Vida

Susana Díaz irrumpe en Cataluña y Bono pide guerra contra el PSC

La NSA espía hasta en el Vaticano, pero aún no ha abordado el caso catalán. El Papa tuvo una crisis de fe; el obispo de Gerona, en los altares indepes. Díaz y Díez se reparten protagonismo.

31 octubre, 2013 09:08

Los espías no respetan ni al Espíritu Santo. La revelación del día es que la NSA (agencia de seguridad de los Estados Unidos) introdujo sus antenas en el cónclave del que el cardenal Bergoglio salió Papa. Seguramente dispone hasta de soplones, la NSA, en el Vaticano, a cuyos pasillos llega información desde los rincones más remotos del planeta, y no sólo de carácter espiritual. Los reportes de capellanes, obispos y teólogos sobre el terreno pueden ser tan eficaces (y más valiosos, desde luego) que el control de llamadas telefónicas a bulto. Francisco I, el Papa, ha confesado que tuvo una crisis de fe, pero no tras conocer el pinchazo del cónclave, sino mucho antes, cuando ni remotamente se planteaba lo de la infalibilidad pontificia. Pero con acontecimientos que dejan las catastróficas predicciones de Nostradamus en florituras retóricas no dejan los periódicos de Madrid y Barcelona de escudriñar las interioridades catalanas y sus inimaginables derivadas. La NSA y el Vaticano aún no se han manifestado sobre el tema catalán. Tampoco sobre el insólito caso del futbolista Diego Costa, que entre ser brasileño o español ha optado por lo segundo.

A día de hoy, la castañada se la llevan el PSOE y el PSC. La abstención de los segundos en la moción de Rosa Díez sobre derecho a decidir y soberanía nacional ha causado un terremoto de papel. Podría haber sido al revés: que el voto a favor del PSOE a una moción de una tránsfuga hubiera provocado un tsunami contra Rubalcaba, pero la sutileza cotiza a la baja en las imprentas. Todos los periódicos coinciden en el asunto. La Vanguardia arranca en portada con el titular: "El PSOE roza la fractura interna por Cataluña", y desarrolla la crónica Enric Juliana. "Emulsión moderada en Moncloa; golpe de fuerza andaluz en el PSOE" es el encabezamiento de un texto que recoge tres claves: el Gobierno de Madrid rebaja el tono; Susana Díaz, la presidenta autonómica andaluza, ya manda en todo el PSOE; y Rosa Díez se lleva el gato al agua en el Congreso.

Lo de Díaz y Díez puede generar no poca confusión. La presidenta de la Junta andaluza parece el interlocutor alfa del PSOE, por lo que haría bien Artur Mas en tratar de agendarla. En cuanto a Díez, la ex socialista que lidera UPyD, no es desdeñable suponer que influye más de lo que se pretende en las estrategias del PSOE y el PP en Madrid. En medio de semejante pandemónium, los socialistas catalanes, que son los que están sobre el terreno, intentan en vano modular una respuesta a tot plegat que vaya un poco más allá de la retórica inflamada. En El Mundo se destaca, por ejemplo, que "Guerra insiste en refundar el PSOE en Cataluña y Bono afirma que ganaría al PSC". La información es de Luis Ángel Sanz. En La Razón se felicita al PSOE por votar que sí (a lo de Díez por orden de Díaz) en un editorial y se titula en portada que "Susana Díaz amenazó a Rubalcaba con quitarle su apoyo si no votaba contra el 'derecho a decidir'". El Ara sostiene que PSC y PSOE optan por la "conllevancia" y resaltan también el papel de la lideresa andaluza, a la que imputan también el voto socialista en sintonía con UPyD y el PP. Para el Abc hay un "clamor en el PSOE para que rompa con el PSC", según explica en páginas interiores Gabriel Sanz y hasta en La Gaceta reivindican en portada una "Alternativa socialista para Cataluña". Que la hay, pero no es, exactamente, como la que algunos quisieran.

