Mujer electricista

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Vida

Raquel, electricista: “La electricidad no es solo de hombres, siempre me he sentido una más. Si quieres, puedes”

Más allá de su propia historia, le duele ver que el sector sigue arrastrando dos grandes problemas: la falta de relevo generacional y los estereotipos de género

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En pleno siglo XXI, aún hay profesiones donde la presencia masculina o femenina predominan más, debido al pasado del que venimos. Oficios como albañilería, electricista, fontaneros, etc. están muy masculinizados y persisten los estereotipos.

Encontrar una mujer electricista, fontanera o en una obra sigue siendo “raro” para una gran parte de la sociedad. Sin embargo, estas mujeres han sido formadas y están totalmente capacitadas para arreglarte lo que necesites.

Un claro ejemplo es Raquel, electricista autónoma, costurera y madre de tres hijos, tiene sus raíces en Terrassa (Barcelona), aunque se crio en Castellbisbal. Según recoge en una entrevista con  Material Eléctrico confesaba: “El primer año fue duro porque estaba sola en clase con 35 chicos”. Aun así, todo cambió cuando encontró un grupo de compañeros “maravilloso” en el que se sintió por fin parte del conjunto.

Pero no todo ha sido un camino de rosas. Raquel se ha topado con ese estigma social que todavía persigue a las mujeres instaladoras. Ha tenido que escuchar frases como “¿Pero esto lo vas a hacer tú?”, “¡Qué bien que ayudes a tu marido!” o “Prefiero que lo haga él”.

Al principio respondía molesta, pero con el tiempo ha aprendido a respirar, hondo, asentir y seguir trabajando, dejando que sea el resultado el que hable por ella.

Más allá de su propia historia, le duele ver que el sector sigue arrastrando dos grandes problemas: la falta de relevo generacional y los estereotipos de género.

Uno de los recuerdos que más le pesa es el de una joven que hizo prácticas con ellos y que acabó abandonando la FP de Electricidad porque sus compañeros la increpaban a diario por ser la única mujer. Raquel reconoce que esa chica tenía futuro en el oficio, y que perder talento por prejuicios es una herida que el sector no se puede permitir.

A pesar de todo, también destaca lo mejor: la comunidad de grandes profesionales que forman parte del mundo de las instalaciones. Insiste en que la electricidad no es un territorio exclusivo de hombres, sino un espacio lleno de oportunidades para quien tenga ganas de aprender, mejorar y crecer. Su mensaje, claro y contundente: “Si quieres, puedes”.

Y mirando al futuro del sector, Raquel lo tiene claro: formación, formación y más formación. Estar al día de las normativas y de los avances tecnológicos no es solo cuestión de profesionalidad, sino también de seguir creciendo como persona y como especialista en un oficio que, para ella, sigue siendo pura pasión.