Jia Sun, catalán de origen chino: "Me gritaron coronavirus desde un coche"

“Me gritaron coronavirus desde un coche”. Son palabras de Jia Liang Sun-Wang, un barcelonés de 24 años que prepara su doctorado en el IRB Barcelona. Haber nacido en España, y residir aquí, no ha impedido que sea una de las víctimas de la discriminación desde que se declaró un brote por esta enfermedad en Wuhan, China.

Así es como surge la campaña #YoNoSoyUnVirus, que reclama que no se estigmatice a los ciudadanos chinos, a la que también se ha unido Jia Sun. Sobre la ola de discriminación por el coronavirus sostiene que “no hay forma de entenderlo”: “Creo que quien lo hace es porque ya de por sí es racista y aprovecha la situación de alarma creada con la enfermad”, señala.

Aislamiento por voluntad propia

El joven barcelonés no solo está molesto por el rechazo que sufre su comunidad, sino “porque no se aprecia que China está haciendo todo lo posible para contener el virus”. Habla también del caso de sus padres, que tras visitar su pueblo --“a mucha distancia del epicentro del brote”, detalla--, se aislaron durante dos semanas a su vuelta a Cataluña “por voluntad propia tras haber pasado por dos aeropuertos con mucha afluencia de personas”.

“Es como si pensaran que lo llevamos en la sangre, en la genética, y para nada es eso”, subraya Sun sobre quienes discriminan a su comunidad. “Yo por ser de X nacionalidad no te voy a contagiar X enfermedad. Si yo ahora tengo tos y mocos igual alguien me ve y le entra pánico, pero es un resfriado normal”, razona Jia Sun.

Comunidad vulnerable

Y es que este investigador de 24 años subraya que el asiático “siempre ha sido un colectivo vulnerable”. “De pequeño fui víctima de bullying por ser chino y tener unas características físicas que no son como las de la gente de aquí”, recuerda: “Y yo soy catalán”.

Para Sun el desconocimiento, unido a la cobertura que han hecho los medios de comunicación del brote de coronavirus, ha contribuido a disparar la alarma entre los ciudadanos. “El riesgo de infección fuera de China es muy bajo”, subraya. Por eso pide respeto y educación hacia las personas “independientemente de donde sean” y “abordar la información de manera más objetiva, basándose en hechos, para no extender el pánico”, concluye.