Hay que reconocer, y no pasa nada, que la construcción de puentes entre Madrid y Barcelona es una tarea cuya primera dificultad es convencer a los conocidos, amigos y saludados de que hay cosas que no son lo que parecen exactamente. De la misma manera que debe de ser un esfuerzo tendente a la melancolía apear del burro a un independentista, se constata habitualmente que en Madrid les cuesta bajarse del toro. Le pasó a Alicia Sánchez-Camacho y le pasa ahora a Pere Navarro. En eso que dijo Voltaire de "líbrame de mis amigos que de mis enemigos ya me encargo yo" debe estar pensando esta mañana el dirigente socialista catalán.

Dos significativos artículos permiten trascender de las interioridades al aire del PSC-PSOE. Manuel Jiménez de Parga escribe una página en El Mundo titulada: "Estado de las Autonomías: confusión". Según el catedrático y ex presidente del Constitucional, "con solidaridad, lealtad y colaboración, el Estado de las Autonomías funcionaría bien". Concluye un texto imprescindible así: "Al reto de los representantes de la Comunidad catalana no se está respondiendo, como debería hacerse, por las autoridades centrales del Estado. Primero, replicar con argumentos (que los hay) y luego recordar que en la Constitución figura el artículo 155. Nos encontramos ante una impasibilidad nefasta". El artículo 155 se compone de dos puntos:

"Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general.

Para la ejecución de las medidas previstas en el apartado anterior, el Gobierno podrá dar instrucciones a todas las autoridades de las Comunidades Autónomas".

Pero sería injusto reducir la lección magistral de Jiménez de Parga a este cierre. Su reelectura puede ser bastante más útil que el buceo entre líneas en el editorial de La Vanguardia sobre la moderación.

En El País es Carlos Jiménez Villarejo, el ex fiscal, ahora integrado en la plataforma Federalistes d'Esquerres. "Por una Cataluña solidaria" es el título de la colaboración del otro Jiménez, con dos destacados: "Mas denuncia 'agravios' del Estado español, pero son peores los que él ha infligido a su pueblo" y "esta tierra es la suma de los sufrimientos y aspiraciones de catalanes de origen y de inmigrantes". El texto viene a desmontar tópicos y denunciar falsedades: "En dicha Declaración -la de "soberanía" del 23 de enero en el Parlamento autonómico- se atribuía exclusivamente al Estado español 'la involución del autogobierno' de Cataluña. Una mentira más de los gobernantes de CiU, asumida por ERC e ICV. Por ejemplo, el proceso de destrucción del sistema sanitario público catalán ¿es responsabilidad exclusiva del Gobierno de Rajoy? Evidentemente, no". Habrá a quien le guste más y a quien le guste menos lo que apunta el azote, con perdón, de Banca Catalana, pero el afilado bisturí de jurista realiza tajos precisos y rigurosos.

De otro género es el artículo de Salvador Sostres, recuperado para la causa, en fondo y hasta en forma, de Rajoy: "La lección fundamental del marianismo es que el mundo no nos necesita para seguir su curso, que si de verdad quieres cambiar algo has de concentrarte en la utilidad de cada uno de tus actos sin perder el tiempo en exhibicionismos estériles, y que la prensa está sobrevalorada. Fumar puros es un arte lento que no quiere sobresaltos".

En el Abc, centran su atención en Miquel Roca, padre de la Constitución que en realidad es una reencarnación de Martí Piernaslargas Zuviria, el zapador de Victus, la novela de Sánchez Piñol. Como ya la ha leído hasta Rajoy, se desvela poco al referirse al episodio en el que el protagonista, retenido por los borbónicos, traza a conciencia unas trincheras de asalto que en lugar de facilitar el asedio habrían de prolongar la resistencia de Barcelona, en lo de 1714. Roca tuvo una sonada intervención en la comisión parlamentaria del derecho a decidir que explica in extenso María Jesús Cañizares y en la que el abogado de la infanta declamó frases como esta: "Es imposible que alguien diga que la consulta es inconstitucional. Es constitucional si hay voluntad política de hacerla constitucional". Si, otra posibilidad, es cambiar de cabo a rabo la Constitución, pero en Abc no están por esa vía y sostienen en portada: "Roca, un padre de la Constitución, contra España".

