La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y la fachada del Ayuntamiento / FOTOMONTAJE DE CG

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y la fachada del Ayuntamiento / FOTOMONTAJE DE CG

Política

Ada Colau tapa con Airbnb sus dos grandes déficits: vivienda y metro

La alcaldesa de Barcelona y su equipo alimentan la guerra con la multinacional para ocultar el alza de los pisos y las huelgas del suburbano

30 junio, 2017 00:00

"Está tapando la huelga del metro y los alquileres". Así se expresa una figura sénior del turismo barcelonés cuando se le pregunta por el conflicto abierto entre el Ayuntamiento de Barcelona, que comanda Ada Colau, y Airbnb.

Voces del sector vacacional barcelonés, algunas nada proclives a los pisos turísticos, miran la guerra abierta entre el equipo de Colau y la multinacional y dan su diagnóstico.

"Hay un problema con el realquiler. Existe un enfado con los pisos turísticos ilegales, sí. Pero la corporación alimenta y magnifica la polémica por su propio interés", describen.

Filtración

El pulso entre el equipo de gobierno de BComú y PSC y la multinacional se agravó el jueves, 22 de junio, cuando La Vanguardia informó de que una mujer había reokupado su propio piso alquilado en el barrio de la Barceloneta tras verlo subarrendado en la web.

El lunes 26, el octavo consecutivo con paros en Metro de Barcelona, el consistorio convocó de urgencia a los medios. Aportó pocas novedades: que había detectado 300 realquileres y que "confirmaba" la multa de 600.000 euros a la multinacional. Pero la sanción se impuso en noviembre de 2016.

No obstante, el equipo municipal de prensa dio tras la conferencia el titular de la jornada: uno de los que realquiló con la plataforma fue Kay Kuehne, el exdirector de Airbnb para España y Portugal. El nombre fue convenientemente filtrado en los corrillos de periodistas.

"Improvisación"

La pregunta se impone: ¿qué está ocurriendo? "Una guerra de desgaste. El ayuntamiento ha encontrado una mala práctica, que las hay, en Airbnb. Y la está explotando", explica un directivo del sector turístico.

Ello desequilibra la balanza de los problemas que sufren los vecinos de Barcelona. De todas las preocupaciones, el equipo de gobierno municipal elige comunicar sobre una de ellas, la que más le conviene. Copa la agenda mediática con el hito en el que tiene más tracción argumental.

"Es evidente que Airbnb, y los pisos turísticos, afectan a los precios del alquiler. En Barcelona y Madrid el efecto es innegable. Pero también es cierto que el ayuntamiento ha reaccionado tarde".

Quien habla es Sergi Gargallo, director general de Alquiler Seguro. "El alquiler vacacional presiona sobre los precios y expulsa al convencional. Pero es algo que los gobiernos sabían. No hicieron nada. No diseñaron medidas impositivas ni se coordinaron: improvisaron".

Así pues, ¿qué se puede hacer? "Muchas cosas. Pero Airbnb es sólo un transmisor. De nada sirve machacarlo. El fondo son los incentivos de los propietarios. Castigue con tasas el alquiler a turistas y premie el convencional. Verá el resultado", asevera.

Movilidad atascada

Hay más. La rueda de prensa añadida a última hora a las previsiones informativas del lunes 26 de junio llegó tras una lapidaria entrevista en El País a Mercedes Vidal, concejal de Movilidad. La edil admitió que no podía poner fecha al fin de la huelga de metro.

Tras la muestra de impotencia de la edil de EUiA, el número de validaciones cayó el lunes un 26% en la red del suburbano por la mañana y un 23% por la tarde.

La CUP y trabajadores de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) pidieron el cese de Vidal. Alberto Fernández Díaz (PP) cargó contra una alcaldesa "muda" en otro "Black Monday" en la movilidad local.

El martes, no se produjo ninguna reunión de mediación entre el personal y la empresa. Los sindicatos pidieron la cabeza de Enric Cañas, consejero delegado de TMB.

Redoblan el pulso

A este conflicto por el convenio colectivo se refirió el jueves el portavoz de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona, Jordi Coronas. Su tesis apuntó en la misma dirección de los otros grupos de la oposición, que insinúan que la alcaldesa de Barcelona intenta tapar sus incapacidades con otros asuntos.

"No sé qué titular hará el próximo lunes", dijo Coronas. Se refirió a la posible novena huelga de los trabajadores de Metro que, de no acordar condiciones de mejora estos días --algo que no parece que vaya a ocurrir--, volverá a dejar a los barceloneses sin servicio durante unas horas al día.

Dicho y hecho. La asamblea del personal reunida en las Cocheras de Sants anunció el jueves por la tarde paros el 11 de septiembre, por las Fiestas de La Mercè y en todos los partidos de Liga y Champions League que juegue el FC Barcelona.

"Un partido en el Camp Nou a las diez de la noche suele acabar cuando está cerrado el metro. Entonces, la zona de Les Corts se convierte en una ratonera", alertaba este jueves, 29 de junio, un dirigente de sector del taxi.

Los nuevos paros anunciados hacen prever una movilidad complicada en la capital catalana. El problema saltará a la agenda política y mediática. Y cada lunes no habrá realquileres en Airbnb u otra mala praxis turística para taparlo.