El fútbol internacional abarca muchas historias variopintas. Los atletas no tienen por qué escoger representar al país de nacimiento. En ocasiones, escogen al de su padre, al de su madre o de otro familiar. También, puede darse el caso de deportistas que, como muestra de gratitud, deseen defender la bandera del territorio que les vio crecer en el mundo del balompié.
Si entran en juego selecciones africanas, esto es mucho más habitual. En especial, entre estados que tuvieron relación de colonialismo en algún momento de la historia. De hecho, esto es una doble oportunidad para muchos jugadores, que tienen dos vías para ser internacionales. Recientemente, ocurrió con Brahim Díaz, que ante la falta de futuro con España, optó por sus raíces marroquíes.
De L'Hospitalet a Guinea Ecuatorial
No obstante, el protagonista de estas líneas no es el '21' del Real Madrid. Lo es Iban Salvador, futbolista de 30 años que milita en el Wisla Plock de Polonia. Nacido en L'Hospitalet de Llobregat, representa a Guinea Ecuatorial desde 2015, cuando recién comenzaba su carrera. Actualmente, se encuentra disputando la Copa Africana de Naciones con el país que fue colonia española entre 1778 y 1968.
Iban Salvador celebra con sus compañeros de selección
Se trata de un futbolista de corte ofensivo, acostumbrado a jugar de mediapunta o de delantero centro. Con el combinado nacional acumula ya 54 partidos, en los que ha conseguido anotar 10 goles y asistir a sus compañeros en 5 ocasiones. De hecho, es uno de los capitanes. No obstante, el brazalete acostumbra a portarlo el nacido en Palma de Mallorca Emilio Nsue, reconocido trotamundos.
¿Por qué Guinea y no España?
La relación de Salvador con Guinea Ecuatorial llega a través de la parte materna de su familia. "Defender el país de mi madre y de mi abuelo es un orgullo inexplicable. Cuando me pongo la camiseta, siento que represento a mi familia", reveló en numerosas entrevistas.
"Mi abuelo materno nació allí y toda mi familia por parte de madre es de Guinea. Me siento muy identificado con el país. Desde la primera vez que fui, me trataron increíble y sentí que era mi casa", aseveró en el pasado.
Problemas con clubes
El hospitalense tuvo varios roces con clubes. Pasó por elencos como Real Valladolid, Cultural Leonesa, Fuenlabrada, UCAM Murcia o Ceuta, entre otros. Se ha movido entre Segunda División y Primera Federación. El problema de estas categorías es que no hay parones de selecciones. Así pues, Iban Salvador ha recibido críticas por acudir a la llamada de Guinea Ecuatorial cuando se le requería.
Iban Salvador celebra un gol ante la afición del Deportivo de La Coruña
"Ir con la selección es lo máximo y no voy a renunciar a ello. Los clubes ya saben mi situación cuando me fichan: soy internacional y si me llaman, voy a ir", afirmó el futbolista. "En España tengo una etiqueta de jugador polémico, agresivo... pero en Guinea me siento libre. Allí la gente me quiere por cómo juego al fútbol, no me juzgan por lo que dicen los árbitros o la prensa aquí", reveló acerca de su papel en el combinado africano.
Gloria lejos de Bellvitge
Es la gran paradoja de su carrera. En España, Iban es un obrero del balón, un jornalero acostumbrado a la pelea constante. Pero con la Nzalang se transforma en una estrella indiscutible capaz de tutear a las potencias del continente.
Su elección demuestra que la identidad no entiende de mapas. Salvador priorizó la sangre al contrato, honrando a su abuelo por encima de la comodidad de los clubes europeos. A miles de kilómetros de L'Hospitalet, encontró su verdadero lugar. El fútbol español le negó el estatus de crack; Guinea Ecuatorial, a cambio, le ofreció un trono.
