Angulas en la mano de un pescador / EFE

Angulas en la mano de un pescador / EFE

Vida

El tráfico de angulas, más rentable que el de armas

El comercio del manjar más exquisito se ha convertido en manos de las mafias asiáticas en un negocio con tantos rendimientos como el de la cocaína

30 abril, 2018 00:00

Aunque a algunos les cueste entenderlo, las angulas (alevín de la anguila) son el manjar más exquisito de España, hasta el punto de que se cotizan a más de 1.000 euros el kilo. De paso arrastran un comercio ilegal que, según datos del Centro Europeo de Delitos Organizados (Europol), reporta a los contrabandistas asiáticos más ganancias que la cocaína y el tráfico de armas.

El penúltimo golpe de la Guardia Civil supuso la detención de 20 integrantes de estas mafias, y les incautó más de 5.000 kilos repartidos en 364 maletas, que habrían supuesto un negocio en China de más de 400 millones de euros. Es la punta del iceberg de un tráfico ilegal, especialmente perseguido desde 2016.

Más de tes cientos quilos de angulas vivas interceptadas por la Guardia Civil en el aeropuerto de Barajas / EFE

Más de tes cientos quilos de angulas vivas interceptadas por la Guardia Civil en el aeropuerto de Barajas / EFE

Angulas vivas interceptadas por la Guardia Civil en el aeropuerto de Barajas / EFE

Demanda asiática

La comercialización de esta especie, que en otro tiempo proliferó (dice la leyenda) hasta ser alimento de pollos y cerdos, está prohibida, y su pesca, sometida a estricto control en toda Europa por su alarmante declive y escasez. En 2009 se incluyó dentro del catálogo de especies amenazadas y la UE decretó un “cupo cero” para que todo movimiento con terceros países quedara vetado.

Asesores del Ministerio de Medio Ambiente sitúan el aumento del mercado negro en la fuerte demanda que se registra en Japón. Allí se producen más de 50.000 toneladas. “Pero --explican-- las capturas han disminuido y no se puede abastecer su alto consumo”. Los chinos han venido en su ayuda y las compran por todo el mundo. Las adquieren vivas, las llevan, las engordan allí y luego las venden de adultas.

Imagen de una angula

Imagen de una angula

Imagen de una angula

La cadena de beneficios

Como en una milagrosa multiplicación de peces y euros, según el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, las redes mafiosas van aumentando precios y obteniendo beneficios en cadena, como ocurre en el caso de la coca desde el cultivador hasta el camello.

Los pescadores furtivos reciben entre 180 y 350 euros por kilo, según sea principio o final de temporada; los intermediarios, entre 300 y 450 euros; y los exportadores, entre 800 y 1.500. Ya en Hong Kong, los 2.500 ejemplares de aquel kilo pueden transformarse en 7.500 euros, vendidos de adultos con medio kilo, tras el correspondiente engorde en criaderos. “Una rentabilidad del 5.000%, solo comparable al tráfico de cocaína”, sentencia una fuente de Europol.

Una especie misteriosa

Preparación de angulas para su liberación al medio natural

Se trata de un negocio con menos misterios que los que estos animales guardan para la ciencia, que aún desconoce el ciclo de vida de este pez y no ha logrado su reproducción en cautividad. Las angulas viven en aguas dulces, pero a los 10 años son capaces de recorrer por el Atlántico 5.000 kilómetros hasta el mar de los Sargazos, donde desovan y mueren.

Sus larvas retornan a Europa aprovechando la corriente del Golfo en un viaje que dura unos dos años. Su llegada a la costa atlántica española es el momento esperado por los pescadores armados de redes. Ideal en las noches frías, lluviosas y tenebrosas de noviembre, cuando empieza la temporada, hasta abril cuando se cierra. Además, no crecen si no se las alimenta, lo que facilita su tráfico.

En este periodo, las mafias se lanzan a su comercialización, con compras directas a pescadores, autorizados o furtivos, y mayoristas. La organización las mantiene vivas en instalaciones controladas por ellos y prepara los envíos por vía aérea hacia Asia en maletas acondicionadas o en cajas de poliespan blanco acondicionadas con agua y botellas con hielo. A veces van camufladas como percebes.