En 1781, 142 esclavos africanos fueron asesinados a manos de la tripulación del barco negrero Zong, que se dirigía a Jamaica. Al parecer, cuando el barco comenzó a quedarse sin agua, los esclavistas arrojaron a los esclavos al mar (mujeres y niños primero). Al llegar a tierra tuvieron que rendir cuentas ante la aseguradora por "perder la mercancía".
Todo esto horrorizó a buena parte de la opinión pública británica y a la larga desencadenaría en el movimiento abolicionista, acabando definitivamente con la esclavitud en Gran Bretaña en 1833 (en Estados Unidos en 1863, en España en 1880…).
El pintor de los elementos desatados del clima muestra la atrocidad en mitad de la tempestad con apenas unos grilletes y unas manos que luchan por no hundirse, y un mar salvaje del que intenta alejarse el tristemente célebre barco de esclavos.
Inspiración
Hasta aquí, sintetizada, la descripción por pluma de Miguel Calvo Santos de un célebre cuadro de Turner (1775-1851) titulado "Slavers Throwing overboard the Dead and Dying—Typhon coming on" (Esclavistas arrojando por la borda a los muertos y moribundos –Se acerca un tifón), que puede verse en el museo de Arte de Boston y donde la dramática explosión de los colores del cielo adelanta o prefigura las prácticas pictóricas del impresionismo.
Si describo este magnífico óleo de Turner es porque fue la inspiración de "Hydra Decapita", un video de los artistas de Otholit Group que ha podido verse hasta hace pocos días en Madrid, en La Casa Encendida, en el marco de una exposición de la investigadora y difusora de la cultura africana Tania Safura Adam (mozambiqueña asentada en Barcelona; véase la entrevista de Manel Manchón el pasado 17 de agosto en Letra Global, a propósito de su libro "Voces Negras"): La exposición en La Casa Encendida se titulaba “Un réquiem por la humanidad: deshumanizaciones, poder y futurismos negros”.
Por cierto que en Barcelona, en el marco de la bienal Manifesta 15, puede verse otra exposición de Tania Safura Adam, en la sede de la antigua sede de la editorial Gustavo Gili. Se trata de "Arxius Negres: fragments d’una metrópoli anticolonial", sobre la vida de la población negra en Barcelona.
Vuelvo a Otholit Group. Anjalika Sagar and Kodwo Eshun lo fundaron en Londres, en el año 2002. La obra de la que me interesa ahora hablar, o sea el vídeo que se veía en La Casa Encendida, "Hydra Decapita", explica Eshun, vincula la atrocidad de 1781 con el mencionado cuadro de Turner, y con el texto de John Ruskin de 1843 en "Pintores modernos", donde habla de la metodología de Turner para pintar el agua; y, por último, con el grupo de electro de Detroit Drexciya. En la ficción de estos músicos, los esclavos arrojados por la borda no morían, sino que daban a luz a niños que podían respirar bajo el agua.
A partir de estas referencias Otholit ha construido este video con imágenes de alta mar, alteradas tecnológicamente, con música, y con una solemne voz en off que explica que se le ha encargado hablar --no sabe ni quién ni por qué, ni de quién es su voz, cuyo discurso hipnótico dice, entre otras cosas, lo siguiente:
"Estoy llena de voces sin voz. Las oigo todo el rato. En mi garganta. (…)"
El espectador entiende que se le habla desde un lugar extraño:
"Separo las corrientes de aire de las turbulencias. Aparto las fricativas de las sibilantes. La mayor parte del tiempo ya no puedo ver lo que oigo. Rastreo las voces que se mueven en un sistema imaginario que ellos llaman Drexciya. Un mundo inventado cuyos efectos son incalculables. Toda la superficie del mar que aparece en la pintura [de Turner] se divide en dos crestas de oleaje enorme. Un subir y bajar profundo y vasto del océano entero. Como si elevara su pecho, exhalando un profundo aliento tras el castigo de la tormenta. El autor imaginó un mundo regido por las fuerzas de las mareas. Fuerzas que conducen corrientes por el interior de un planeta líquido."
Hábitats líquidos
Mientras tanto el vídeo muestra imágenes del mar bravío. Y ahora, creo yo, empieza lo interesante: "Si tomaras todas las moléculas de hidrógeno, en el mundo conocido, y encontraras forma de convertirlas en hidrógeno, obtendrías una inmensa cantidad de agua en el universo. Literalmente, podrías producir agua, porque en una supernova se fabrica oxígeno; con esto en mente, podrías obtener años luz de distancia de líquido y fluido. Así como tienes nubes moleculares en el espacio interestelar que están a años luz, puedes tener hábitats líquidos que están a años luz de distancia. Literalmente, esto significa que extensiones de agua pueden alcanzar el infinito."
"Mi transcripción", prosigue la remota y extraña voz en off, "está llena de restos de muerte antigua. Entre estas dos crestas [se refiere al cuadro de Turner], el fuego del atardecer cae sobre el surco del mar, tiñendo con una horrible pero gloriosa luz el intenso y espeluznante esplendor, que quema como el oro y baña como la sangre este sendero y valle de fuego."
"En su imaginación, el autor conjuró inmensos poderes. Es un fabricante de estrellas. Hablando hipotéticamente. Imagina una esfera de agua, en la órbita de una estrella. Tiene un diámetro de miles de millas, tal vez dos o tres veces más grande que el diámetro de la Tierra. Hipotéticamente hablando, éste es Ociyana Syndor, en realidad un viaje entre especies marinas del mundo original a otro mundo, y de vuelta.
Cuando abandonas este planeta líquido, estás envuelto en una nave de licuefacción, para asegurarte de que pueda preservar tu vida entre los dos puntos y retornar."
Una nueva vida
Y después de algunas explicaciones sobre ese viaje y transformación, la voz pregunta: "Ese respirar del agua ¿podría ser los descendientes, mutados, de aquellas desdichadas víctimas de la avaricia humana?" O sea, los esclavos arrojados al mar. "¿Un mausoleo para sus muertos? Pero ¿por qué un fabricante de estrellas construiría un agujero de gusano hipotético entre hidrógeno y muerte? ¿Sólo para cerrarlo de nuevo?"
Y luego: "Esta información que estás leyendo es sólo vestigio de una posible posibilidad que podría haber sucedido."
O sea, la especulación sobre la posibilidad de que aquellos pobres esclavos encontrasen, convertidos en agua, una nueva vida en un punto distante del universo. Pero como especulación gratuita.
Querido lector: pese a la confusión del discurso confuso y la traducción esforzada (siendo traductor yo mismo, no se me ocurriría jamás criticar a quien, como en este caso, ha hecho cuanto ha podido), no había yo oído y visto algo tan lírico y lancinante en mucho tiempo, de lo que espero haberle dado una pálida idea.