Una uci en el hospital Josep Trueta de Girona donde se trata a pacientes Covid / EP

Una uci en el hospital Josep Trueta de Girona donde se trata a pacientes Covid / EP

Vida

La ozonoterapia contra el Covid: muchas promesas y ninguna evidencia científica

Los médicos debaten sobre el empleo experimental de un tratamiento que ha demostrado su eficacia en la medicina del dolor, pero carece de ensayos sólidos frente al coronavirus

6 septiembre, 2021 00:00

Las recientes sentencias sobre el uso de la ozonoterapia contra el Covid-19 han suscitado una intensa polémica. Este tratamiento no cuenta con evidencia sólida sobre sus beneficios en pacientes contagiados de coronavirus, razón por la cual numerosas instituciones como el Colegio de Médicos de Barcelona han desaconsejado su práctica.

Sin embargo, los terapeutas piden "respeto" para una técnica con efectos positivos demostrados en la medicina del dolor. "No es una pseudociencia", remarca Francisco Javier Hidalgo, vicepresidente de la Sociedad Española de Ozonoterapia. Los detractores y defensores del sistema esgrimen sus argumentos en una lucha compartida por afrontar la crisis pandémica.

Hablan los terapeutas

"En medicina, el ozono provoca una respuesta antioxidante, analgésica, antiedémica... tiene un nivel muy elevado de evidencia en medicina del dolor y no deja ningún residuo en el cuerpo". Hidalgo presenta el ozono médico como una sustancia "bien tolerada por los pacientes" y de amplio uso en los hospitales públicos --cerca de 30 centros españoles cuentan con especialistas--, aunque se refiere en todo momento a supuestos ajenos al Covid-19.

La hipótesis de los terapeutas pasa por trasladar estos mecanismos de acción a los infectados del virus, siempre con un uso compasivo para atenuar la sintomatología derivada del contagio. "Ya en la primera ola recomendamos la ozonoterapia para descongestionar las uci. Hay grupos de investigación españoles y extranjeros que ya han publicado estudios sobre el efecto en pacientes leves y moderados", explica. Preguntado sobre si en algún país europeo se aplica de forma habitual este tratamiento para tratar el Covid, Hidalgo reconoce que no.

Trabajadores sanitarios atienden a un paciente de coronavirus en la UCI del Hospital del Mar / EP

Trabajadores sanitarios atienden a un paciente de coronavirus en la UCI del Hospital del Mar / EP

Ensayos en marcha

Actualmente, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha dado luz verde a un ensayo clínico en marcha y ha aceptado a trámite otro experimento. Pero no existen resultados definitivos, tampoco en el ámbito internacional, que avalen la técnica en el caso del coronavirus. La gran mayoría de estudios, algunos de ellos elaborados con datos preliminares, se refieren a los efectos potenciales contra el patógeno. Con todo, los especialistas se aferran a este acervo investigador para defender su empleo en las uci saturadas con pacientes Covid.

Consultados por este medio, un portavoz del organismo limita los ensayos a un marco puramente investigador. "Con la información actual, la AEMPS sólo aconseja que la utilización de la ozonoterapia se restrinja a ensayos clínicos debidamente autorizados y diseñados para poder generar evidencia científica y demostrar su utilidad", ha declarado. "El objetivo es que los tratamientos se utilicen cuando existe evidencia sobre su calidad, seguridad y eficacia", apostilla la agencia.

Escepticismo

Otros interlocutores entrevistados por Crónica Global rebajan las expectativas puestas por los terapeutas del ozono médico. Un médico enfocado en la investigación del Covid de larga duración, que prefiere mantener su anonimato, considera que se trata de una "terapia experimental" que no ha demostrado sus "beneficios para mejorar la vida de los pacientes". "No lo contemplamos como una alternativa viable", resume.

Al analizar uno de los posibles métodos de introducción del ozono en el organismo --mediante la mezcla del compuesto con la sangre del paciente, previa a su reinyección--, Marc Llirós, investigador del IDIBGI, se muestra escéptico sobre sus consecuencias. "¿Cuánta sangre haría falta para que tuviera efecto? En el caso de una hernia, el efecto es más directo porque se puede acceder dentro de los tejidos celulares, pero con la sangre se necesitarían muchos litros para afectar a todo el organismo".

"Hay desinformación"

Dudas que también se mezclan con la mala prensa del ozono provocada por su alta toxicidad al ser respirado. "La mala fama del ozono atmosférico se traslada a menudo al ozono médico. Pero son cosas totalmente distintas. Hay desinformación, y por eso hemos querido alzar la voz para explicar el uso médico del ozono en entornos controlados", asevera Hidalgo.

En este punto también incide Gloria Rovira, responsable de la unidad de ozonoterapia del Hospital Quirónsalud de Barcelona, quien defiende el empleo del ozono en la mejoría de las hernias discales: "Aplicamos la técnica en función del grado de la patología. Si la hernia es grande no se aconseja, o cuando una hernia está provocando tanto dolor que a nivel farmacológica no se puede controlar. Pero para grupos de pacientes con sintomatología de moderada a leve, la ozonoterapia se muestra idónea y en el 80% de los casos tiene buenos resultados".

Experimental, todavía

"Un cirujano inyecta con una aguja, sin incisión, el ozono en la hernia para producir un efecto antiinflamatorio. En el 99,5% de casos solo se pasa una vez por quirófano y no se necesita ingreso. Luego se sigue la evolución del paciente en cuatro o cinco sesiones sin ingreso posterior", relata la doctora.

En un informe elaborado por la Consejería de Salud sobre la ozonoterapia en patologías muscoesqueléticas, se validó esta técnica siempre y cuando fuera combinada con radiofrecuencia [se puede consultar aquí]. Pero de nuevo este uso quedó restringido al ámbito de la medicina del dolor, a pacientes con afectación leve y, como es obvio, años antes del estallido de la pandemia del Covid. Rovira reclama que las investigaciones sigan su curso y no se descarte de antemano un método coayudvante para afrontar el coronavirus. "Lo más inteligente sería trabajar de forma conjunta y seguir con los ensayos. Cuando los médicos se embarcaron en la penicilina, no había tanto ensayo", concluye.