Un hombre junto a su portátil durante el encierro / CG

Un hombre junto a su portátil durante el encierro / CG

Vida

El porno se convierte en medida de evasión durante el encierro

La sexóloga Montse Iserte afirma que "la gente recurre a las páginas web de contenido adulto para encontrar un momento de intimidad"

27 abril, 2020 00:00

El consumo de pornografía ha aumentado considerablemente desde que se decretó el estado de alarma. Muchas páginas web con contenido para adultos han facilitado los datos de aumento de tráfico a lo largo de esta cuarentena obligatoria. Pornhub, por ejemplo, anunció que su contenido premium iba a ser gratuito en España a partir del 17 de marzo, día que creció la entrada a su web en un 61%.

Otro dato que impactó en las estadísticas es el cambio de tendencias y pautas de visita, como la hora punta de tráfico web o el género de personas que consumía este tipo de producto pornográfico. Algo que se podría traducir como la necesidad del porno para aislarse del encierro.

Más consumo que nunca

El comportamiento diario de nuestra sociedad ha cambiado con el decreto del estado de alarma. Algunos no pueden salir de sus casas ni para trabajar, otros se han adaptado al teletrabajo y muchos son los que se han quedado sin poder hacer nada. Eso ha cambiado los patrones en cuanto a las entradas en las páginas porno, que han aumentado su tráfico a lo largo de este periodo excepcional.

Pero impacta ver la disminución de visitas a estas webs a primera hora de la mañana, que se contradice mucho con la realidad a las tres y cuatro de la madrugada. En esa franja horaria, se dispara el volumen de tráfico a webs de adultos. Algo que daría la razón a la teoría de la sexóloga Montse Iserte, que ha analizado esta situación en una entrevista concedida a Crónica Global.

El porno como aislamiento

Según la experta, este cambio se debe a que el porno resulta "uno de los recursos más empleados para aislarse del encierro". O lo que es lo mismo, "la gente recurre a las páginas web de contenido adulto para encontrar un momento de intimidad".

Un hombre visitando páginas web con contenido para adultos / CG

Un hombre visitando páginas web con contenido para adultos / CG

Es importante encontrar, incluso en tiempos de cuarentena, un espacio individual y alejado de la pareja. "El deseo sexual se alimenta con el echarse de menos", por lo que es de vital importancia "encontrar tus ratos durante la convivencia", afirma Iserte, dueña también de la tienda erótica online vibracions.com.

Un antidepresivo natural

"El orgasmo es el mejor antidepresivo natural que existe". Una afirmación que explicaría tanto la subida del tráfico como el cambio en la hora punta ya que, a esa hora, el resto de personas con las que se comparte el encierro, probablemente, están durmiendo. Otra razón, tal y como afirman los expertos del sueño, podría ser el insomnio generalizado que se vive estos días.

"La soledad conlleva a encontrarse a uno mismo. Eso, muchas veces, implica no estar cómodo ni contento con lo que se descubre. La salida rápida que encuentran estas personas es el orgasmo, ya que sus efectos generan positividad y bienestar", afirma la terapeuta sexual y de parejas. "Si estoy mal, recurro al sexo como método de socialización".

Un oportunidad única

Cada situación es distinta, ya que no es lo mismo alguien que vive solo que una pareja o una familia con niños. El vivir en compañía convierte esta "prisión obligatoria e inesperada en un Gran Hermano". Nuestra situación se acentúa, "si estábamos bien, estaremos mejor. Pero si tenemos problemas, éstos crecen". Es una gran oportunidad para hallar un espacio de calidad en pareja, y un "momento buenísimo para dedicarnos más tiempo y mejorar nuestras relaciones", opina Iserte.

Algo que va a ser complicado con aquellos que llevamos más tiempo sin ver. La vuelta a la normalidad va a ser difícil, somos gente de "sangre caliente" y tenemos la necesidad del contacto humano. "La gente tiene ganas de abrazarse, pero con miedo. Esto va a suponer un antes y un después, y ya veremos cómo será", vaticina la sexóloga.