En el Parlamento autonómico comparece cada día más gente, por lo que es difícil llevar al día la cuenta. Ya han pasado Narcís Serra y Arcadi Calzada; momentos estelares para la historia de la moral, la banca y la pintura abstracta. Y va a pasar en nada el jefe de la agencia método tres, quien tras la ronda por la radio y con su libro bajo el brazo, ha sido requerido para explicar lo de la Camarga en la Comisión de Asuntos Institucionales, (CAI, la llaman), según se explica, sin firma, en El Mundo.

En El Periódico se desmarcan hasta de ellos mismos. Ayer optaban por la bronca en el PSOE y hoy por esos temas que interesan a la gente más que la política, según dicen. "Trànsit se lanza a la caza de vehículos sin ITV", que se estiman en un millón en Cataluña. Dadas las circunstancias, no parece que eso de las ITV fuera tan buen negocio, pero no va por ahí la cosa, sino por siniestralidad derivada de la cubanización del parque móvil. El periodista Jesús. G. Albalat, también en la portada, aporta detalles sobre otra noticia que interesa a mucha gente: "Un vecino confirma que los mossos pedían los vídeos", esos que han servido para cuestionar la versión oficial del fallecimiento de un ciudadano rodeado por agentes de la policía autonómica. ¿Hay comisión sobre los mossos en el Parlamento autonómico? En El País, por ejemplo, explican que los policías echaron agua sobre los restos de sangre. Más noticias que no son política. Todos los diarios alertan de que 20.000 mujeres españolas deberían retirar sus prótesis mamarias PIP, que alude a la marca francesa que comercializó implantes fraudulentos.

En el articulismo austracista todavía afilan hoces contra el moderantismo sugerido por La Vanguardia, relato episódico que según comenta Joan Manuel Tresseras desde la portada del Ara es una "redefinición" de la palabra "moderado" muñida por "la oligarquía española y sus aliados". Esto no hace falta leerlo dos veces, es directo y sin explicaciones jurídicas. Pim, pam y a otra cosa. Vicent Sanchis, en El Punt Avui, también se refiere a la moderación: "Hay en Cataluña quienes han tomado como bandera excluyente la moderación. Es decir, contra la independencia, que dicen que sube en las encuestas, hay que oponer moderación [...]. ¿Quiénes son los moderados? Unos señores que indican poco amablemente a Mas que la mercromina evita las infecciones".

Muy estimulante resulta también el artículo de Xevi Sala en el diario de Sanchis. Explica un concierto de los Catarras en Gerona (que si defendieron el catalán y tal), para vincularlo con el sermón del obispo Pardo. ¿Es posible? Todo es posible en los diarios, en cualquiera. Textual: "A la mañana siguiente (del concierto), en la homilia de San Narciso (el patrón), el obispo Francesc Pardo consiguió otra comunión -no sólo religiosa- con los fieles cuando pidió perdón por los insultos de 13TV, la cadena de la Conferencia Episcopal. También fue una homilia valiente y vitamínica (como la música de los Catarras), que enviaba a los gerundeses el mensaje que, si van mal dadas y conviene dar la cara, pueden contar que en su diócesis tienen un obispo catarra".

Se descarta que, a diferencia del Papa antes de ser Papa y Roca después de la operación reformista, el obispo pueda tener una crisis. La fe nacionalista no admite medias tintas, ni la fragilidad y debilidad humanas a las que alude el jefe de los obispos en los sermones que le controla la NSA.