Lo confieso: no fui capaz de tragarme el Jo pregunto de TV3 en el que una serie de ciudadanos le hacían preguntas al presidente de la Generalitat. Es la segunda vez que falto a mi deber, tras no haber visto tampoco la entrevista de Pilar Rahola a la esposa del señor Puigdemont. Como notario del prusés dejo un tanto que desear, lo reconozco, pero como ser humano, estas debilidades deberían ser comprendidas. Total, lo único que he hecho es lo que hace el pueblo catalán en general: ir a lo suyo, esquivar la tabarra y, como durante el franquismo, no significarse, que aquí, si no te metes en líos, se vive muy bien y se come de maravilla.

Me temía que la cosa consistiera en la versión nostrada de grandes propuestas chavistas como Aló, presidente o Adelante con el comandante, pero ahora resulta que el programa en cuestión se llenó de réprobos y desafectos, como si TV3 hubiese recuperado momentáneamente la vergüenza y desestimado las preguntas-masaje. ¡Hasta salió un muchacho de padres andaluces que le afeó al president el mal rollo permanente hacia España y le preguntó quién había robado más a los catalanes, el pueblo español o Jordi Pujol! Y no fue el único que ejerció de criada respondona, pues una señora mayor se quejó del trato displicente que recibe en general la lengua castellana, aunque ésta fue convenientemente abucheada por los allí presentes, no sé si de motu proprio o si obedeciendo a una señal del regidor.

Para una vez que TV3 intenta portarse como una televisión pública, los que la quieren sumisa al poder se rebotan

Twitter bulle de buenos catalanes que se escandalizan ante la presencia de semejantes individuos en lo que debería haber sido una oda al prusés y una actitud genuflexa ante el presi. Entre ellos --¡qué sorpresa!--, Pilar Rahola y Agustí Colomines, notorios guardianes de las esencias que llevan años viviendo del nacionalismo y siempre están dispuestos a ejercer de perro ladrador cuando detectan a un enemigo de la patria. Según ellos, allí se coló gente de Ciudadanos, de Sociedad Civil Catalana, de la PAH, de los comunes y hasta un comunista; o sea, gentuza cuya ideología la incapacita para interrogar como Dios manda al señor Puigdemont. Y parece que en el PDECat hay un mal rollo al respecto considerable.

Para una vez que TV3 intenta portarse como una televisión pública, los que la quieren sumisa al poder se rebotan. Ya solo les falta denunciar que la seva está trufada de quintacolumnistas, de traidores, de unionistas. Lluís Llach aún no se ha manifestado al respecto, pero si alguien puede detectar españolistas infiltrados en los medios de intoxicación del régimen, es él, que ya los ha encontrado previamente en La Vanguardia y El Periódico.