La descoordinación convierte la sanidad española en un reino de taifas
Los recelos nacionalistas frenan la “construcción” de un auténtico Sistema Nacional de Salud tras el fiasco ante el Covid-19
12 julio, 2020 00:00La crisis de la Covid-19 ha mostrado que España ni tiene el mejor sistema sanitario del mundo ni un Sistema Nacional de Salud (SNS). Los expertos denuncian que se trata de un mosaico compuesto por 17 todos o taifas que se ha colapsado y derrumbado. Una comisión parlamentaria trata de reconstruirlo --o mejor, construirlo-- para afrontar nuevas emergencias con oposición cerrada de los nacionalistas.
Los servicios autonómicos, casi soberanos, dándose la espalda y marcando frontera, son tan diferentes que no hay acuerdo ni en algo tan básico como un modelo de receta o una historia clínica única y compartida. “La descoordinación ha sido general. Ha faltado unidad de criterio incluso bajo un teórico mando único”, asegura Julián Ezquerra, secretario general de la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (Amyts).
Insolidaridad y ni teléfono único
Los especialistas observan que ni ante sistemas colapsados y desbordados, falta de material y equipos, y necesidades de camas de críticos se ha producido el más básico de los principios: la solidaridad entre comunidades, ceder recursos y trasladar a pacientes donde había más posibilidad de ser atendidos.
“En el este de Francia se trasladaron contagiados a hospitales alemanes. Aquí cada comunidad ha gestionado ‘sus pacientes’ y ‘sus recursos’ no los del SNS”, observa Luis Castillo, médico de urgencias de un hospital madrileño que se especializó Berlín. En España se desplazaron cadáveres de Madrid a Castilla-La Mancha para su incineración, pero no enfermos.
La descoordinación ha llegado al punto que, según la Comisión Europea, España es el único país de 32 que carece de un número telefónico unificado para dar información sanitaria y atención rápida eficaz.
Rescatar el Ministerio
La extitular de Sanidad María Luisa Carcedo y otras personalidades del ámbito socialista como José Luis Pedreira o José Martínez Olmos, proponen un SNS que “rescate” el liderazgo de la cartera. Consideran que ahora es el momento ya que, tras los aplausos folclóricos, se ha logrado conectar al ciudadano con el sistema sanitario y las necesidades de sus profesionales.
En un artículo colectivo aseguran que los recortes entre 2012 y 2018 y la gestión posterior ha terminado por desvertebrar el sistema. Lamentan que durante la pandemia no había un sentido de pertenencia al SNS único y que cuando uno no se siente parte de algo es más difícil que lo defienda. “El Ministerio debe marcar las líneas generales de la gestión sanitaria de todo el país”, sentencian.
Infrafinanciación crónica
Rafael Matesanz, histórico fundador y director durante 25 años de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), ha sido muy crítico. Buen conocedor del Ministerio, por el que han pasado nueve inquilinos en 10 años, “lo cual dice bastante de la estima en que lo han tenido los sucesivos presidentes de gobierno”, propone acabar con la “infrafinanciación crónica del sistema” elevando el gasto al 7,5% del PIB.
Este aumento, que debería doblarse según el presidente del Colegio de Médicos de Barcelona, Jaume Padrós, supondría 15.000 millones de euros adicionales, claves para conseguir una verdadera reconstrucción de la sanidad. De paso, evitaría el éxodo de unos 3.500 médicos al año.
Plantilla envejecida y troceada
La plantilla del ministerio, envejecida y troceada en cuatro (Sanidad, Servicios Sociales, Consumo e Igualdad), mostró claramente sus debilidades al ser sometida a la prueba de esfuerzo del Covid-19. “La posibilidad de que se gestionaran allí las compras centralizadas para toda España, en el mercado chino y con carácter de urgencia, causo estupor en cualquiera que conociera un poco de que se está hablando”, escribe Matesanz.
El exresponsable de la ONT defiende que se debe reforzar y agilizar la estructura de Sanidad con profesionales expertos al frente, en lugar de, como ahora, políticos sin experiencia en gestión sanitaria y con una corta perspectiva temporal. No se trata, a su juicio, de centralizar competencias --algo inviable--, sino de asumir un papel coordinador y de liderazgo del SNS en temas cuya gestión no se puede llevar de manera individual.
Agencia Nacional y UME sanitaria
La exministra y portavoz parlamentaria del PP Ana Pastor propone, arropada por numerosos especialistas, considera ineludible la creación de una Agencia Nacional de Salud Pública, prevista desde 2011. También plantea la necesidad de un contingente de personal sanitario de emergencia, a modo de la UME, y una reserva depósito permanente de material y equipos. Como colofón pide un Consejo Interterritorial con un nuevo reglamento y un sistema colegiado de decisiones que pueda ser aceptado y consensuado por todos.
El PSOE y el PP comparten algunas medidas en la Comisión de Reconstrucción Social y Económica tras el coronavirus. Siguen negociando. Pero los grupos nacionalistas y secesionistas se oponen ante lo que consideran una “recentralización” de competencias plenas de las autonomías que deben ser salvaguardadas, incluso en tiempo en Estados de alarma. La respuesta en el pleno del próximo 22 de julio.