Administración de Lotería N 154

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Vida

David, dueño de una administración de lotería: “De cada décimo de Navidad gano 90 céntimos brutos, esa es la realidad”

El lotero subraya que el margen se ve rápidamente mermado por la larga lista de gastos operativos y obligaciones fiscales que debe afrontar el lotero

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La Lotería de Navidad es, sin duda, la campaña más importante para cualquier administración de lotería en España, no solo por la ilusión que genera entre el público, sino por su impacto directo en las finanzas anuales.

David, propietario de la administración 154 de Barcelona y con cuatro años y medio de experiencia en el sector, revela una realidad financiera poco conocida: la venta de un décimo, cuyo precio no ha variado desde el cambio al euro, deja un margen de beneficio mínimo.

"De cada décimo de Lotería de Navidad gano 90 céntimos brutos, esa es la realidad", explica David en una conversación con Crónica Global, señalando que esta cifra es el resultado de una comisión del 4,5%.

Esta venta navideña no es un extra, sino el pilar del negocio. “El 40 o 50% de las ventas anuales totales de la administración se concentran en la Lotería de Navidad”. De hecho, David subraya que el resultado de esta campaña determina en gran medida si el año es exitoso o no.

A pesar de ser la que más ventas genera, también es la que más trabajo requiere, pero paradójicamente, es la que "menos paga" en términos de comisión, a pesar de que el 4,5% actual fue elevado hace aproximadamente tres o cuatro años.

Sin embargo, esos 90 céntimos son apenas un punto de partida, ya que son ganancias brutas. El margen se ve rápidamente mermado por la larga lista de gastos operativos y obligaciones fiscales que debe afrontar el lotero.

Entre los costes se encuentran los impuestos, el IVA, el IRPF, así como gastos fijos como el alquiler del local, la luz, el agua, el material de oficina y los sistemas de seguridad y cajas fuertes.

David estima que entre el 50% y el 60% del beneficio total puede destinarse únicamente a cubrir estos gastos. Por ello, concluye que, en muchos casos, la comisión actual no es suficiente para cubrir los costes y mantener la actividad, ya que "no da" para todo.

La realidad de las administraciones 

Los loteros operan bajo la sombra de su aliado y, a la vez, mayor enemigo: el Estado. Loterías y Apuestas del Estado funciona como una empresa dentro del Ministerio de Hacienda. Las administraciones ganan dinero únicamente a raíz de lo que venden, trabajando mucho, y reciben comisiones tanto por la venta de boletos (Lotería Nacional, Primitiva, etc.) como por el pago de premios.

El principal problema que denuncian los administradores es el estancamiento de estas comisiones. Llevan 20 años sin que el Estado les suba las comisiones. Esta falta de actualización, mientras el coste de vida se eleva, asfixia sus negocios.

A pesar de que el negocio es "muy esclavo" y no convierte a nadie en millonario, muchos loteros se mantienen por la conexión con sus clientes. El trato humano y la emoción de repartir grandes premios, como Euromillón o algún premio de Navidad, entre otros, son la satisfacción personal que mantiene a ciertos autónomos en este sector, aunque financieramente no sea el negocio que fue hace 20 años.