque el primero afirma que el procés “existe y es real”, por lo que no queda otra que “acordar cómo se debe celebrar el referéndum”, mientras que el segundo afirma que no habrá más ofertas para Cataluña que no sean “infraestructuras, financiación y dependencia”.

Aparentemente, ambos gobiernos estarían en tablas a escasos meses de la fecha prevista del referéndum. Pero en ese tablero de ajedrez en que se ha convertido el conflicto territorial, ambas partes mueven ficha. Santamaría ha apostado por nuevos intermediarios para que hagan llegar a Puigdemont la necesidad de aceptar una mejora de la financiación autonómica, incluida la aplicación del principio de ordinalidad --algo que también reclaman las comunidades madrileña y balear--, así como la activación del Corredor del Mediterráneo o una mejora de la red ferroviaria de Cercanías.

Junqueras ¿peón o rey del independentismo?

La vicepresidenta aprovecha sus visitas oficiales a Cataluña --ayer asistió a una entrega de premios del Grupo Zeta y a una cena de homenaje a la Reina en el Círculo del Liceo-- para impulsar una agenda oculta que incluye encuentros con representantes de la sociedad civil.

Por su parte, el vicepresidente catalán, Oriol Junqueras, se consolida como la gran esperanza de los poderes fácticos madrileños. Sea por voluntad sincera, sea por interés partidista, lo cierto es que el empresariado de la capital sigue fascinado con el talante del líder de ERC, llamado según las encuestas a gobernar Cataluña en unas elecciones que sustituirían al referéndum. El tiempo dirá si juega como peón o como rey del Gobierno independentista, pero de momento se les aparece como el interlocutor más viable ante un Artur Mas quemado y un Carles Puigdemont que se autoexcluye para el futuro.